una blognovela de
HUGO GIOVANETTI VIOLA
adaptada para el cine por
ÁLVARO MOURE CLOUZET
HUGO GIOVANETTI VIOLA
adaptada para el cine por
ÁLVARO MOURE CLOUZET
DÉCIMA ENTREGA
37 / LA PIEDAD
Mariana Ventura se bajó de un taxi y caminó hasta la Torre del Vigía con la sombra piadosamente encharolada.
-A mí el programador no me hizo pa este mundo, loco -se puso a apagar y a prender el yesquero frente al encorvamiento de Leonardo Regusci. -Me enteré que se fue a la mierda el disco.
-Se suspendió, nomás.
-Por culpa de mi poema.
-Nada que ver. Naná es muy inteligente pero inventa cualquiera.
-Y ahora arriba me quiere embagayar esa película que te mandaron. Como si yo precisara ver a San Juan de la Cruz en el Tren Fantasma.
-Yo no te pedí nada.
-Ya sé, dueño del mundo -se dejó caer en un escalón y guardó el yesquero la mujer con caderas de establo. -¿Siempre hay que hablar de vos? Me enteré que al Negro Piedra le cobraron el peaje.
-Tu hijo no se dio cuenta.
-Ojalá. Pero te juro que me dio una clase del chiquilín-dragón que les lloraba adentro a Zitarrosa y a Becho que terminé hecha moco.
-¿Te contó Naná que me ofreció mudar el Laboratorio al quilombo?
-Y poner un teatrito. Eso estaría demás.
-Concha, te gustó algo.
-Sí. Pero lo que a mí me gusta es tu delfín, papito. Aunque no quieras dármelo. Vení a casa que te tiro el sobre de dormir al lado del piano. Y a lo mejor un día te compro hasta un colchón.
-Cuando llegaste estaba soñando ideas para poner un espectáculo multimedia sobre Zitarrosa. Un actor, un correlato en pantalla y la gente. Y hecho en lo de Naná tendría más gancho que en cualquier boliche de Montevideo.
-Se tendría que llamar El alma de Alfredo.
-No está mal.
-¿Y por qué no le agregás actrices mujeres? Una Guitarra Negra y una Guitarra Blanca, por ejemplo.
-Sos un genio, Tantriste -corrió el termo y el mate y se ovilló de costado para incrustar las crenchas en la minifalda de la negra el muchacho.
-Sí. Y cuando saque un Oscar me tiro un pedo en el micrófono para agradecerle al programador los servicios prestados.
-¿Vos sabés que recién anteayer empecé a entender del todo por qué Dios me mandó de vuelta a esta plaza?
-Para que te crucifiquen, coboy. ¿Precisás entenderlo?
38 / LA BELLEZA
Al otro día Senequilla actuó en el Conrad y a las tres de la mañana pasó por el quilombo junto con Franco. Localizaron a Leonardo en el galpón de la planta baja donde iba a ser construido el pub-laboratorio-teatro.
-Parecés el Rasta de la Paciencia -puso una botella de etiqueta negra y tres vasos arriba de un bargueño apolillado el gnomo.
-Te eché de menos, macho -agregó el español, un aspirante a trovador elitista que transformaba el escenario en una especie de circo sin toro conmovedoramente incapaz de conmover a nadie. -¿Qué lées?
-Historia y sentido del arte cristiano de Juan Plazaola -señaló un mamotreto lujoso y hojarasqueado de apuntes Leonardo.
-Qué paciencia.
-Escuchá: Escoto aconseja, como el Aeropagita, la interpretación anagógica, no literal, de la Biblia, y advierte que “las cosas divinas y celestiales se manifiestan mediante símbolos desemejantes” (per dissmilia symbola). Precisamente ciertas figuras imposibles, como un hombre con alas, tienen la ventaja de no inducir a error, pues por su mismo carácter fantástico impiden que la mente de los ignorantes atribuya a los seres espirituales formas y figuras del mundo corpóreo.
-Y es así.
-Y acá encontrás fundamentada la belleza del barroco de la Contrarreforma ocho siglos antes. Pero la entendés mejor.
-Lo mejor sería brindar de una vez -empezó a servir Franco. -Porque el hombre quería mojar el bizcocho allá arriba.
-Gracias -pareció morder el vaso Senequilla, aunque no tragó nada. -Acabo de leer El pozo de Onetti y me tumbó, chaval.
-Eso ya es puro barroco español, aunque El astillero te hipnotiza con un nácar lunar hetimasíaco que no tiene ni Rulfo. Borges sí. Me acabo de enterar que la hetimasía vendría a ser una apariencia de ausencia de la divinidad que a veces necesitamos adorar igual que a la belleza de una puta.
Entonces el cantante-efebo español que se asimetrizaba las crenchas como los jugadores de fútbol más cotizados hizo fondo blanco y terminó por jadear afeminándose conmovedoramente:
-¿Y yo tengo belleza?
-¿En las canciones?
-No te pongas difícil.
-Es que para nosotros dejar ver la belleza es lo más difícil del mundo. Onetti decía que leía muy poca poesía porque los versos bien hechos donde no había nadie atrás le rompían las pelotas.
-Ah. Y atrás mío no hay nadie.
Senequilla se histerizó y subió casi corriendo mientras el gnomo murmuraba:
-Me parece que hoy precisa un consolador machazo.
39 / PACO
Zen encontró a Leonardo y al barman del quilombo armando la tarima del futuro teatrito y sonrió deslumbrado:
-La arquitectura divina sabe lo que hace, maestro.
-Él es Paco, el Capitán histórico de la Casa de Naná -fueron presentados por Leonardo los hombres cuarentones que confrontaban una melena azabache y peinada a lo pato y un afeitadísimo cráneo con mucha colonia. -Y él es Zen, co-fundador de laTorre / Laboratorio de Artes.
-Acá caben por lo menos cincuenta personas sentadas.
-Pero nos falta laburar una barbaridad. Y del espectáculo de Zitarrosa tengo escrito nada más que el título, así que podremos largar en Semana Santa como mínimo.
-Quién sabe. ¿El amigo Paco ya vio La noche oscura?
-No. Pero te puedo asegurar que de la noche oscura de Alfredo sabe más que nosotros dos juntos. Lo escuchó cantar acompañado por Becho en La claraboya amarilla, acá en Punta del Este.
-Serías un pibe.
-Ayudaba a mi viejo en el bar. Y lo peor es que el chiquilín que me quedó llorando adentro todavía no me deja tranquilo.
-¿Y vos te pensás que al Uruguay y a la humanidad el chiquilín los deja tranquilos? -trituró una araña a escobazos Leonardo Regusci.
Entonces Paco recogió el diminuto cadáver ovillado con la pala de la basura y se agachó a cantarle:
-De golpe no estás / nada más sucedió / borrachera fetal que tu muerte me deja / con esta canción que solloza / olvidada de mí, rondaré tus maderas. / Quisiera explicarte mi amor / no tu ausencia o mis culpas, ayer tú vivías: / si ya no merezco cantar para ti / yo te pido, no sigas muriendo. / El tiempo pasado ese suave festín / donde fuiste una caja escondida / un clavel encerrado en el muro / una oreja en la sombra, el sigilo de nadie. / Ese tiempo y tú, lo que yo conocí / lo que quisiste ser, clavicordio y alcohol / sensitivo y brutal, el pasado y el piano / acabaron en este silencio. / Si ya no merezco cantar para ti / yo quisiera explicarte mi amor aunque es tarde. / Tu tiempo pasó pero yo me quedé / aquí tañendo por ti en tus campanas. / Cuerno de pastor de un remoto país / piedra lisa que el alba y el cielo tocaron / soy como tu mar, rodaré eternamente hacia ti / y desde ti a lo más hondo. / Mas mientras te busque en las cosas / en tanto regreses sin que yo te llame o te olvide / te pido que limpies mi amargo dolor / por favor que no sigas muriendo. / Mi padre serás como fuiste mi padre / un gameto en la grieta cerrada del tiempo / voz ronca del órgano ya enmudecido / ahí estás larga caja de pino.
Zen le hizo una seña a Leonardo para subir antes que el hombre terminara de murmurar el réquiem reescrito por Zitarrosa sobre un poema de Estrázulas y al llegar al patio decidió:
-Ese es el actor que precisamos para el espectáculo. Ni busques más. Y fijate cómo la humanidad entera le pide al Padre con mayúscula que no nos abandone.
40 / OJOS DE PLATA
El Pato escuchó a Juana preguntar por dónde se iba a la Casa de Naná y se le acercó señalando la esquina de la plaza:
-Mi madre puede explicarte. Nosotros vivimos aquí enfrente y ella baila todas las noches en el quilombo.
-Así que vos sos Juana -se paró desclavándose la bombilla de la trompa despintada la negra. -No sabía que venías.
-Precisaba ver la Torre -le frotó el resplandor pinchudo al chiquilín la muchacha. -Y tu hijo me pescó.
-Va a ser fiolo.
Entonces se abrazaron carcajeando sobre los escaloncitos del jardín y después que Mariana explicó que Zen y Leonardo ya estaban por llegar Juana desembuchó:
-¿Vos pensás que puede funcionar el Laboratorio en lo de Naná?
-Bueno, lo que no funciona es el mundo. Pero en este momento hay una futura tallerista multimedia de Maldonado ahí adentro, duchándose. Gente loca vas a encontrar en todos lados. ¿Y Franco?
-Quedó enganchado con el carnaval. Y además allá en verano los talleres del Laboratorio se suspenden hasta marzo.
-¿Sabías que hoy se hace la primera fiesta nudista en el country del Rey y Federica lo entrevista en vivo y va a empezar a escribir para el suplemento puntaesteño de La farándula?
-Por mí que reviente.
-Pero por ahora los que reventamos somos nosotros. Decime la verdad: el disco se fue al carajo por los intestinos áureos que le empezó a tironear Leonardo a mi poema. ¿O yo cago bombones?
-Cómo me gustaría vivir con esta Torre enfrente.
-Te aburrís enseguida. Contestame: ¿no fue el poema de la Tantriste el que les pudrió el disco?
-No. Venía todo mal. Y además murió Tannat y ahora traigo la noticia de que los Curotto se van a España con el Senequilla.
-¿Cómo? ¿Y la fe?
-La fe está ahí en la Torre.
-¿Vos sabés lo que escribió Maiakovski cuando se suicidó Esenin? En esta vida morir es fácil / Hacer vida es mucho más difícil. Y al final terminó suicidándose él.
-No sé ni quiénes son.
Y en ese momento apareció en la puerta del living-comedor-cocina una muchacha que usaba un bastón para sostener y orientar al mismo tiempo una renguera poliomielítica y una ceguera sobrehumanamente plateada y anunció:
-Ya va a empezar En trozos en la Punta.
-Vení, Lucía -pareció incrustarse en la marea más dorada del jardín la mujer con perfil ballenáceo. -Acaba de llegar tu futura docente multimedia.
37 / LA PIEDAD
Mariana Ventura se bajó de un taxi y caminó hasta la Torre del Vigía con la sombra piadosamente encharolada.
-A mí el programador no me hizo pa este mundo, loco -se puso a apagar y a prender el yesquero frente al encorvamiento de Leonardo Regusci. -Me enteré que se fue a la mierda el disco.
-Se suspendió, nomás.
-Por culpa de mi poema.
-Nada que ver. Naná es muy inteligente pero inventa cualquiera.
-Y ahora arriba me quiere embagayar esa película que te mandaron. Como si yo precisara ver a San Juan de la Cruz en el Tren Fantasma.
-Yo no te pedí nada.
-Ya sé, dueño del mundo -se dejó caer en un escalón y guardó el yesquero la mujer con caderas de establo. -¿Siempre hay que hablar de vos? Me enteré que al Negro Piedra le cobraron el peaje.
-Tu hijo no se dio cuenta.
-Ojalá. Pero te juro que me dio una clase del chiquilín-dragón que les lloraba adentro a Zitarrosa y a Becho que terminé hecha moco.
-¿Te contó Naná que me ofreció mudar el Laboratorio al quilombo?
-Y poner un teatrito. Eso estaría demás.
-Concha, te gustó algo.
-Sí. Pero lo que a mí me gusta es tu delfín, papito. Aunque no quieras dármelo. Vení a casa que te tiro el sobre de dormir al lado del piano. Y a lo mejor un día te compro hasta un colchón.
-Cuando llegaste estaba soñando ideas para poner un espectáculo multimedia sobre Zitarrosa. Un actor, un correlato en pantalla y la gente. Y hecho en lo de Naná tendría más gancho que en cualquier boliche de Montevideo.
-Se tendría que llamar El alma de Alfredo.
-No está mal.
-¿Y por qué no le agregás actrices mujeres? Una Guitarra Negra y una Guitarra Blanca, por ejemplo.
-Sos un genio, Tantriste -corrió el termo y el mate y se ovilló de costado para incrustar las crenchas en la minifalda de la negra el muchacho.
-Sí. Y cuando saque un Oscar me tiro un pedo en el micrófono para agradecerle al programador los servicios prestados.
-¿Vos sabés que recién anteayer empecé a entender del todo por qué Dios me mandó de vuelta a esta plaza?
-Para que te crucifiquen, coboy. ¿Precisás entenderlo?
38 / LA BELLEZA
Al otro día Senequilla actuó en el Conrad y a las tres de la mañana pasó por el quilombo junto con Franco. Localizaron a Leonardo en el galpón de la planta baja donde iba a ser construido el pub-laboratorio-teatro.
-Parecés el Rasta de la Paciencia -puso una botella de etiqueta negra y tres vasos arriba de un bargueño apolillado el gnomo.
-Te eché de menos, macho -agregó el español, un aspirante a trovador elitista que transformaba el escenario en una especie de circo sin toro conmovedoramente incapaz de conmover a nadie. -¿Qué lées?
-Historia y sentido del arte cristiano de Juan Plazaola -señaló un mamotreto lujoso y hojarasqueado de apuntes Leonardo.
-Qué paciencia.
-Escuchá: Escoto aconseja, como el Aeropagita, la interpretación anagógica, no literal, de la Biblia, y advierte que “las cosas divinas y celestiales se manifiestan mediante símbolos desemejantes” (per dissmilia symbola). Precisamente ciertas figuras imposibles, como un hombre con alas, tienen la ventaja de no inducir a error, pues por su mismo carácter fantástico impiden que la mente de los ignorantes atribuya a los seres espirituales formas y figuras del mundo corpóreo.
-Y es así.
-Y acá encontrás fundamentada la belleza del barroco de la Contrarreforma ocho siglos antes. Pero la entendés mejor.
-Lo mejor sería brindar de una vez -empezó a servir Franco. -Porque el hombre quería mojar el bizcocho allá arriba.
-Gracias -pareció morder el vaso Senequilla, aunque no tragó nada. -Acabo de leer El pozo de Onetti y me tumbó, chaval.
-Eso ya es puro barroco español, aunque El astillero te hipnotiza con un nácar lunar hetimasíaco que no tiene ni Rulfo. Borges sí. Me acabo de enterar que la hetimasía vendría a ser una apariencia de ausencia de la divinidad que a veces necesitamos adorar igual que a la belleza de una puta.
Entonces el cantante-efebo español que se asimetrizaba las crenchas como los jugadores de fútbol más cotizados hizo fondo blanco y terminó por jadear afeminándose conmovedoramente:
-¿Y yo tengo belleza?
-¿En las canciones?
-No te pongas difícil.
-Es que para nosotros dejar ver la belleza es lo más difícil del mundo. Onetti decía que leía muy poca poesía porque los versos bien hechos donde no había nadie atrás le rompían las pelotas.
-Ah. Y atrás mío no hay nadie.
Senequilla se histerizó y subió casi corriendo mientras el gnomo murmuraba:
-Me parece que hoy precisa un consolador machazo.
39 / PACO
Zen encontró a Leonardo y al barman del quilombo armando la tarima del futuro teatrito y sonrió deslumbrado:
-La arquitectura divina sabe lo que hace, maestro.
-Él es Paco, el Capitán histórico de la Casa de Naná -fueron presentados por Leonardo los hombres cuarentones que confrontaban una melena azabache y peinada a lo pato y un afeitadísimo cráneo con mucha colonia. -Y él es Zen, co-fundador de laTorre / Laboratorio de Artes.
-Acá caben por lo menos cincuenta personas sentadas.
-Pero nos falta laburar una barbaridad. Y del espectáculo de Zitarrosa tengo escrito nada más que el título, así que podremos largar en Semana Santa como mínimo.
-Quién sabe. ¿El amigo Paco ya vio La noche oscura?
-No. Pero te puedo asegurar que de la noche oscura de Alfredo sabe más que nosotros dos juntos. Lo escuchó cantar acompañado por Becho en La claraboya amarilla, acá en Punta del Este.
-Serías un pibe.
-Ayudaba a mi viejo en el bar. Y lo peor es que el chiquilín que me quedó llorando adentro todavía no me deja tranquilo.
-¿Y vos te pensás que al Uruguay y a la humanidad el chiquilín los deja tranquilos? -trituró una araña a escobazos Leonardo Regusci.
Entonces Paco recogió el diminuto cadáver ovillado con la pala de la basura y se agachó a cantarle:
-De golpe no estás / nada más sucedió / borrachera fetal que tu muerte me deja / con esta canción que solloza / olvidada de mí, rondaré tus maderas. / Quisiera explicarte mi amor / no tu ausencia o mis culpas, ayer tú vivías: / si ya no merezco cantar para ti / yo te pido, no sigas muriendo. / El tiempo pasado ese suave festín / donde fuiste una caja escondida / un clavel encerrado en el muro / una oreja en la sombra, el sigilo de nadie. / Ese tiempo y tú, lo que yo conocí / lo que quisiste ser, clavicordio y alcohol / sensitivo y brutal, el pasado y el piano / acabaron en este silencio. / Si ya no merezco cantar para ti / yo quisiera explicarte mi amor aunque es tarde. / Tu tiempo pasó pero yo me quedé / aquí tañendo por ti en tus campanas. / Cuerno de pastor de un remoto país / piedra lisa que el alba y el cielo tocaron / soy como tu mar, rodaré eternamente hacia ti / y desde ti a lo más hondo. / Mas mientras te busque en las cosas / en tanto regreses sin que yo te llame o te olvide / te pido que limpies mi amargo dolor / por favor que no sigas muriendo. / Mi padre serás como fuiste mi padre / un gameto en la grieta cerrada del tiempo / voz ronca del órgano ya enmudecido / ahí estás larga caja de pino.
Zen le hizo una seña a Leonardo para subir antes que el hombre terminara de murmurar el réquiem reescrito por Zitarrosa sobre un poema de Estrázulas y al llegar al patio decidió:
-Ese es el actor que precisamos para el espectáculo. Ni busques más. Y fijate cómo la humanidad entera le pide al Padre con mayúscula que no nos abandone.
40 / OJOS DE PLATA
El Pato escuchó a Juana preguntar por dónde se iba a la Casa de Naná y se le acercó señalando la esquina de la plaza:
-Mi madre puede explicarte. Nosotros vivimos aquí enfrente y ella baila todas las noches en el quilombo.
-Así que vos sos Juana -se paró desclavándose la bombilla de la trompa despintada la negra. -No sabía que venías.
-Precisaba ver la Torre -le frotó el resplandor pinchudo al chiquilín la muchacha. -Y tu hijo me pescó.
-Va a ser fiolo.
Entonces se abrazaron carcajeando sobre los escaloncitos del jardín y después que Mariana explicó que Zen y Leonardo ya estaban por llegar Juana desembuchó:
-¿Vos pensás que puede funcionar el Laboratorio en lo de Naná?
-Bueno, lo que no funciona es el mundo. Pero en este momento hay una futura tallerista multimedia de Maldonado ahí adentro, duchándose. Gente loca vas a encontrar en todos lados. ¿Y Franco?
-Quedó enganchado con el carnaval. Y además allá en verano los talleres del Laboratorio se suspenden hasta marzo.
-¿Sabías que hoy se hace la primera fiesta nudista en el country del Rey y Federica lo entrevista en vivo y va a empezar a escribir para el suplemento puntaesteño de La farándula?
-Por mí que reviente.
-Pero por ahora los que reventamos somos nosotros. Decime la verdad: el disco se fue al carajo por los intestinos áureos que le empezó a tironear Leonardo a mi poema. ¿O yo cago bombones?
-Cómo me gustaría vivir con esta Torre enfrente.
-Te aburrís enseguida. Contestame: ¿no fue el poema de la Tantriste el que les pudrió el disco?
-No. Venía todo mal. Y además murió Tannat y ahora traigo la noticia de que los Curotto se van a España con el Senequilla.
-¿Cómo? ¿Y la fe?
-La fe está ahí en la Torre.
-¿Vos sabés lo que escribió Maiakovski cuando se suicidó Esenin? En esta vida morir es fácil / Hacer vida es mucho más difícil. Y al final terminó suicidándose él.
-No sé ni quiénes son.
Y en ese momento apareció en la puerta del living-comedor-cocina una muchacha que usaba un bastón para sostener y orientar al mismo tiempo una renguera poliomielítica y una ceguera sobrehumanamente plateada y anunció:
-Ya va a empezar En trozos en la Punta.
-Vení, Lucía -pareció incrustarse en la marea más dorada del jardín la mujer con perfil ballenáceo. -Acaba de llegar tu futura docente multimedia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario