UN CLAVEL DE CEMENTERIO
ADRIANA CLOUZET
ESCENA 1
Carlos, Gastón y Fabio son tres gerentes de una empresa de la zona del Prado. Fabio y Gastón están sentados en la oficina de Carlos.
Carlos (entrando a su oficina): Ahhh. Los estaba buscando.
Fabio: Sí, me dijo mi secretaria.
Gastón: ¿Qué pasó, Carlitos?
Carlos (sentándose cómodamente en su sillón): Los llamé porque no siempre tenemos una merca tan apetitosa como hoy.
Fabio (riéndose): ¿Cuál de todas?
Carlos (mientras va hacia un mueble y saca tres vasos y una botella de whisky): ¡Las de carne, loco!
Fabio (levantándose hacia la puerta para irse): Ah, no, ustedes hagan lo que quieran pero a mí esta vez no me involucren.
Gastón (a Fabio): ¡Vení! De la otra también hay.
Fabio: No, dejá. Pensé que me llamabas por un tema de trabajo.
Carlos (mientras sirve tres tragos): Es viernes y ya estamos cerrando. ¿De qué me hablás, Fabito?
Escena 2
Un mozo sirve un whisky en una mesa de boliche donde se encuentran Victoria y Karla, compañeras de la misma empresa pero de otra división que se ubica a la vuelta.
Victoria: ¡Para vos no hay!
Karla: No seas mala, poneme un hilito del tuyo.
Victoria: Tranquila. Terminá tu refresco.
Karla: Para eso me hubieses invitado con un vaso de agua que daba igual.
Victoria (tratando de desviar la conversación y prendiendo un cigarro): ¿A qué hora te encontrás con tu novio?
Karla: En una hora, pero primero tengo que hacer una cosa arriba.
Victoria: Mirá que ya están cerrando.
Karla (meneándose como si le gustara un poco): Me llamó Carlos de producción. Vaya a saber para qué me quiere.
Victoria: ¡Ojo con ése! ¿Pasó algo con tu novio?
Karla (mientras busca un medicamento en su bolso y lo pone sobre la mesa): No, por ahora va todo más que bien. Acostumbrada a que me cagaran a palos…
Victoria: Pensar todo lo que pasastes, y gracias a él pudiste salir.
Karla (mostrando su refresco antes de tomarse el medicamento): Sí, pero con agüita. Me falta la lechuguita, nomás.
Victoria (agarrándola del brazo): ¿Un consejo? No subas.
Escena 3
Fabio se retira de la oficina de Carlos saliendo por un pasillo, mientras Karla sube rápidamente por la escalera. Carlos se queda en su oficina con Gastón. Tocan a la puerta.
Karla: Buenas, ¿cómo andan?
Carlos (levantándose a darle un beso): Bien. Pasá, pasá. ¿Querés un escocés?
Le pone en la mano el vaso que era para Fabio.
Karla (dándole un beso a Gastón y sentándose al lado suyo en el sillón): No, estoy tratando de dejar. Y además acabo de tomar un medicamento.
Gastón: Dale, Turca, un traguito nomás. Tiene bastante hielo como te gusta.
Carlos (mientras pone la botella en la pequeña mesa de juntas): ¿Qué les pasa hoy a todos? ¿Ahora vos estás hecha una monjita?
Karla (mirando su whisky): No, es que estoy de novia y me tengo que encontrar abajo con él en una hora. Bueno, un solo traguito no le hace mal a nadie.
Prueba el whisky y termina haciendo fondo blanco, mientras Carlos y Gastón se ríen.
Carlos (sentándose al lado de ella y agarrándole los hombros para mirarle el escote): Además mañana no se trabaja. Contame de tu novio.
Karla (sirviéndose otro trago): No, prefiero no hablar de él ahora.
Corte. En el reloj se ve que ya pasó una hora, y ahora ya están los tres tirados en el sofá.
Karla (acalorada y desabrochándose los primeros botones de la blusa): Pensar que el loco es un buen tipo, y yo con todos mis líos…
Gastón (sacándole el vaso de la mano): Aflojá un poco, Turca. ¿Ya le dijiste al loco de tu problemita con el chupete?
Carlos se acerca desde el otro lado para besarla.
Karla (levantándose del sillón): ¿Qué hacés? ¿Estás loco? No, no…
Carlos (con una risita): No te calentés. Vení, vení. Lo que pasa es que este ambiente nos pones un poco cachondos…
Karla se agarra la cabeza y sale con dificultad al pasillo. Carlos y Gastón la siguen.
Escena 4
Fabio hablando con una florista de la esquina.
Fabio: ¡Mariana! ¿Cómo estás? Hace mil años que no te veo.
Mariana: Sí, es verdad. Hoy estoy haciéndole una suplencia a papá que fue a hacer unos trámites porque estamos agrandando el negocio.
Fabio: Qué bueno. Los felicito.
Mariana: ¿Por qué no te das una vuelta otro día? Capaz que le podés dar una mano con el proyecto.
Fabio: Dale. Si querés me tiro hasta Melilla y hablamos más tranquilos. ¿El domingo te va?
Mariana: Genial. Tomá: llevate un clavel. Este tiene un color poco visto.
Fabio: Y justo mañana juega la celeste del alma.
Escena 5
Karla se tambalea rápidamente por el corredor, se pega contra un extintor de pared y cae.
Gastón (agarrándole un brazo y desacomodándole todavía más la blusa): Turca, quedate tranquila. ¿No te das cuenta cómo estás?
Carlos: ¿Qué hacés, Turca?
Gastón (agachándose para tocarle el golpe que se dio en la frente): ¡Qué lío armaste!
Karla: ¡No me toques! ¡Dejame!
Carlos: Dejate de pavadas y no grites que nos va a oir todo el mundo. Vení, levantate.
Atrás se escuchan unos pasos y aparece Fabio con el clavel en la mano.
Fabio (acercándose a la mujer derrumbada): ¿No vieron a Karla? Hace una hora que la estoy esperando allá abajo. ¿Pero qué es esto?
Ninguno le contesta.
Fabio tira el clavel sobre el cuerpo de su novia como sobre un cadáver, se da vuelta y se va.
Escena 6
En el vivero de una chacra de Melilla, Mariana ve acercarse un auto por el camino de tierra.
Mariana (les anuncia a Hugo y Carmen, sus padres): Ese es Fabio.
Corte. Fabio baja y saluda a Mariana con un beso.
Hugo: Fabito, qué alegría tenerte por acá. Pensar que todavía no conocías nuestro santuario.
Fabio: Aquí se respira paz.
Hugo (frotándole la espalda y señalándole a Carmen): Te presento a mi señora. ¿Vamos a charlar adentro?
Escena 7
El lunes, en la empresa, Fabio golpea y entra en la oficina de Carlos.
Fabio: Permiso.
Carlos (parándose): Pasá, Fabio. Estaba por ir a verte a tu oficina para explicarte lo del otro día.
Fabio: No me interesa que me expliques nada.
Carlos (sonriendo): Aunque esto te parezca trillado, te puedo asegurar que lo que viste no es lo que parece.
Fabio: ¿Y encima te reís?
Carlos: Perdón. Pero es verdad.
Fabio: Yo no vine por eso. Hagan lo que quieran. Vine porque trabajamos juntos y quería avisarte que a partir de mañana queda Marcos en mi lugar.
Carlos: ¿Qué pasó?
Fabio: Renuncié.
Carlos: Pará, pará. Si es por lo del otro día lo tendríamos que hablar con la Turca. Perdón, con Karla.
Fabio: No. Ya habíamos hablado de esto con ella. Es un poco de todo. Necesito aire fresco.
Carlos: ¿Pero cómo vas a dejar todo esto porque te falta aire fresco? ¡Asomate por la ventana, loco, y vas a ver cómo se te refrescan las ideas!
Fabio (ya de espaldas y a punto de irse, se da vuelta hacia Carlos para gritar): ¡Qué bueno que siempre te tomés así las cosas, loco! ¿Y cuando te manoseen a tu hija o tu hijo llegue borracho a tu casa también te vas a reír así?
Y se va dando un portazo.
Escena 8
En la chacra de Melilla, mientras Hugo y su familia acomodan las flores en el vivero, ven bajar a Fabio de su auto.
Fabio: ¿Cuándo empezamos, don Hugo?
Hugo (abrazando a su mujer y a Mariana): Me parece que antes habría que descorchar un buen vinito.
Corte.
Mariana (aparte a Fabio): ¿Cómo te fue con el clavel?
Fabio: Lo llevé al cementerio.
ADRIANA CLOUZET
ESCENA 1
Carlos, Gastón y Fabio son tres gerentes de una empresa de la zona del Prado. Fabio y Gastón están sentados en la oficina de Carlos.
Carlos (entrando a su oficina): Ahhh. Los estaba buscando.
Fabio: Sí, me dijo mi secretaria.
Gastón: ¿Qué pasó, Carlitos?
Carlos (sentándose cómodamente en su sillón): Los llamé porque no siempre tenemos una merca tan apetitosa como hoy.
Fabio (riéndose): ¿Cuál de todas?
Carlos (mientras va hacia un mueble y saca tres vasos y una botella de whisky): ¡Las de carne, loco!
Fabio (levantándose hacia la puerta para irse): Ah, no, ustedes hagan lo que quieran pero a mí esta vez no me involucren.
Gastón (a Fabio): ¡Vení! De la otra también hay.
Fabio: No, dejá. Pensé que me llamabas por un tema de trabajo.
Carlos (mientras sirve tres tragos): Es viernes y ya estamos cerrando. ¿De qué me hablás, Fabito?
Escena 2
Un mozo sirve un whisky en una mesa de boliche donde se encuentran Victoria y Karla, compañeras de la misma empresa pero de otra división que se ubica a la vuelta.
Victoria: ¡Para vos no hay!
Karla: No seas mala, poneme un hilito del tuyo.
Victoria: Tranquila. Terminá tu refresco.
Karla: Para eso me hubieses invitado con un vaso de agua que daba igual.
Victoria (tratando de desviar la conversación y prendiendo un cigarro): ¿A qué hora te encontrás con tu novio?
Karla: En una hora, pero primero tengo que hacer una cosa arriba.
Victoria: Mirá que ya están cerrando.
Karla (meneándose como si le gustara un poco): Me llamó Carlos de producción. Vaya a saber para qué me quiere.
Victoria: ¡Ojo con ése! ¿Pasó algo con tu novio?
Karla (mientras busca un medicamento en su bolso y lo pone sobre la mesa): No, por ahora va todo más que bien. Acostumbrada a que me cagaran a palos…
Victoria: Pensar todo lo que pasastes, y gracias a él pudiste salir.
Karla (mostrando su refresco antes de tomarse el medicamento): Sí, pero con agüita. Me falta la lechuguita, nomás.
Victoria (agarrándola del brazo): ¿Un consejo? No subas.
Escena 3
Fabio se retira de la oficina de Carlos saliendo por un pasillo, mientras Karla sube rápidamente por la escalera. Carlos se queda en su oficina con Gastón. Tocan a la puerta.
Karla: Buenas, ¿cómo andan?
Carlos (levantándose a darle un beso): Bien. Pasá, pasá. ¿Querés un escocés?
Le pone en la mano el vaso que era para Fabio.
Karla (dándole un beso a Gastón y sentándose al lado suyo en el sillón): No, estoy tratando de dejar. Y además acabo de tomar un medicamento.
Gastón: Dale, Turca, un traguito nomás. Tiene bastante hielo como te gusta.
Carlos (mientras pone la botella en la pequeña mesa de juntas): ¿Qué les pasa hoy a todos? ¿Ahora vos estás hecha una monjita?
Karla (mirando su whisky): No, es que estoy de novia y me tengo que encontrar abajo con él en una hora. Bueno, un solo traguito no le hace mal a nadie.
Prueba el whisky y termina haciendo fondo blanco, mientras Carlos y Gastón se ríen.
Carlos (sentándose al lado de ella y agarrándole los hombros para mirarle el escote): Además mañana no se trabaja. Contame de tu novio.
Karla (sirviéndose otro trago): No, prefiero no hablar de él ahora.
Corte. En el reloj se ve que ya pasó una hora, y ahora ya están los tres tirados en el sofá.
Karla (acalorada y desabrochándose los primeros botones de la blusa): Pensar que el loco es un buen tipo, y yo con todos mis líos…
Gastón (sacándole el vaso de la mano): Aflojá un poco, Turca. ¿Ya le dijiste al loco de tu problemita con el chupete?
Carlos se acerca desde el otro lado para besarla.
Karla (levantándose del sillón): ¿Qué hacés? ¿Estás loco? No, no…
Carlos (con una risita): No te calentés. Vení, vení. Lo que pasa es que este ambiente nos pones un poco cachondos…
Karla se agarra la cabeza y sale con dificultad al pasillo. Carlos y Gastón la siguen.
Escena 4
Fabio hablando con una florista de la esquina.
Fabio: ¡Mariana! ¿Cómo estás? Hace mil años que no te veo.
Mariana: Sí, es verdad. Hoy estoy haciéndole una suplencia a papá que fue a hacer unos trámites porque estamos agrandando el negocio.
Fabio: Qué bueno. Los felicito.
Mariana: ¿Por qué no te das una vuelta otro día? Capaz que le podés dar una mano con el proyecto.
Fabio: Dale. Si querés me tiro hasta Melilla y hablamos más tranquilos. ¿El domingo te va?
Mariana: Genial. Tomá: llevate un clavel. Este tiene un color poco visto.
Fabio: Y justo mañana juega la celeste del alma.
Escena 5
Karla se tambalea rápidamente por el corredor, se pega contra un extintor de pared y cae.
Gastón (agarrándole un brazo y desacomodándole todavía más la blusa): Turca, quedate tranquila. ¿No te das cuenta cómo estás?
Carlos: ¿Qué hacés, Turca?
Gastón (agachándose para tocarle el golpe que se dio en la frente): ¡Qué lío armaste!
Karla: ¡No me toques! ¡Dejame!
Carlos: Dejate de pavadas y no grites que nos va a oir todo el mundo. Vení, levantate.
Atrás se escuchan unos pasos y aparece Fabio con el clavel en la mano.
Fabio (acercándose a la mujer derrumbada): ¿No vieron a Karla? Hace una hora que la estoy esperando allá abajo. ¿Pero qué es esto?
Ninguno le contesta.
Fabio tira el clavel sobre el cuerpo de su novia como sobre un cadáver, se da vuelta y se va.
Escena 6
En el vivero de una chacra de Melilla, Mariana ve acercarse un auto por el camino de tierra.
Mariana (les anuncia a Hugo y Carmen, sus padres): Ese es Fabio.
Corte. Fabio baja y saluda a Mariana con un beso.
Hugo: Fabito, qué alegría tenerte por acá. Pensar que todavía no conocías nuestro santuario.
Fabio: Aquí se respira paz.
Hugo (frotándole la espalda y señalándole a Carmen): Te presento a mi señora. ¿Vamos a charlar adentro?
Escena 7
El lunes, en la empresa, Fabio golpea y entra en la oficina de Carlos.
Fabio: Permiso.
Carlos (parándose): Pasá, Fabio. Estaba por ir a verte a tu oficina para explicarte lo del otro día.
Fabio: No me interesa que me expliques nada.
Carlos (sonriendo): Aunque esto te parezca trillado, te puedo asegurar que lo que viste no es lo que parece.
Fabio: ¿Y encima te reís?
Carlos: Perdón. Pero es verdad.
Fabio: Yo no vine por eso. Hagan lo que quieran. Vine porque trabajamos juntos y quería avisarte que a partir de mañana queda Marcos en mi lugar.
Carlos: ¿Qué pasó?
Fabio: Renuncié.
Carlos: Pará, pará. Si es por lo del otro día lo tendríamos que hablar con la Turca. Perdón, con Karla.
Fabio: No. Ya habíamos hablado de esto con ella. Es un poco de todo. Necesito aire fresco.
Carlos: ¿Pero cómo vas a dejar todo esto porque te falta aire fresco? ¡Asomate por la ventana, loco, y vas a ver cómo se te refrescan las ideas!
Fabio (ya de espaldas y a punto de irse, se da vuelta hacia Carlos para gritar): ¡Qué bueno que siempre te tomés así las cosas, loco! ¿Y cuando te manoseen a tu hija o tu hijo llegue borracho a tu casa también te vas a reír así?
Y se va dando un portazo.
Escena 8
En la chacra de Melilla, mientras Hugo y su familia acomodan las flores en el vivero, ven bajar a Fabio de su auto.
Fabio: ¿Cuándo empezamos, don Hugo?
Hugo (abrazando a su mujer y a Mariana): Me parece que antes habría que descorchar un buen vinito.
Corte.
Mariana (aparte a Fabio): ¿Cómo te fue con el clavel?
Fabio: Lo llevé al cementerio.
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