DECISIONES
DIEGO ABELENDA
ESCENA 1
Nando y Pedro en una oficina, sentados frente a dos escritorios.
Nando: Ya no aguanto más, la situación se volvió una mierda! Se caga y se mea encima… No se deja poner los pañales… No sé qué hacer!
Pedro: Pero no debe ser para tanto.
Nando: Eso lo decís vos porque no lo vivís todos los días.
Pedro cierra los ojos e inclina la cabeza sin opinar.
Nando: Andá vos a darle de comer en la boca, cortarle la carne, darle la sopita… Bañarlo!
Pedro: Tenés que tener un poco de paciencia. Pensá que es por un tiempo, nomás. Todo pasa. Además… es tu sangre, ¿no?
Nando: Sí. Somos una familia, pasamos a ser tres. Es lo que pensamos con Rocío cuando decidimos traerlo pero se está volviendo un estorbo entre ella y yo.
ESCENA 2
Rocío y Nando abrazándose y besándose desnudos en el dormitorio. De golpe se abre la puerta y el Viejo les tira un envoltorio por la cabeza.
Viejo: ¡Ya les dije que no quiero usar más los pañales!
Nando (incorporándose): Pero papá! ¡¿Qué hacés?! ¡No podés entrar así!
Rocío: ¡Basta, Nando! ¡Se acabó! No lo soporto más. ¡Es él o yo!
Nando: Pará. ¡No te pongas así!
El Viejo se da vuelta y se va sin hablar.
Rocío (sentándose en la cama): ¡¿Y cómo querés que me ponga?!
Nando: Vos también estuviste de acuerdo en traerlo para acá.
Rocío: ¡¿Y qué querés?! ¡Si tus hermanos lo dejaron en la calle! Me dio lástima.
Nando: ¡Entonces no te quejés ahora!
Rocío: Pensaba que estaba bien de la cabeza y que nos iba a dar una mano con la casa y cuando tuviéramos al bebé. ¡Mierda vamos a tener un bebé si no nos deja ni coger!
Nando: ¡A mí también me tiene podrido la situación! ¿O te creés que no? Pero ya lo hablamos, es imposible pagar una casa de salud.
Rocío: Hablá con tus hermanos, hace meses que te lo vengo diciendo. Son unos hijos de puta: le vendieron la casa por guita y ahora no ponen un mango.
Nando: Sabés que no se puede contar con ellos.
Rocío: ¡No sé, Nando! Tenés que encontrar una solución.
Nando: ¡¿Yo tengo qué encontrar?! ¡¿Tenemos?!
Rocío: Es tu padre.
Nando: Somos un matrimonio.
Rocío no contesta.
Nando: ¿O no?
ESCENA 3
Rocío, sola en el dormitorio, habla por teléfono con una amiga.
Rocío: Ya no aguanto más, la situación se volvió una mierda. Se caga y se mea encima… No se deja poner los pañales… ¡¿Cómo que no debe ser para tanto?! Eso lo decís porque vos no lo vivís todos los días. Vení vos a vivir a este infierno.
Corte. Nando le da de comer al Viejo en la cocina.
Nando: No me puede decir que elija entre vos y ella… y encima que me haga cargo yo solo de la situación. ¿Dónde quedó aquello de en las buenas y en las malas, en la salud y la enfermedad?
Corte. Rocío sigue hablando en el dormitorio.
Rocío: Ya le dije, es el Viejo o yo… ¡y claro que le dije eso! Para que madure, nena. Para que se responsabilice. Que encare de una vez a los hermanos. ¡Que encare la situación! No, no lo estoy presionando. ¿Qué decís?
Corte. Nando en la cocina.
Nando: Y todavía quiere que hable con Gustavo y Daniel. Y ella sabe que no me animo… Me está matando. Pero Viejo, masticá bien! ¡No tires para afuera!
Corte. Rocío en el dormitorio.
Rocío: Me siento abandonada, ya no me da pelota, le da más bola al Viejo que a mí. No. No es imaginación mía.
ESCENA 4
Rocío y Nando acostados en el dormitorio.
Rocío: ¡Me jodiste toda la noche dando vueltas y vueltas! Supongo que tomaste una decisión.
Nando se levanta sin hablar.
Rocío: Sí, andá a darle la lechita. Ya es la hora.
Corte. Nando vuelve al dormitorio.
Nando: Mi amor… Papá está muerto.
Nando y Pedro en una oficina, sentados frente a dos escritorios.
Nando: Ya no aguanto más, la situación se volvió una mierda! Se caga y se mea encima… No se deja poner los pañales… No sé qué hacer!
Pedro: Pero no debe ser para tanto.
Nando: Eso lo decís vos porque no lo vivís todos los días.
Pedro cierra los ojos e inclina la cabeza sin opinar.
Nando: Andá vos a darle de comer en la boca, cortarle la carne, darle la sopita… Bañarlo!
Pedro: Tenés que tener un poco de paciencia. Pensá que es por un tiempo, nomás. Todo pasa. Además… es tu sangre, ¿no?
Nando: Sí. Somos una familia, pasamos a ser tres. Es lo que pensamos con Rocío cuando decidimos traerlo pero se está volviendo un estorbo entre ella y yo.
ESCENA 2
Rocío y Nando abrazándose y besándose desnudos en el dormitorio. De golpe se abre la puerta y el Viejo les tira un envoltorio por la cabeza.
Viejo: ¡Ya les dije que no quiero usar más los pañales!
Nando (incorporándose): Pero papá! ¡¿Qué hacés?! ¡No podés entrar así!
Rocío: ¡Basta, Nando! ¡Se acabó! No lo soporto más. ¡Es él o yo!
Nando: Pará. ¡No te pongas así!
El Viejo se da vuelta y se va sin hablar.
Rocío (sentándose en la cama): ¡¿Y cómo querés que me ponga?!
Nando: Vos también estuviste de acuerdo en traerlo para acá.
Rocío: ¡¿Y qué querés?! ¡Si tus hermanos lo dejaron en la calle! Me dio lástima.
Nando: ¡Entonces no te quejés ahora!
Rocío: Pensaba que estaba bien de la cabeza y que nos iba a dar una mano con la casa y cuando tuviéramos al bebé. ¡Mierda vamos a tener un bebé si no nos deja ni coger!
Nando: ¡A mí también me tiene podrido la situación! ¿O te creés que no? Pero ya lo hablamos, es imposible pagar una casa de salud.
Rocío: Hablá con tus hermanos, hace meses que te lo vengo diciendo. Son unos hijos de puta: le vendieron la casa por guita y ahora no ponen un mango.
Nando: Sabés que no se puede contar con ellos.
Rocío: ¡No sé, Nando! Tenés que encontrar una solución.
Nando: ¡¿Yo tengo qué encontrar?! ¡¿Tenemos?!
Rocío: Es tu padre.
Nando: Somos un matrimonio.
Rocío no contesta.
Nando: ¿O no?
ESCENA 3
Rocío, sola en el dormitorio, habla por teléfono con una amiga.
Rocío: Ya no aguanto más, la situación se volvió una mierda. Se caga y se mea encima… No se deja poner los pañales… ¡¿Cómo que no debe ser para tanto?! Eso lo decís porque vos no lo vivís todos los días. Vení vos a vivir a este infierno.
Corte. Nando le da de comer al Viejo en la cocina.
Nando: No me puede decir que elija entre vos y ella… y encima que me haga cargo yo solo de la situación. ¿Dónde quedó aquello de en las buenas y en las malas, en la salud y la enfermedad?
Corte. Rocío sigue hablando en el dormitorio.
Rocío: Ya le dije, es el Viejo o yo… ¡y claro que le dije eso! Para que madure, nena. Para que se responsabilice. Que encare de una vez a los hermanos. ¡Que encare la situación! No, no lo estoy presionando. ¿Qué decís?
Corte. Nando en la cocina.
Nando: Y todavía quiere que hable con Gustavo y Daniel. Y ella sabe que no me animo… Me está matando. Pero Viejo, masticá bien! ¡No tires para afuera!
Corte. Rocío en el dormitorio.
Rocío: Me siento abandonada, ya no me da pelota, le da más bola al Viejo que a mí. No. No es imaginación mía.
ESCENA 4
Rocío y Nando acostados en el dormitorio.
Rocío: ¡Me jodiste toda la noche dando vueltas y vueltas! Supongo que tomaste una decisión.
Nando se levanta sin hablar.
Rocío: Sí, andá a darle la lechita. Ya es la hora.
Corte. Nando vuelve al dormitorio.
Nando: Mi amor… Papá está muerto.
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