sábado

LA HEROICIDAD URUGUAYA diálogo con Demian Díaz Torres [Quinta entrega]


SIETE: NO LA BUSQUES EN EL SHOPPING

¿Cómo se sigue desarrollando la lucha por la individuación?

La lucha por la completud sigue desarrollándose desde adentro, y quien dirige ese proceso de la individuación es el sí-mismo, arquetipo central que yace en el fondo del inconsciente y organiza la psiquis. El sí-mismo busca, impulsa, propicia, manda los símbolos necesarios y activa los arquetipos necesarios para que el hombre nunca esté tranquilo hasta que se religue con él y el ego pierda su posición dominante -propia de la primera mitad de la vida- y el centro de la personalidad se desplace a un lugar intermedio entre el ego y el sí-mismo. Para lo cual el ego debe dejar de creerse que es el dueño de su casa, relativizarse y en algunos casos hasta fracasar.

¿Serían los fracasos del amor del tango?

A veces sí, en la medida en que la pérdida conlleva un duelo y un duelo bien llevado nos devuelve a la vida con un sentido más amplio. Y hay otro tipo de fracasos que son las crisis provocadas por cualquier tipo de éxito que no cubra las necesidades reales del ser. Porque el hombre debe religarse con el principio fundamental de su ser. Y ese arquetipo yace en lo profundo de todas las personas, independientemente de cualquier credo o religión en particular.

Por lo que religarse no implica necesariamente religionarse.

No. La religión es una práctica vinculada a una institución con cargos, ministros, templos, etc. Religarse es un proceso natural que cada cual puede lograr solo o acompañado. Es un problema suyo.

¿Y qué obtiene con la religación?

Un sentido de totalidad y trascendencia cósmica.

Y ese sentido de totalidad y trascendencia cósmica, más allá de las complicaciones que nos pueda traer, sería lo que nos hace verdaderamente felices.

Pero no tiene necesariamente que traernos complicaciones: en general nos desliga de ellas. El que arma los problemas y los líos es el ego. Pienso además que debemos tener mucho cuidado con la palabra felicidad, porque en los últimos tiempos se ha adulterado tanto que terminó por transformarse en un mito muy sospechoso.

Te referís a la manija turística o cocacolera.

Exactamente. No estamos hablando de la felicidad a cambio de chauchas y palitos. Estamos hablando de una completud que no es nada incompatible con el sufrimiento, sino que más bien implica sufrimiento.

Misa

Hacía más de treinta años que no iba a misa. Entré casi corriendo y me paré atrás de un perfumado pelo botticelliano. Pero cuando iba a completar la visualización machista del cuerpo de la muchacha escuché un pensamiento:
-Aquí no.
Me concentré en la misa y después que cantamos el Padrenuestro sobre la música de Sounds of silence ella se dio vuelta para besarme y sonrió:
-La paz contigo.
Lo único que le faltaba era llamarse María.



OCHO: EL MISTERIOSO MISIL DE LA DEPRESIÓN

¿Cómo se comunica el sí-mismo con el ego?

Fundamentalmente a través de los sueños, que son mensajes elaborados por esta instancia trascendente y básica y espiritual que es el sí-mismo para que el ego pueda obtener una contraimagen, digamos. Para que pueda ver la otra parte.

Y lo que predomina es el tipo de mensaje que llamamos pesadilla.

No siempre predomina, pero a veces el sí-mismo se especializa en mostrar el horror de los errores unilaterales del ego. Y la gente le tiene miedo a las pesadillas porque muchas veces las imágenes que recibimos del inconsciente no son gratas y además son exageradas.

Y en lugar de aprovecharlas descifrando las advertencias simbólicas que encierran se trata de olvidarlas.

Se trata de olvidarlas o de reducirlas en todo caso al efecto de una comida indigesta.

Y lo peor es que cuando los mensajes revelan maravillas tampoco son considerados reales. O se los lapida con el famoso acápite del tango Maquillaje: Lástima que no sea verdad tanta belleza.

Eso es terrible. Porque la belleza existe, aunque resulte imposible hacerse dueño de ella. Lo que pasa es que el ego se quiere apropiar de todo y no puede. Entonces dice que no existe.

Y sin embargo cuando llega la segunda mitad de la vida el ego suele enloquecerse buscando belleza de utilería porque no aguanta la infelicidad.

Jung explica muy bien este problema. En la primera mitad de la vida, después que uno deja de ser niño empieza a luchar por ser alguien en la sociedad, formar una familia, ganar dinero y concretar aspiraciones materiales, laborales, vocacionales, etc. Pero eso hace que el centro de la personalidad siga siendo el ego, que siempre se atribuye todos sus logros. Se produce un centralismo del ego. El problema es que cuando ya se cumplieron los objetivos de esta primera etapa de la vida y se tiene un capital, una familia, un nombre, etc., suele aparecer misteriosamente la depresión. ¿Por qué? Porque muchas veces no se ha podido llevar por buen camino el proceso de individuación y el hombre no ha logrado completarse. No se ha religado con su sí-mismo y entonces su sí-mismo lo reclama con una depresión que le está diciendo al ego: Tú solo no eres nada. Tú vas a ser algo cuando entres en tratativas conmigo, estableciendo un equilibrio de poderes y de significados.

La depresión estaría marcando el absurdo de la incompletud.

Claro. Por eso el hombre siente que la vida no tiene sentido, que todo lo que hizo no sirve para nada, que después de tanto esfuerzo y tanto sacrificio ahora se encuentra en la situación más desvalida del mundo. Y cuanto más facilidades haya en una sociedad para consolidar con rapidez un bienestar y una estabilidad material dejando para después todo lo trascendente, más rampante y triunfante aparecerá la depresión en la segunda mitad de la vida. Por más millones que se tengan en el banco.

Y está el drama específico de las mujeres que se sienten terminadas cuando los hijos se van de la casa y terminan por transformarse en viejas brujas.

Es que muchas veces el hombre se especializa en capitalizar dinero y la mujer en capitalizar hijos. Mientras tiene a los hijos puede mantener la ilusión de que lo tiene todo, pero después al sí-mismo le queda el camino abierto para reclamar la reconexión.

Reconexión que muchas veces no sucede nunca.

Lamentablemente.

Al hombre en cambio todavía le queda la chance de revitalizarse buscando chiquilinas.

Sí. Y en ese caso le está poniendo un parche a la situación: le está diciendo que no al sí-mismo y busca una solución aparentemente fácil y placentera, como aquel tragicómico personaje de Il sorpasso.

¿Y el alcohol?

El alcohol y la droga más bien son utilizados para entorpecer la conciencia y evadir los reclamos del sí-mismo. Vale decir: sigamos por el mismo camino y acallemos las dudas interiores. Y por supuesto que eso corre por igual para hombres y mujeres: muchos viajes, mucha dolce vita, el celebrado leit-motiv de que cuanto más tiempo pasa más joven me siento, etc.

A lo que le podemos agregar una cultura de la frivolidad que barra tanto a la muerte como al espíritu debajo de la alfombra.

Esa es la única cultura que ayuda a tratar de emparchar la depresión y la infelicidad con la momificación de nuestro niño eterno.

¿Y cómo podemos incentivar la reconexión con el sí-mismo?

Hay muchos caminos para no transformarnos en un atrapado sin salida y evitar la muerte de nuestro héroe potencial. No se piense, por ejemplo, que el sí-mismo busca reconectarse con nosotros solamente a través de los sueños. Los sueños son muy importantes -sobre todo como método de trabajo en una terapia- pero la mayoría de la gente no está preparada y no sabe entenderlos. El sí-mismo presiona todo el tiempo sobre nosotros para propulsarnos a la individuación y la cosa es encontrar los medios para aprovechar ese beneficio y esa enseñanza potencial. Existen muchos sistemas, o mejor dicho enseñanzas espirituales, que nos orientan y nos ayudan a procesar las experiencias vitales expandiendo nuestra conciencia y haciéndonos más sabios. Hay quienes, como Krishnamurti, insisten en que una persona puede alcanzar la iluminación si persevera en determinadas actitudes. Pero lo cierto es que mucha gente accede a la sabiduría sólo con ir viviendo adecuadamente. Y esto se hace por pura intuición: es como si ya tuvieran las instrucciones en su mente. Y no olvidemos ese otro camino fundamental de asimilación del sí-mismo que es el arte, en la medida en que puede generar estados especiales de conciencia y dejar una gran impronta, una gran certidumbre en el alma, activando lo que hemos llamado el polo anímico, metafísico, simbólico.

Familia

Un matrimonio de la cuadra perdió a sus dos hijos veinteañeros en un accidente.
-Yo nunca me arrepentí de haber dejado la carrera para casarme -me comentó el vecino la primera mañana que fui a visitarlos. -Porque gracias a eso llegué a tener la familia que tengo.
Ya pasaron dos años. Acaban de comprar un auto, y cuando pasan y saludan dulcemente uno siente que los asientos de atrás no están vacíos


(continúa el próximo sábado)

(LEER primera parte - click aquí)

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