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ESPACIO Y TIEMPO EN LAS PATOLOGÍAS MENTALES (62) - HÉCTOR GARBARINO

 

 1ra edición: Editorial Roca Viva / Julio 1996 

1º edición WEB: elMontevideano Laboratorio de Artes / 2019


VIRGINIA ERRANDONEA

 

De la madre-máquina a la madre-humana (*) (2)

 

I / El inicio

 

Se daban discursos como el que se planteó anteriormente acompañados por ese deambular constante y sin fin. No me miraba, no me contestaba, no me hablaba, simplemente yo no existía. Esto tan desordenado me paralizaba, no podía pensar ni entender nada; pero era entender desde mi lugar; ¿tenía el mismo sentido para él? Seguramente no, pero a mí me resultaba muy difícil de poder tolerar y me limitaba a registrar, también maquinalmente, todo lo que hacía y decía como para que no se me escapara nada y llevar a la supervisión todo; seguía buscando una explicación que me tranquilizara y estaba dejando escapar a Tomás.

 

Los padres decían que nada le interesaba, que no se relacionaba con otros chjcos o personas, que no le interesaban los juguetes; no sé si se puede hablar de interés, pero había una atracción especial por las máquinas: la TV y la radio (en ocasiones prendía ambas a la vez), los juegos electrónicos, etc. Las máquinas, si se piensa en su historia, siempre estuvieron presentes en su vida; en el CTI para que viviera, la TV o la radio al hablar, etc. Me transformé de máquina que registraba o miraba en máquina que hablaba; empecé a repetir también propagandas o marcas y empiezan a darse momentos de contacto, hacía que repitiera con él con él o que escribiera y leyera; esto no resultaba fácil pues cuando no se daba algo como él quería o esperaba empezaba a gritar o a pegarse y en el mejor de los casos me “apagaba” y esto lo hacía quedando mudo el resto de la sesión, caminando de un lado a otro. En cierto aspecto, tal como está aquí descrito, parecería que se tratase de una relación de dos, pero no es tan claro.

 

Más adelante empiezan a tener sentido los contenidos de las propagandas o empezamos a darles un sentido que no quedase solamente en el repetir; es difícil de trasmitir pero era como darle vida a la máquina que le había enseñado, como tal, todo; así aprendió con una mamá televisión / máquina y no había distancia con eso; mientras yo “funcionaba” así, como máquina, o parte de él, hacía contacto, pero, si yo “cambiaba de canal” tratando de poner en palabras estas cosas quedaba afuera. Esto se intercala con momentos en que podía decirle de su dificultad en aceptar mi existencia como algo separado y diferente de él y a veces se daban comentarios distintos como “cállate”, “fuera”, “no digas pavadas”, etc.

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