Diario de una Señora 1 - Andrea Moreira

Alguien me dijo alguna vez, que a su vez lo había escuchado: “….no hay muertes sin sentido para Dios…, todas tienen un propósito….”. Realmente, es una de las cosas más crueles y bellas sobre las que he tenido que reflexionar en mi vida. Sobretodo después de la muerte prematura de mi propia madre a la que aún veo acostada en la cama, con toda esa juventud escapándosele por las ventanas del cuarto. Hoy entiendo apenas su vida y la he dejado partir luego de años de traspasar el desconcierto, el dolor y la rabia desmedida, “No entres dócilmente en esa noche quieta…….. Rabia, rabia, contra la agonía de la luz.” a decir de Dylan. Pues así he aceptado mi propia muerte, ya no le temo como antes, la tengo olvidada entre mis libros, mis cigarrillos, entre los azulejos de mi cocina, los gritos de mi hijo y el ladrido de las perras en el fondo. A veces la veo por el jardín de enfrente, a veces me toca una ventana y sigue. Otras veces me habla de noche al oído y se cuelga del respaldo de mi cama, para verme hacer el amor, hamacándose. A veces comparte mi mesa o mira la televisión. Ya no le temo como antes, la he parido dos veces inclusive y la tercera volvió llena de vida. Ya no dudo que Dios tenga amor en sus propósitos