jueves

OSHO / LA SEMILLA DE MOSTAZA


Capítulo 17 (I)

El Movimiento y el Descanso

DECIMOSÉPTIMO VERSICULO

Jesús dijo: "Bienaventurados son ustedes, solitarios y elegidos, porque encontrarán el reino; y porque vienen de ahí irán de nuevo ahí".
Jesús dijo: "Si les preguntan: '¿De dónde se originaron?' díganles: 'Hemos venido de la luz, donde la luz se originó por sí misma'".
"Si les preguntan: '¿Cuál es el signo de su padre en ustedes?' díganles: 'Es el movimiento y el descanso'".


El impulso más profundo en el hombre es para ser totalmente libre. La libertad, moksha, es la meta. Jesús la llama el reino de Dios: ser como reyes, tan solo simbólicamente, para que no hayan cadenas para tu existencia, ni cautiverio, ni límites -existes como el infinito, en ninguna parte chocas con nadie más, como si estuvieras solo.

La libertad y la soledad son dos aspectos de la misma cosa. Por eso es que Mahavira llamó a su concepto de moksha, kaivalya. Kaivalya significa estar absolutamente solo, como si nadie más existiera. Cuando estás absolutamente solo, ¿quién será una cadena para ti? Cuando no hay nada más, ¿quién será el otro? Por eso es que aquellos que están en busca de la libertad tendrán que encontrar su soledad; tendrán que encontrar un camino, un medio, un método para alcanzar su soledad.

El hombre nace como una parte del mundo, como un miembro de la sociedad, de una familia, como parte de los otros. Es criado no como un ser solitario, es criado como un ser social. Todo el entrenamiento, la educación, la cultura, consiste en cómo hacer de un niño una parte que se adapte a la sociedad, en cómo hacer para que se adapte a los demás. Esto es lo que los psicólogos llaman adaptación. Y cada vez que alguien es un solitario parece un desadaptado.

La sociedad existe como una red, como un arreglo de muchas personas, como una muchedumbre. Ahí puedes tener un poco de libertad -al costo de mucho. Si sigues a la sociedad, si te vuelves una parte obediente de los demás, te rentarán un pequeño mundo de libertad. Si te vuelves un esclavo, se te da libertad. Pero es una libertad dada, puede ser retirada en cualquier momento, y es a un gran costo. Es una adaptación a los demás, así que tendrán que haber límites.

En la sociedad, en una existencia social, nadie puede ser absolutamente libre. La misma existencia de los demás creará problemas. Sartre dice: "El otro es el infierno", y tiene razón en gran parte, porque el otro crea la tensiones en ti; tú te preocupas a causa del otro. Va a haber un choque porque el otro también está en busca de la libertad absoluta, tú también estás en busca de la libertad absoluta -todos necesitan libertad absoluta- y la libertad absoluta puede existir sólo para uno.

Aun tus llamados reyes no son absolutamente libres, no pueden serlo. Pueden tener una apariencia de libertad pero eso es falso: tienen que ser protegidos, dependen de otros -su libertad es sólo una fachada. Pero aun a causa de este impulso para ser absolutamente libre, uno quiere llegar a ser un rey, un emperador. El emperador da una falsa imagen como si fuera libre. Uno quiere llegar a ser muy rico, porque la riqueza también te da una falsa sensación de que eres libre. ¿Cómo puede ser libre un hombre pobre? Sus necesidades serán las cadenas y él no puede satisfacer sus necesidades. Donde sea que vaya encuentra la pared que no puede cruzar.

De ahí el deseo por la riqueza. En lo profundo es el deseo de ser absolutamente libre, y todos los deseos son creados por eso. Pero si vas en direcciones falsas, puedes continuar yendo... nunca alcanzarás la meta, porque desde el mismo comienzo la dirección es falsa -fallaste en el primer paso.

En el antiguo hebreo, la palabra "pecado" es muy hermosa. Significa alguien que ha errado el blanco, realmente no hay sentimiento de culpa en eso. Pecado quiere decir alguien que ha errado el blanco, que se ha desviado, y religión quiere decir regresar al camino correcto para que no yerres el blanco. La meta es la libertad absoluta, entiende que la religión existe como una fuerza antisocial: su propia naturaleza es antisocial, porque en la sociedad la libertad absoluta no es posible.

La psicología está al servicio de la sociedad. El psiquiatra va tratando en todas formas de hacer que te adaptes de nuevo a la sociedad; él está al servicio de la sociedad. La política, por supuesto, está al servicio de la sociedad. Te da un poco de libertad para que puedas ser hecho un esclavo. Esa libertad es sólo un soborno -puede ser retirada en cualquier momento. Si piensas que realmente eres libre, pronto puedes ser arrojado a la prisión. La política, la psicología, la cultura, la educación, todas ellas sirven a la sociedad -sólo la religión es la única que es básicamente rebelde. Pero la sociedad te ha engañado, ha creado sus propias religiones: cristianismo, hinduismo, budismo, mahometanismo -estos son trucos sociales. Jesús es antisocial.

Mira a Jesús: no era un hombre muy respetable, no puede serlo. Él andaba con malas compañías, elementos antisociales, era un vagabundo, un excéntrico -tenía que ser así porque no escuchaba a la sociedad, y porque no se adaptaba a la sociedad. Creó una sociedad alternativa, un pequeño grupo de seguidores. Los ashrams han existido como fuerzas antisociales -no todos los ashrams porque la sociedad siempre trata de darte una moneda falsa. Si hay cien ashrams, tal vez sólo uno puede haber que sea un ashram real. Porque eso existirá como una sociedad alternativa, contra la sociedad, contra la muchedumbre, contra lo que Jesús llama "ellos" -la muchedumbre sin nombre.

Escuelas han existido -los monasterios de Buda en Bihar- las que tratan de crear una sociedad que no es una sociedad en absoluto, las que crean formas y medios para realmente hacerte totalmente libre. Sin cadenas para ti, sin disciplina de ningún tipo, sin límites: se te permite ser infinito y el todo.

Jesús es antisocial, Buda es antisocial, pero el cristianismo no es antisocial, el budismo no es antisocial. La sociedad es muy astuta: inmediatamente lo absorbe -aun fenómenos antisociales, los absorbe haciéndoles sociales. Crea una fachada, te da una moneda falsa, y entonces estás feliz. Tal como los pequeños niños a quienes se les ha dado una teta de plástico. Van chupándola, se sienten que están siendo nutridos. Los aliviará, por supuesto, se dormirán.

Cada vez que un niño está intranquilo, esto tiene que hacerse: una teta falsa tiene que dársele. El la chupa creyendo que está siendo nutrido. El continúa chupándola, y entonces el chupar se vuelve un proceso monótono; nada fluye hacia adentro, sólo chupa, se vuelve como un mantra. Entonces se duerme; aburrido, sintiendo el sueño, se duerme. El budismo, el cristianismo, el hinduismo, y todos los otros "ismos" que se han vuelto religiones establecidas, sólo son tetas falsas. Te dan consuelo, te dan buen sueño, te permiten una existencia aliviada en esta esclavitud torturante; te dan la sensación de que todo está bien, de que nada está mal. Son como tranquilizantes, son drogas.

No sólo LSD es una droga, el cristianismo también lo es, y una droga mucho más sutil y compleja que te da todo tipo de ceguera. No puedes ver lo que está pasando, no puedes sentir cómo estás desperdiciando tu vida, no puedes ver la enfermedad que has acumulado a lo largo de muchas existencias. Y estás sentado sobre un volcán, y ellos van diciendo que todo está bien: Dios en el cielo y el gobierno en la tierra, y que todo está bien. Y los sacerdotes te van diciendo: "No hay necesidad de perturbarse, nosotros estamos aquí. Simplemente deja todo en nuestras manos, y nosotros tomaremos cuidado de ti en este mundo y también en el otro". Y tú se lo has dejado a ellos, por eso es que estás en desgracia.

La sociedad no puede darte libertad. Es imposible, porque la sociedad no puede arreglárselas para hacer que todo el mundo sea absolutamente libre. Entonces ¿qué hacer? ¿Cómo ir más allá de la sociedad? Esta es la pregunta para un hombre verdaderamente religioso. Pero parece imposible: dondequiera que vayas la sociedad está presente; puedes ir de una sociedad a otra, pero la sociedad siempre estará presente. Aun puedes ir a los Himalayas, entonces crearás una sociedad ahí. Comenzarás a hablar con los árboles, porque es tan difícil estar solo. Comenzarás a hacerte amigo de los pájaros y animales, y tarde o temprano habrá una familia. Esperarás todos los días al pájaro que viene a cantar por las mañanas.

Ahora no entiendes que te has vuelto dependiente, el otro ha entrado. Si el pájaro no viene sentirás cierta ansiedad. ¿Qué le ha sucedido al pájaro? ¿Por qué no ha venido? Entra la tensión, y esto no es diferente en nada a cuando te preocupabas por tu esposa o tu niño. Esto no es de ninguna forma diferente, es el mismo patrón: el otro. Aun si vas a los Himalayas creas una sociedad.

Entonces algo debe ser entendido: la sociedad no está fuera de ti, es algo dentro de ti. Y a menos que las causas raíces dentro de ti desaparezcan, dondequiera que vayas la sociedad tendrá que existir de nuevo, de nuevo y de nuevo. Aun si vas a una comunidad hippie, la sociedad entrará, se volverá una fuerza social.

Si vas a un ashram, la sociedad entrará. No es que la sociedad te siga a ti, eres tú: tú siempre creas tu sociedad en torno tuyo -tú eres el creador. Algo en ti existe como una semilla que crea la sociedad. Eso demuestra, realmente, que a menos que seas transformado completamente nunca podrás ir más allá de la sociedad, crearás tu propia sociedad. Y todas las sociedades son iguales; las formas pueden diferir, pero el patrón básico es el mismo.

¿Por qué no puedes vivir sin la sociedad? ¡Este es el obstáculo! Aun en los Himalayas esperarás: puedes estar sentado bajo un árbol y esperarás a alguien, a un viajero, a un cazador, quien pase por el camino. Y si alguien pasa sentirás que te ha venido un poco de felicidad. Solo, te vuelves triste, y si un cazador viene charlarás, preguntarás: "¿Qué está sucediendo en el mundo? ¿Tienes el último periódico?". O, "Dame las últimas noticias, tengo hambre y sed de ellas". ¿Por qué? Las raíces tienen que ser sacadas a la luz para que puedas entender.

La única cosa: necesitas ser necesitado, tienes una profunda necesidad de ser necesitado. Si nadie te necesita, te sentirás inútil, sin significado; si alguien te necesita, te da significado, te sientes importante. Vas diciendo: "Tengo que cuidar a mi esposa y a mis niños", como si lo estuvieras llevando como una carga -estás errado. Hablas como si fuera una gran responsabilidad y como si estuvieras cumpliendo una obligación. ¡Estás errado! Sólo piensa esto: si tu esposa ya no está, y los niños han desaparecido, ¿qué harás? De pronto sentirás que tu vida ya no tiene significado, porque ellos te necesitaban. Los pequeños niños, ellos te esperaban, ellos te daban significado, tú eras importante. Ahora nadie te necesita, te encogerás, porque cuando nadie te necesita, nadie te presta atención; si eres o no, eso no importa.

Escuché que una vez un paciente estaba siendo sicoanalizado, pero el sicoanalista era un hombre muy excéntrico -como casi siempre lo son. Después de dos o tres años de análisis le dijo a sus amigos: "Este hombre todavía tiene más problemas que yo, porque yo sigo hablando y él nunca dice nada -ni siquiera sí o no ha dicho en estos tres años- simplemente se sienta ahí. Y ahora estoy preocupado sobre qué hacer. Sigo hablando, hablando y hablando, él escucha, y esto va ya por tres años. ¿Qué hacer?".

El amigo dijo: "¿Entonces por qué no dejas de hablar?". Pero el hombre tampoco pudo dejar de hablar.

Entonces ocurrió el segundo problema: el psiquiatra murió. De nuevo le dijo a su amigo: "Ahora ha surgido otro problema. Primero era que el hombre nunca decía nada, ni sí ni no. Nunca supe si me rechazaba o aceptaba, o si yo estaba errado o acertado. Yo simplemente hablaba, hablaba y hablaba, y él escuchaba. Ahora está muerto, así que ha surgido un segundo problema: ¿qué hacer ahora?".

El amigo dijo: "Si nunca te hablaba, ¿cuál es la diferencia? ¡Continúa hablando!".

Pero el hombre dijo: "¡No! Pero él me escuchaba".

Toda la ocupación del psicoanálisis consiste en escuchar. No hay mucho en el psicoanálisis, realmente no hay nada en el psicoanálisis, y todo el asunto en torno a él es casi una treta. Pero, ¿por qué? Porque un hombre te presta tanta atención, y no un hombre común -un famoso psiquiatra, bien conocido, que ha escrito muchos libros, mucha gente muy conocida ha sido tratada por él- te sientes bien. Nadie te escucha, ni siquiera tu esposa. Nadie te escucha, nadie te presta atención. Vas por el mundo como una no-entidad, nadie -y tú le prestas demasiada atención a un psiquiatra. Es un lujo que sólo gente muy rica puede pagarlo.

¿Pero por qué hacen lo que hacen? Simplemente se echan en el diván y hablan, y el sicoanalista escucha -pero él escucha, él te presta atención a ti. Por supuesto, tienes que pagar por eso, pero te sientes bien. Simplemente porque el otro te está prestando atención te sientes bien. Cuando sales de su oficina caminas de un modo diferente, sientes que has cambiado: tienes una danza en tus pies, puedes tararear, puedes cantar. No va a ser para siempre -de nuevo la próxima semana tendrás que venir a la oficina- pero cuando alguien te escucha, te presta atención, te dice: "Eres alguien a quien vale la pena escuchar", no parece aburrido. Pueda ser que no diga nada; entonces eso también está muy bien.

Tienes una profunda necesidad de ser necesitado. Alguien debe necesitarte, sino te quedas sin piso bajo los pies. La sociedad es tu necesidad. Aun si alguien pelea contigo, está bien, en vez de estar solo, porque por lo menos te presta atención, el enemigo; puedes pensar en él.

Cada vez que te enamores, observa esta necesidad. Observa a los amantes, mira, porque será difícil si tú mismo estás enamorado. Entonces observar es difícil porque estás casi loco, no estás en tus sentidos. Pero observa a los amantes: se dicen: "Te amo", pero en lo profundo de sus corazones quieren ser amados. Amar no es el asunto, ser amado es lo real; y aman sólo para ser amados -pero lo básico no es amar, lo básico es ser amado.

Por eso es que los amantes van quejándose el uno del otro: "No me amas lo suficiente". Nada es suficiente, nunca nada puede ser suficiente, porque la necesidad es infinita. De ahí que las cadenas sean infinitas, no pueden ser satisfechas. No importa cuánto esté haciendo el amante, siempre sentirás que es posible más; todavía puedes esperar más, todavía puedes imaginar más. Y piensas que falta algo y entonces te sientes frustrado. Y todo amante piensa: "Amo, pero el otro no me está respondiendo bien", y el otro piensa en la misma forma. ¿Qué está sucediendo?

Nadie ama. A menos que te vuelvas un Jesús o un Buda no podrás amar, porque sólo puede amar alguien cuya necesidad de ser necesitado haya desaparecido.

En el bello libro de Khalil Gibran Jesús el Hijo del Hombre, él ha creado una historia ficticia, pero hermosa -y a veces las ficciones son más objetivas que los hechos- María Magdalena mira por la ventana y ve que Jesús está sentado en su jardín bajo un árbol. El hombre es hermoso. Ella ha conocido muchos hombres, era una prostituta famosa -aun los reyes solían tocarle la puerta- era una de las flores más amadas. Pero ella nunca había conocido un hombre igual -porque un hombre como Jesús lleva una aura invisible en torno a él que le da una belleza de algo del otro mundo, no pertenece a este mundo. Había una luz a su alrededor, una gracia, la manera en que caminaba, la manera en que se sentaba, como si fuera un emperador en la túnica de un mendigo.

Se le veía tan de otro mundo, que Magdalena le pidió a sus sirvientes que fueran y lo invitaran, pero Jesús rehusó. Dijo: "Estoy bien aquí. El árbol es hermoso y da mucha sombra".

Entonces Magdalena tuvo que ir ella misma y pedirle, requerirle a Jesús. Nunca pudo haber creído que alguien rechazara su pedido. Ella dijo: "Entra a mi casa y sé mi huésped".

Jesús dijo: "Ya he entrado en tu casa, ya soy un huésped, ahora no hay ninguna otra necesidad".

Ella no lo podía entender. Dijo: "No, entra y no me rechaces -nunca nadie me ha rechazado. ¿No puedes hacer tan pequeña cosa? Sé mi invitado. Come conmigo hoy día, quédate conmigo esta noche".

Jesús dijo: "He aceptado. Y recuerda: aquellos que dicen que te han aceptado, ellos nunca te han aceptado; y aquellos que dicen que te aman, ninguno de ellos jamás te ha amado. Yo te digo, que yo te amo, y que sólo yo te puedo amar". Pero él no entró en la casa, descansó, se fue.

¿Qué dijo? Dijo: "Sólo yo puedo amarte. Aquellos otros que van diciendo que te aman, ellos no pueden amar, porque el amor no es algo que uno pueda hacer -es una cualidad de tu ser".

En el estado en que estás no puedes amar; en el estado en que estás tu amor es falso. Simplemente muestras que amas para que te amen. Y el otro también está haciendo lo mismo, por eso es que los amantes siempre están en problemas: ambos se están engañando mutuamente, y ambos sienten que están siendo engañados. Pero nunca se miran a sí mismos, que están engañando. ¿Has amado realmente a alguna mujer, a algún hombre? ¿Puedes decir con todo tu corazón que has amado? ¡No! Nunca te preocupaste por eso, diste por hecho que amas. El problema siempre es el otro, nunca te miras a ti mismo.

Mulla Nasruddin había cumplido noventa y nueve años. Y un periodista de un periódico local vino a entrevistarlo, porque era el hombre más anciano del valle. Después de la entrevista el periodista dijo: "Espero que pueda regresar el próximo año también, cuando cumpla sus cien años, cuando haya completado sus cien años. Espero que pueda regresar". Mulla Nasruddin miró al hombre, lo observó y dijo: "¿Por qué no, joven? Todavía se te ve suficientemente saludable".

Nadie se mira a sí mismo: los ojos miran a los demás, los oídos oyen a los demás, las manos van hacia los demás -nadie va hacia sí mismo; nadie se oye, nadie se mira. El amor ocurre cuando tú has logrado un alma cristalizada, un ser. Con el ego nunca ocurre; el ego quiere ser amado porque eso es una comida que necesita. Amas para que te vuelvas una persona necesaria. Tienes hijos, no porque amas a los niños, sino sólo para que seas necesario, sólo para que puedas ir y decir: "¡Mira cuántas responsabilidades estoy cumpliendo, qué obligaciones estoy realizando! Soy un padre, soy una madre...". Esto es sólo para glorificar tu ego.

A menos que esta necesidad de ser necesitado desaparezca, no podrás ser un solitario. Anda a los Himalayas -crearás una sociedad. Y si esta necesidad de ser necesitado desaparece, donde sea que estés -viviendo en la plaza pública o en el mismo centro de la ciudad- estás solo.

Ahora trata de entender las palabras de Jesús:

"Bienaventurados son ustedes, solitarios y elegidos, porque encontrarán el reino; y porque vienen de ahí irán de nuevo ahí".

Penetra en cada palabra: "Bienaventurados son ustedes, solitarios...". ¿Quién es el solitario? Alguien cuya necesidad de ser necesitado ha desaparecido; alguien que esté completamente contento consigo mismo tal como es; alguien que no necesite que alguien le diga: "Eres significativo". Su significado está dentro de él. Ahora su significado no viene de los demás -no lo mendiga, no lo pide- su significado proviene de su propio ser. No es un mendigo y puede vivir consigo mismo.

Tú no puedes vivir contigo mismo. Cada vez que estás solo te intranquilizas; inmediatamente te sientes incómodo, una profunda ansiedad. ¿Qué hacer? ¿Adónde ir? Anda al club, anda a la iglesia o anda al teatro -pero anda a alguna parte, busca al otro- o simplemente anda de compras. Para la gente rica, ir de compras es el único juego, el único deporte, van de compras. Si eres pobre, no necesitas entrar a la tienda, tan solo vas por las calles mirando las vidrieras. ¡Pero anda!

Estar solo es muy difícil, muy inusual, extraordinario. ¿Por qué esta ansiedad? Porque cada vez que estás solo todo tu significado desaparece. Anda y compra algo en una tienda; por lo menos el vendedor te dará un significado, no la cosa, porque vas comprando cosas inútiles. Compras sólo por comprar, pero el vendedor, el dueño de la tienda, te miran a ti como si fueras un rey. Se comportan como si dependieran de ti -y tú sabes bien que esto es sólo una máscara. Así es como los vendedores te explotan: el vendedor no se preocupa por ti en absoluto, su sonrisa es sólo una sonrisa dibujada; él sonríe a todo el mundo, no es nada especial para ti, pero tú nunca miras a estas cosas. El te sonríe, te saluda, y te recibe como a un invitado. Te sientes cómodo, eres alguien, hay gente que depende de ti; este vendedor te estaba esperando.

En todas partes, estás en busca de unos ojos que puedan darte un cierto significado. Cada vez que una mujer te mira, te da significado. Ahora los psicólogos han descubierto que cuando ingresas a un cuarto -a un cuarto de espera en el aeropuerto, en una estación, o en un hotel- si una mujer te mira dos veces, ella está lista a ser seducida. Pero si una mujer sólo mira una vez, ni lo intentes, simplemente olvídala. Y han hecho películas, y han estado observando, y esto es un hecho, porque una mujer mira dos veces sólo si quiere ser apreciada y mirada.

Un hombre entra en un restaurante: la mujer puede mirar una vez, pero si no vale la pena, ella no lo mirará otra vez y los play boys lo saben bien, lo han sabido por siglos. Los psicólogos recién lo han descubierto, observan los ojos. Si la mujer mira de nuevo, está interesada. Ahora hay muchas posibilidades, ha dado la insinuación, está lista a ir contigo o a hacer el juego del amor. Pero si no te mira otra vez, la puerta está cerrada; mejor tocar otra puerta, esta puerta está cerrada para ti.

Cada vez que una mujer te mira, te vuelves importante, muy significativo; en ese momento eres único. Por eso es que el amor te hace radiante; el amor te da tanta vida, vitalidad.

Pero esto es un problema, porque la misma mujer mirándote todos los días no será de mucha ayuda. Por eso es que los esposos se hastían de las esposas, las esposas se hastían de los esposos: porque ¿cómo puedes tener el mismo significado de los mismos ojos una y otra vez? Te acostumbras a eso -ella es tu esposa, no hay nada que conquistar. De ahí la necesidad de volverse un Byron, de ahí la necesidad de volverse un Don Juan e ir de una mujer a otra. Esto no es una necesidad sexual, recuérdalo, esto en nada está relacionado al sexo, porque el sexo va más profundo con una mujer, en profunda intimidad. No es sexo, no es amor, absolutamente no, porque el amor quiere estar con uno más y más, en una forma más y más profunda; el amor va a la profundidad.

Esto no es amor ni sexo, esto es otra cosa: una necesidad del ego. Si puedes conquistar a una nueva mujer cada día, te sientes muy, muy significativo, te sientes un conquistador. Y si has terminado con una mujer y nadie te mira, y ninguna mujer u hombre te da significado, te sientes acabado. Por eso es que las esposas y esposos lucen tan faltos de vida, sin ansias. Tan sólo puedes ver desde una gran distancia y decir si las parejas que vienen son esposos o no. Si no lo son sentirás la diferencia; estarán felices, riendo, hablando, disfrutándose mutuamente. Si son esposos, simplemente están tolerándose mutuamente.

Llegó el veinticinco aniversario del matrimonio de Mulla Nasruddin. Salió de su casa ese día. Su esposa se sentía un poco irritada, porque esperaba que él hiciera algo especial y él sólo estaba haciendo las cosas rutinarias. Así que le preguntó: "Nasruddin, ¿te has olvidado que día es hoy?". Nasruddin dijo: "Sí, lo sé".

Entonces ella dijo: "¡Entonces haz algo especial!".

Nasruddin pensó y dijo: "¿Qué te parecería dos minutos de silencio?".

Cada vez que sientas que la vida no fluye, eso muestra que tú puedes haber estado pensando que era amor. No era amor, era una necesidad del ego -necesidad de conquistar, de ser necesitado todos los días por una nueva mujer, por un nuevo hombre, por nueva gente. Entonces te sientes feliz porque no eres un hombre común. Estas son las ansias de los políticos: de ser necesitados por todo el país. ¿Qué estaba tratando de hacer Hitler? ¡Ser necesitado por todo el mundo!

Pero esta necesidad no permite que te vuelvas solitario. Un político no puede volverse religioso -ellos van en dirección opuesta. Por eso es que Jesús dice: "Es muy difícil que un hombre rico entre en el reino de Dios. Un camello puede pasar por el ojo de una aguja, pero un rico no puede entrar en el reino de Dios". ¿Por qué? Porque un hombre que ha estado acumulando riquezas está tratando de volverse significativo a través de la riqueza. Quiere ser alguien, y para el que quiera ser alguien, para él, la puerta está cerrada.

Sólo los 'nadie' entran ahí, sólo aquellos que han logrado su nada, sólo aquellos cuyos botes están vacíos; aquellos que han llegado a entender que las necesidades del ego son inútiles y neuróticas; que han llegado a penetrar en las necesidades del ego, y que se dan cuenta que son inútiles. No sólo inútiles, sino también dañinas: pueden volverte loco, pero nunca pueden darte plenitud.

¿Quién es solitario? Aquél cuya necesidad de ser necesitado ha desaparecido, que no requiere de ningún significado de tu parte, de tus ojos, de tus respuestas. ¡No! Si le das tu amor, te lo agradecerá; pero si no se lo das, no hay queja; si no se lo das, él está tan bien como siempre. Si vienes a visitarlo, estará feliz; pero si no vienes, estará tan feliz como siempre. Si va entre una muchedumbre, lo disfrutará; pero si vive en una ermita, también lo disfrutará.

No puedes hacer infeliz a un hombre solitario, porque él ha aprendido a vivir consigo mismo y a ser feliz consigo mismo. Solo, él es suficiente. Por eso es que a las personas que están relacionadas entre sí, nunca les gusta que el otro se vuelva religioso: si el esposo comienza a inclinarse hacia la meditación, la esposa se siente perturbada. ¿Por qué? Incluso ella puede no estar consciente de lo que está sucediendo, de por qué se siente perturbada. Si la esposa comienza a orar o comienza a inclinarse en la dirección de la verdadera religión y Dios, el esposo se siente perturbado. ¿Por qué?

Un miedo inconsciente entra a la consciencia. El miedo es que ella está tratando de llegar a ser suficiente en sí misma, o que él está tratando de llegar a ser suficiente en sí mismo; éste es el miedo. Así que, si a la esposa se le da la alternativa de que: "¿Te gustaría que tu esposo se vuelva un meditador o un borracho?", elegirá que se vuelva un borracho y no un meditador. A un esposo que se le da la alternativa de que: "¿Te gustaría que tu esposa se vuelva una sannyasin o se pierda y se desvíe?, elegirá lo último.

Un sannyasin quiere decir alguien que es suficiente en sí mismo, que no necesita a nadie, que no es dependiente en ninguna forma -y eso da temor: entonces te vuelves inservible. Toda tu existencia ha estado basada en la necesidad que él tenía de que tú lo necesitaras. Sin ti él no era nada, sin ti su vida era inútil, un desierto -contigo él floreció. Pero si llegas a saber que él puede florecer en su soledad, entonces habrá perturbación porque tu ego se sentirá herido.

¿Quién es un solitario? Y Jesús dice: "Bienaventurados son ustedes, solitarios...", la gente que puede vivir consigo misma tan fácilmente como si todo el mundo estuviera ahí con ellos, que puede disfrutarse a sí misma tanto como los pequeños niños.

Los niños muy pequeños pueden disfrutarse a sí mismos. Freud tiene un término particular para ellos: polimorfo. Un pequeño niño disfruta de sí mismo, juega con su propio cuerpo, es auto-erótico, se chupa su propio dedo. Si necesita de alguien, esa necesidad es sólo para el cuerpo; le das la leche, lo volteas, le cambias de ropa -necesidades físicas. El realmente no tiene necesidades psicológicas todavía. No le preocupa lo que la gente está pensando de él, si piensan que es bello o no. Por eso es que todo niño es bello, porque no le preocupa tu opinión.

Jamás nace un niño feo, y todos los niños se vuelven poco a poco feos. Es muy difícil encontrar a un anciano bello -raro. Es muy difícil encontrar a un niño feo -raro. Todos los niños son bellos, todos los ancianos se vuelven feos. ¿Qué es lo que sucede? Cuando todos los niños nacen bellos, ¡deberían morir bellos! Pero la vida les hace algo...

Todos los niños son auto-suficientes -esa es su belleza; existen como luces en sí mismos. Los ancianos son inservibles, han llegado a darse cuenta de que no son necesarios. Y cuanto más ancianos se vuelven, les llega el sentimiento de que no son necesarios. La gente ha desaparecido, los que los necesitaban; los niños han crecido, se han ido con sus propias familias; la esposa está muerta o el esposo está muerto. Ahora el mundo no los necesita, nadie viene a sus casas, nadie les da respeto. Aun si salen a pasear, nadie los reconoce quiénes son. Pueden haber sido grandes ejecutivos, jefes de oficinas, presidentes de bancos, pero ahora nadie los reconoce; nadie siquiera los echa de menos. Al no ser necesitados se sienten inservibles, sólo están esperando la muerte. Y nadie se preocupará; aun si mueren, nadie se va a preocupar. Aun la muerte se vuelve una cosa horrible.

Aun si puedes pensar que cuando mueras millones de gente llorará por ti, te sentirás feliz: miles y miles irán a rendirte su homenaje cuando estés muerto.

Sucedió una vez: Un hombre en Norteamérica lo planeó, es el único hombre en toda la historia del mundo... Quiso saber cómo reaccionaría la gente cuando él esté muerto. Así que antes de su muerte, cuando los doctores dijeran que dentro de doce horas iba a morir, él iba a declarar su muerte. Era un hombre que poseía muchos circos, exhibiciones, agencias de publicidad, así que él sabía cómo publicitar el hecho. En la mañana su agente declaró a la prensa, a la radio, a la televisión, que él había muerto. Así que se escribieron artículos, editoriales, se recibieron llamadas telefónicas, y hubo mucha conmoción. Y él lo leyó todo, realmente lo disfrutó.

Porque la gente siempre es buena cuando mueres; te vuelves un ángel inmediatamente, porque nadie piensa que vale la pena decir nada contra ti cuando estás muerto. Cuando estás vivo, nadie dirá nada a tu favor. Recuérdalo, cuando estés muerto, estarán contentos -por lo menos has hecho una cosa buena, te has muerto.

Todo el mundo estaba rindiendo su homenaje y esto y aquello, y las fotografías habían salido en los periódicos -él las disfrutó perfectamente. Y entonces murió, completamente tranquilo de que las cosas iban a ser hermosas.

No sólo en tu vida necesitas a los demás, aun en tu muerte...

Piensa en tu muerte: sólo dos o tres personas, tu sirviente y un perro siguiéndote para el último adiós -y nadie más; ni periodistas ni fotógrafos, nada- ni siquiera tus amigos están presentes. Y todo el mundo se siente muy feliz de que la carga se haya ido. Sólo de pensar, te pondrás triste.

Aun en la muerte la necesidad de ser necesitado permanece. ¿Qué clase de vida es ésta? ¿Sólo la opinión de los otros es importante, no tú? ¿Tu existencia no significa nada?

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