jueves

IDEA VILARIÑO - LAS LETRAS DE TANGO (26)

 PLANTEO DEL ASUNTO (10)

 

El apóstrofe (2)

 

b /1) El consejo. Ya vimos el consejo incorporado a otras formas, rematando narraciones o retratos. Aquí no nos ocupan sino aquellas letras que se dedican exclusivamente, o casi, a aconsejar: Pensalo bien, Atenti, pebeta, Seguí mi consejo. Enfundá la mandolina. Podrían caber también aquellas otras en que el consejo es el centro del asunto, y el resto, preparación o derivación suyas: Resignate, hermano.

 

Al aconsejar se están dando las normas de conducta, los modos de vida ejemplares, se están mencionando los valores éticos. No debe creerse, no obstante, que de su conjunto se desprenda una determinada moral, por más esquemática, rudimentaria, limitada que fuese. Los puntos de vista de los diferentes consejeros sólo coinciden en algunos lugares comunes que más bien son del sentimiento. Las variantes abarcan un ancho espectro en el que están incluidos la broma:

 

Piantale a la leche, hermano,

que eso arruina el corazón.

Seguí mi consejo

la mezquina sensatez:

 

Con más inteligencia

entrá a seguirla, viejo,

los líos hay que verlos,

averiguarlos bien.

Después, si es necesario,

jugarse hasta el pellejo…

Primero, campaneala

 

el desenfadado hedonismo:

 

Se va la vida,

se va y no vuelve,

escuchá este consejo:

si un bacán

te promete acomodar,

entrá derecho viejo.

Pasan los días,

pasan los años

y es fugaz la alegría.

No pensés

en dolor ni en virtud,

viví tu juventud.

Se va la vida

 

En broma o en serio, las más de las veces se aconseja una conducta no por razones morales sino prácticas:

 

tirale el lente a las minas

que ya estén comprometidas

pa que te salgan de arriba

y no te cuesten tovén

Seguí mi consejo

 

o sentimentales:

 

No te marchés

que la ilusión es ciega.

Hacele caso a tu amorcito

que sabés

que a nada se le niega.

Pensalo bien

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