martes

ESPACIO Y TIEMPO EN LAS PATOLOGÍAS MENTALES (52) - HÉCTOR GARBARINO

 

 

 1ra edición: Editorial Roca Viva / Julio 1996

 1º edición WEB: elMontevideano Laboratorio de Artes / 2019

  

VI. AUTISMO

 ESPACIO Y TIEMPO EN EL AUTISMO (2)

 

HÉCTOR GARBARINO

 

Esta dilución en el espacio puede ser muy placentera para el yo-Ser, y la encontramos habitualmente en los creadores, pero hay instancias en que produce una angustia pánica. Esto sucede cuando el autista está buscando sus límites y ha instalado su yo corporal o está próximo al mismo, de modo que tiene suficiente yo y cuerpo constituido como para experimentar la angustia de no Ser. En estas situaciones ya no es posible disolverse en el espacio retornando a la instancia del Ser sin experimentar terrible angustia. Allí el niño vivencia el vacío del Ser, verdadero agujero en la frágil trama del yo-Ser, por donde se escurre la libido narcisista originando la sensación de muerte psíquica.

 

El niño autista, por su percepción sensorial se desenvuelve en un espacio tridimensional, pero en lo imaginario su cuerpo y su psiquismo constituyen una superficie bidimensional, superficie que se continúa con las personas y objetos que lo circundan así como con el espacio exterior.

 

Se comprende entonces, que un agujero o una desconexión de esta débil trama bidimensional que lo constituye, lo sumerja en el vacío infinito del espacio multidimensional. En diversas y variadas circunstancias se origina esta situación: al percibir su agujero en un objeto ya que el objeto es él mismo, al romperse una bolsita y derramándose su contenido, siente que él mismo se derrama, o no puede tirar un objeto por una ventana porque con el objeto se va él mismo.

 

En el espacio bidimensional no limitado en que se halla inmerso el niño, no existen las oposiciones que instala posteriormente el yo, como adentro-afuera, animado-desanimado, vida-muerte. masculino-femenino. Esto determina que el autista ingiera con frecuencia plasticina o papel, facilitado además porque el cuerpo con límite abierto es un cuerpo desvitalizado ya que la vida exige límites.

 

Por la misma razón este cuerpo plano, desanimado, en continuidad con los otros cuerpos y objetos, ausentes las representaciones de sí, no se siente como un cuerpo propio, de modo que en los estados de cólera, cuando se irritan con otro, o con las circunstancias adversas que les tocan vivir, muerden su propio cuerpo como si fuera un cuerpo ajeno.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Google+