por HUGO GIOVANETTI VIOLA
un webguión seccionado en 40 episodios y escrito como base para una miniserie televisiva que producirá elMontevideano / Laboratorio de Artes
TRIGESIMONOVENA ENTREGA
EPISODIO XXXIX
Vita Nova.
PRIMERA HISTORIA 1 / INT. NOCHE
Porto (grita dormido en su cuarto del Fuerte): Vasimbora que ahora llegó la virgo, Satanás.
Cabellera de Paloma (acostada al lado suyo): Vine a calmar a tu caballo, mariscal de las estrellas.
Porto (agarrándose el pecho retumbante): Pero a mí lo único que me importa es tu florir, Esposa.
Cabellera de Paloma: No me llames Esposa.
Porto: ¿Cómo entraste a este Fuerte?
Cabellera de Paloma: Soy el rocío que forma la piedad en la piedra. Los húsares no me ven.
Porto levanta los bucles atirabuzonados de Paloma que le azulan la almohada y descubre una calavera.
Muerte: Es la hora, mariscal.
Porto: Todavía necesito que ella me crea y sea flor.
Muerte: Entonces te concedo una hora más, soldado.
Porto se despierta de un salto, se viste y baja corriendo a la calle muy neblinosa.
SEGUNDA HISTORIA 1 / INT. NOCHE
Magdalena entra en el cuarto de su esposo vestida con un camisón muy escotado. Lleva una palmatoria y un estuche de armas.
Magdalena: Aquí traje mi regalo de reconciliación.
Juan Mendoza: Pues puede que mi carajo no equipare los veintiséis centímetros de un tromblón naranjero pero ya está hecho mástil.
Magdalena (sacando el trabuco del estuche para lamerle el caño): Shhhh. Tus ultrajes tendrán que chitonearse porque acabo de ver lumbre en el nido de la Deseada.
Juan Mendoza (arrancándole el arma): Y tú ya en pelota, tía. Hoy me siento capaz de gargarizar hasta tus chinchulinazos.
Magdalena (desnudándose): Pues habéis leído con angurria al marqués de los guampudos, Don Hereje.
Juan Mendoza (acariciando el tromblón): ¿Este chiche está cargado?
Magdalena: Como que Cristo es puto.
Juan Mendoza (parándole para tirarle del pelo a la mujer hasta arrodillarla): Satanás te destripe, tiburona. Llena estalles de aloe. El infierno te ruja. Coronada tú seas en los chiribitiles y maldita la virgo en su cotarro de ángeles. Camunguera de Magdala, coña del Aqueronte, enséñanos a asesinar y a morir para siempre. Amén.
Magdalena (mordiéndose la boca hasta sangrar): Vita nova, Juanito.
PRIMERA HISTORIA 2 / INT. NOCHE
Paloma (grita dormida debajo de su mosquitero): Vasimbora, picuda. El Maestro es un gatuso como Abreu y Artecona.
Garza rosada: No te vistas de negro.
Paloma: Lo vamos a descogotar con la monstra de Frutos.
Garza rosada: Pero lo engualichaste.
Paloma: Y ahora mi carne se hunde.
Garza rosada: El alma que anda en amor ni cansa ni se cansa.
Paloma: ¿Y si Él vuelve?
Garza rosada: A la tarde te examinarán en amor.
Paloma: ¿Y Él podrá acariciarme las corolas desnudas como si azucenaran un traje de novia?
Garza rosada: Siempre te llamó Esposa.
Paloma: ¿Cómo sé que no es diablo?
Garza rosada: Porque sabe morir.
SEGUNDA HISTORIA 2 / INT. NOCHE
Juan Mendoza y Magdalena quedan tirados en la alfombra del dormitorio, con manchas de excremento y de sangre.
Magdalena (arrancándole una sábana a la cama de su marido): Es hora de amortajarnos, Juanito.
Juan Mendoza (dejándose tapar la cara por su mujer): ¿Con qué te sazonaba el corazón cuando nos casamos, guarra?
Magdalena: Pues ya de oírte respirar me daba arrobamiento. Y cuando te ibas de la cama se me metía una pampereada hasta la rabadilla.
Juan Mendoza: ¿Eso sentías?
Magdalena (destapándose y sentándose): Oigo correr a alguien hacia aquí. Y son botas militares.
Juan Mendoza: Ojalá nos fusilaran.
Magdalena: Shhhh. Se detuvo en casa.
Juan Mendoza (destapándose y parándose): Lo acabo de escuchar. ¿Habrá otro degollado?
Magdalena (yendo hacia la ventana): Es el mariscal Porto.
Juan Mendoza: Ca. El Don Juan sin mujeres.
PRIMERA HISTORIA 3 / INT. NOCHE
Paloma se despierta arrancándose la ropa de noche y baja completamente desnuda de la cama para encender una vela y enfocarse el pecho izquierdo con un espejito.
Paloma: Soñé que tenía una calavera verde en lugar de un pezón, Maestro mío. Y las garzas lloraban.
Porto (grita desde afuera): Santo y seña.
Paloma (corriendo para entreabrir el ventanal y asomarse a la calle neblinosa): Chitón. ¿Quedaste loco?
Porto: La muerte me anda buscando.
Paloma: Pues a todos nos busca.
Porto: Pero yo necesito florirte antes que se me despedace el corazón. Ábreme, perfecta mía.
Paloma: Ahora no puedo abrirte. Podría escaparme al alba y encontrarnos en Las Bóvedas después que suene el cañonazo.
Porto: Me quedan unos suspiros. ¿No me vas a creer?
Paloma: ¿Qué tengo que creer?
Porto: Que eu poso te fecundar la alma con mi piedad. No es desejo, coisiña.
SEGUNDA HISTORIA 3 / INT. DÍA
Magdalena (murmura asomada al otro ventanal que da a la calle junto con Juan Mendoza): Toma con los pacificadores.
Juan Mendoza: Esas son les bonnes manières que se enseñan en palacio.
Magdalena: Para follarte mejor.
Juan Mendoza: Pero mira si estuviera parado frente a tu ventana.
Magdalena: Deja escuchar.
Juan Mendoza: Ya no hablan.
Magdalena (agarrando el trabuco): Pues ahora se deslenguará para siempre en el infierno.
Juan Mendoza (parándosele adelante): Mátame a mí, mejor.
Magdalena: Tú ya estás muerto, Juan.
Juan Mendoza (escuchando una rama quebrada): Se trepó al eucalipto.
Magdalena: Y ella le tendió los brazos.
Juan Mendoza: Ojalá la haga feliz.
PRIMERA HISTORIA 4 / EXT. NOCHE
Porto quiebra una rama y queda enganchado en el pequeño eucalipto, sin dejar de estirar un brazo.
Paloma: Te vas a desnucar.
Porto: Pero ya veo la luz de tu olhar en la niebla.
Paloma: ¿Y cómo es esa luz?
Porto: Inmaculada, Esposa.
Paloma: Hala, vuelve a tu Fuerte que ya arrecian los gallos.
Porto: Yo no quiero tu carne.
Paloma: ¿Pero cómo podría parir un hijo tuyo si no quieres mi carne?
Porto: Después de hoy vas a poder.
Paloma: Comprendí, mariscal. Zero killed en el jardín, como dice Edward Harley. Mañana platicamos.
Porto: Obrigado, coisiña.
En ese momento suena un disparo de trabuco y Porto cae a la calle.
SEGUNDA HISTORIA 4 / INT. AMANECER
Juan Mendoza y el Marqués Alonso Rosado toman café en el Salón de Gobierno del Fuerte.
Rosado: El hermano del mariscal Porto padecía de la misma afección congénita y morreu en la zanja reyuna el mes pasado.
Juan Mendoza: Y sin embargo esta ciudad maldita tejerá las pestíferas habladurías de siempre.
Rosado: Porto no era un Don Juan.
Juan Mendoza: Yo pienso que era un santo.
Rosado: Y el Barón da Lagoa garantizará personalmente que nao foi asesinado. O trabuco apenas lo hirió.
Juan Mendoza: ¿Puedo rogaros algo en el nombre de la sacra amistad cisplatina?
Rosado: ¿Que mienta?
Juan Mendoza: Piadosamente. Que se declare que fui yo el que quiso asesinarlo.
Rosado: Pois así se expondrá. Y recuerde que protegerse de un ladrón en la niebla no implica fechoría.
Juan Mendoza: Era un santo en la niebla.
un webguión seccionado en 40 episodios y escrito como base para una miniserie televisiva que producirá elMontevideano / Laboratorio de Artes
TRIGESIMONOVENA ENTREGA
EPISODIO XXXIX
Vita Nova.
PRIMERA HISTORIA 1 / INT. NOCHE
Porto (grita dormido en su cuarto del Fuerte): Vasimbora que ahora llegó la virgo, Satanás.
Cabellera de Paloma (acostada al lado suyo): Vine a calmar a tu caballo, mariscal de las estrellas.
Porto (agarrándose el pecho retumbante): Pero a mí lo único que me importa es tu florir, Esposa.
Cabellera de Paloma: No me llames Esposa.
Porto: ¿Cómo entraste a este Fuerte?
Cabellera de Paloma: Soy el rocío que forma la piedad en la piedra. Los húsares no me ven.
Porto levanta los bucles atirabuzonados de Paloma que le azulan la almohada y descubre una calavera.
Muerte: Es la hora, mariscal.
Porto: Todavía necesito que ella me crea y sea flor.
Muerte: Entonces te concedo una hora más, soldado.
Porto se despierta de un salto, se viste y baja corriendo a la calle muy neblinosa.
SEGUNDA HISTORIA 1 / INT. NOCHE
Magdalena entra en el cuarto de su esposo vestida con un camisón muy escotado. Lleva una palmatoria y un estuche de armas.
Magdalena: Aquí traje mi regalo de reconciliación.
Juan Mendoza: Pues puede que mi carajo no equipare los veintiséis centímetros de un tromblón naranjero pero ya está hecho mástil.
Magdalena (sacando el trabuco del estuche para lamerle el caño): Shhhh. Tus ultrajes tendrán que chitonearse porque acabo de ver lumbre en el nido de la Deseada.
Juan Mendoza (arrancándole el arma): Y tú ya en pelota, tía. Hoy me siento capaz de gargarizar hasta tus chinchulinazos.
Magdalena (desnudándose): Pues habéis leído con angurria al marqués de los guampudos, Don Hereje.
Juan Mendoza (acariciando el tromblón): ¿Este chiche está cargado?
Magdalena: Como que Cristo es puto.
Juan Mendoza (parándole para tirarle del pelo a la mujer hasta arrodillarla): Satanás te destripe, tiburona. Llena estalles de aloe. El infierno te ruja. Coronada tú seas en los chiribitiles y maldita la virgo en su cotarro de ángeles. Camunguera de Magdala, coña del Aqueronte, enséñanos a asesinar y a morir para siempre. Amén.
Magdalena (mordiéndose la boca hasta sangrar): Vita nova, Juanito.
PRIMERA HISTORIA 2 / INT. NOCHE
Paloma (grita dormida debajo de su mosquitero): Vasimbora, picuda. El Maestro es un gatuso como Abreu y Artecona.
Garza rosada: No te vistas de negro.
Paloma: Lo vamos a descogotar con la monstra de Frutos.
Garza rosada: Pero lo engualichaste.
Paloma: Y ahora mi carne se hunde.
Garza rosada: El alma que anda en amor ni cansa ni se cansa.
Paloma: ¿Y si Él vuelve?
Garza rosada: A la tarde te examinarán en amor.
Paloma: ¿Y Él podrá acariciarme las corolas desnudas como si azucenaran un traje de novia?
Garza rosada: Siempre te llamó Esposa.
Paloma: ¿Cómo sé que no es diablo?
Garza rosada: Porque sabe morir.
SEGUNDA HISTORIA 2 / INT. NOCHE
Juan Mendoza y Magdalena quedan tirados en la alfombra del dormitorio, con manchas de excremento y de sangre.
Magdalena (arrancándole una sábana a la cama de su marido): Es hora de amortajarnos, Juanito.
Juan Mendoza (dejándose tapar la cara por su mujer): ¿Con qué te sazonaba el corazón cuando nos casamos, guarra?
Magdalena: Pues ya de oírte respirar me daba arrobamiento. Y cuando te ibas de la cama se me metía una pampereada hasta la rabadilla.
Juan Mendoza: ¿Eso sentías?
Magdalena (destapándose y sentándose): Oigo correr a alguien hacia aquí. Y son botas militares.
Juan Mendoza: Ojalá nos fusilaran.
Magdalena: Shhhh. Se detuvo en casa.
Juan Mendoza (destapándose y parándose): Lo acabo de escuchar. ¿Habrá otro degollado?
Magdalena (yendo hacia la ventana): Es el mariscal Porto.
Juan Mendoza: Ca. El Don Juan sin mujeres.
PRIMERA HISTORIA 3 / INT. NOCHE
Paloma se despierta arrancándose la ropa de noche y baja completamente desnuda de la cama para encender una vela y enfocarse el pecho izquierdo con un espejito.
Paloma: Soñé que tenía una calavera verde en lugar de un pezón, Maestro mío. Y las garzas lloraban.
Porto (grita desde afuera): Santo y seña.
Paloma (corriendo para entreabrir el ventanal y asomarse a la calle neblinosa): Chitón. ¿Quedaste loco?
Porto: La muerte me anda buscando.
Paloma: Pues a todos nos busca.
Porto: Pero yo necesito florirte antes que se me despedace el corazón. Ábreme, perfecta mía.
Paloma: Ahora no puedo abrirte. Podría escaparme al alba y encontrarnos en Las Bóvedas después que suene el cañonazo.
Porto: Me quedan unos suspiros. ¿No me vas a creer?
Paloma: ¿Qué tengo que creer?
Porto: Que eu poso te fecundar la alma con mi piedad. No es desejo, coisiña.
SEGUNDA HISTORIA 3 / INT. DÍA
Magdalena (murmura asomada al otro ventanal que da a la calle junto con Juan Mendoza): Toma con los pacificadores.
Juan Mendoza: Esas son les bonnes manières que se enseñan en palacio.
Magdalena: Para follarte mejor.
Juan Mendoza: Pero mira si estuviera parado frente a tu ventana.
Magdalena: Deja escuchar.
Juan Mendoza: Ya no hablan.
Magdalena (agarrando el trabuco): Pues ahora se deslenguará para siempre en el infierno.
Juan Mendoza (parándosele adelante): Mátame a mí, mejor.
Magdalena: Tú ya estás muerto, Juan.
Juan Mendoza (escuchando una rama quebrada): Se trepó al eucalipto.
Magdalena: Y ella le tendió los brazos.
Juan Mendoza: Ojalá la haga feliz.
PRIMERA HISTORIA 4 / EXT. NOCHE
Porto quiebra una rama y queda enganchado en el pequeño eucalipto, sin dejar de estirar un brazo.
Paloma: Te vas a desnucar.
Porto: Pero ya veo la luz de tu olhar en la niebla.
Paloma: ¿Y cómo es esa luz?
Porto: Inmaculada, Esposa.
Paloma: Hala, vuelve a tu Fuerte que ya arrecian los gallos.
Porto: Yo no quiero tu carne.
Paloma: ¿Pero cómo podría parir un hijo tuyo si no quieres mi carne?
Porto: Después de hoy vas a poder.
Paloma: Comprendí, mariscal. Zero killed en el jardín, como dice Edward Harley. Mañana platicamos.
Porto: Obrigado, coisiña.
En ese momento suena un disparo de trabuco y Porto cae a la calle.
SEGUNDA HISTORIA 4 / INT. AMANECER
Juan Mendoza y el Marqués Alonso Rosado toman café en el Salón de Gobierno del Fuerte.
Rosado: El hermano del mariscal Porto padecía de la misma afección congénita y morreu en la zanja reyuna el mes pasado.
Juan Mendoza: Y sin embargo esta ciudad maldita tejerá las pestíferas habladurías de siempre.
Rosado: Porto no era un Don Juan.
Juan Mendoza: Yo pienso que era un santo.
Rosado: Y el Barón da Lagoa garantizará personalmente que nao foi asesinado. O trabuco apenas lo hirió.
Juan Mendoza: ¿Puedo rogaros algo en el nombre de la sacra amistad cisplatina?
Rosado: ¿Que mienta?
Juan Mendoza: Piadosamente. Que se declare que fui yo el que quiso asesinarlo.
Rosado: Pois así se expondrá. Y recuerde que protegerse de un ladrón en la niebla no implica fechoría.
Juan Mendoza: Era un santo en la niebla.
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