sábado

LA HEROICIDAD URUGUAYA diálogo con Demian Díaz Torres [Sexta entrega]


NUEVE: LA PUERTA DE ATRÁS DEL PARAÍSO

¿Y cuál es el reclamo del sí-mismo en la primera mitad de la vida?

Es distinto. Ahí lo que reclama el sí-mismo es que el héroe haga lo que tiene que hacer: luchar y conquistar un lugar en la vida. Si en ese tránsito sobrevienen angustias o depresiones es porque la cosa es difícil. Al ego le cuesta mucho consolidar y estabilizar su identidad. Ahí es donde aparece la famosa ansiedad producida por el miedo a dejar el paraíso infantil y sacrificarse en forma adulta, como está tan bien contado en la Biblia.

¿En la Biblia?

Es el mismísimo mito de Adán y Eva, que al principio viven en un paraíso del que no tienen conciencia. Para el niño es igual: papá y mamá lo saben todo hasta que llegada la adolescencia él tiene que empezar a decidir qué está bien y qué está mal. Y el comer del fruto de ese árbol genera el surgimiento de la conciencia y a partir de ese momento ya deberá seguir pariendo con dolor, comer de su sudor, etc. Ha sido expulsado del paraíso inconsciente.

Y la religación sería la recuperación del paraíso.

Pero volviendo a entrar por la puerta de atrás, como ha sido muy bien metaforizado. Porque para reconectarse con el principio cósmico y acceder al tesoro que tantas veces nos parece inaccesible se tienen que recorrer todas las etapas que corresponden a la individuación.

Y ese tesoro no es precisamente el regreso a un bienestar prenatal.

No, porque lo que se trata es de volver a una totalidad tan redonda como la del estado prenatal pero con conciencia. Todas las personas de todas las épocas que se han aplicado a la práctica de la llamada vida espiritual -incluidas las que han hecho experiencias valederas y no funestamente escapistas con ácido lisérgico como es el caso de Aldous Huxley, autor de Las puertas de la percepción- han descrito muy bien ese fenómeno.

En ese momento podemos contemplar, según Jung, los opuestos integrados. Algo así como la reconciliación de Yahvé con Satanás y el resplandor del reino del perdón.

Uh: pero el tema del bien y el mal en Jung es complicadísimo. No creo que sea un asunto sobre el que corresponda dialogar con urgencia.

Campamento

Soñé que estaba en un campamento de gente tan alegre que por momentos hasta parecía estúpida. Pero de golpe me mostraban los brazos y las piernas que habían perdido tanto los niños como los adultos en accidentes de todo tipo y seguíamos comiendo asado y tomando vino entre un gran resplandor. Porque no existen fiestas sin mutilados.


DIEZ: LAS MANDONAS Y LOS MELANCOLOIDES

Me interesaría profundizar en el tema de la figura contrasexual interior mal reconocida por las mujeres, especialmente. Vale decir: rastrear las consecuencias del machismo aplastante que sufren desde que nacen (Jung decía que el varón tiene una referencia maternal personal y la mujer un pater colectivo).

Ese es un problema universal que ahora se ha puesto de relieve porque las estructuras opresivas van aflojando y en la medida en que la mujer trabaja, vota con conciencia y participa en la gestión cultural (lo que se suma, por supuesto, a las tareas de ser madre y esposa) se destapa el reclamo de la totalidad femenina. Pero como ese requerimiento exterior de la sociedad más bien le exige que sea como un varón y no que desarrolle toda su femineidad se le hace muy difícil ampliar su espectro de acción adecuadamente.

Y cuando llega a la mitad de la vida suele sentirse paralizada. Marie-Louise Von Franz les pedía a las pacientes que se imaginaran que estaban tapadas por una especie de sábana y que no eran ellas mismas las que pensaban sino el fantasma del pater sabelotodo.

Efectivamente. Lo que la frustra es el peso de ese logos masculino patriarcal y despótico. Existe una lucha ancestral entre lo matriarcal y lo patriarcal, y en este momento quizás tengamos la oportunidad de que los dinamismos se equilibren: para eso debe acentuarse la injerencia de lo matriarcal en la vida afectiva y además el patriarcado debe seguir cediendo espacio en las estructuras de poder. Pienso que lo ideal es que haya un patriarcado y un matriarcado en equilibrio armónico dentro de la misma persona, más que una síntesis de ambos.

Otra proyección fatídica del ánimus es la caricaturización del autoritarismo masculino: la matrona que se pone a mandar a todo el mundo.

Pero irracionalmente. En ese caso está tomada por el complejo paterno y no elabora su masculinidad interior sino que reproduce irreflexivamente conductas que sufrió y a la vez heredó.

Y a la vez las proyecta en sus hijas, lo que hace que muchas mujeres reciban el bombardeo machista de todos lados.

De todos lados.

¿Y cómo se proyecta esa madre negativa en el varón?

Bueno, una consecuencia de la que ya hablamos es esa búsqueda de la perpetua permanencia en el paraíso infantil a través de placeres y comodidades que posterguen el enfrentamiento con lo trascendente. Y además el varón que entra en crisis dominado por un complejo materno negativo puede deprimirse y transformarse en un atrapado sin salida que maneja una seudofilosofía apocalíptica: la vida es un infierno sin sentido, la muerte no tendría que existir, no hay salida ni soluciones de ningún tipo, etc. Todo eso sirve para disfrazar el complejo reinante y entonces el varón se vuelve quejicoide, melancoloide, feminoide, en fin. Por algo hay tantas mujeres a la que les cuesta conseguir un hombre y no están dispuestas a cargar con el sobrepeso infantil.

¿Cómo se definirían cualitativamente la femineidad y la masculinidad interiores (el otro matriarcal o patriarcal, el equivalente simbólico de la figura materna o paterna) que deben elaborar la mujer y el varón para completarse?

Lo que deben elaborar el varón y la mujer para completarse es una madura relación adulta consigo mismos que los atraiga a la heroica exploración de nuevas posibilidades interiores y los arranque del nido familiar. Me viene a la mente esa increíble película que es Nacido el 4 de julio, donde el mero hecho de que el protagonista haya nacido el día de la independencia hace que su madre ya lo proclame un héroe. Y ese desmesurado afán de gloria exterior lo lleva a querer convertirse en el guerrero que salva a la patria y termina en un sillón de ruedas. Entonces aparece el ánima (proyectada en una muchacha) que lo inspira hacia una madura lucha por la paz. Porque lo que nos activan el ánima y el ánimus es la búsqueda de lo específico eterno del otro sexo (el logos masculino que verticaliza y fecunda la todopoderosa creatividad femenina) pero no solamente como nexo o enganche procreador o placentero, sino como fuente de renovación del alma, de la psiquis que mira hacia el mundo interior y encuentra nuestro otro, nuestro polo espiritual. De lo contrario se produce lo que ha sido definido como neurosis noósica: el anclamiento en la materialidad, la razón y el utilitarismo que afecta depresivamente a tantos uruguayos. Necesitamos abundancia de actos gratuitos (que se generan y se ofrendan sin esperar nada a cambio), fiestas, celebraciones con mucho canto y baile. Necesitamos bodas en las plazas. Los tamboriles y el carnaval salvan un poco la petisa, pero eso no nos alcanza: lo que nos falta es terminar de poner el alma a la vista. Y eso sólo se logrará congregando, conectando y conjuntando el renovado paisaje interior de cada uno.

Greco

En la sala de espera encontré colgada una reproducción de Toledo a la luz de un relámpago. Había una muchacha que también contemplaba el abismo sobrehumanamente acastillado bajo el grito de plata y no tuve más remedio que comentar:
-Así es el mundo.
-Menos mal -sonrió ella, con los ojos heridos.




(continúa el próximo sábado)

(LEER primera parte - click aquí)

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