(LO QUE EL MATERIALISMO NEURÓTICO QUISO ESCONDERNOS SOBRE NUESTRA GRANDEZA)
17
Isabelino Pena bajó hasta
la callecita que daba a la puerta de San Juan y encontró un montón de
chiquilines chapaleando en un rabioso partido de pelota vasca. No queda un
farol sano: los equipos que se azulan fantasmalmente en el barrial se llaman
los Morrocotudos y los Guarangos, y la pared que usan para el rebote es la del
caserón lindero al de los Twins. Después del toque de Ánimas y el cañonazo se
oyó un retumbar de caballos por el lado de la muralla y los pelotaris se
desbandaron como ratas. Yo me escondo junto con cuatro de los más grandes en la
esquina de San Joaquín y vemos aparecer una carreta escoltada por la guardia
personal de portugo: los mandingas llevan antorchas y hacen bajar a un grupo de
esclavas que son recibidas en la puerta principal por los galerudos.
-Venga -juntó las manos
el adolescente más fuerte y ya muy desdentado para ir ayudando a los otros a
treparse a la azotea.
Yo me hago el bobo y
agarro viaje y me cuesta un disparate no resbalar en el descanso de una
claraboya donde unos brazos embarrados me enganchan hasta sentarme en el
pretil: ahora me echo el sombrero en la espalda para dejarme despeinar
maravilladamente por el mar de luciérnagas que forman las calles y los barcos y
la farola del Cerro latiendo bajo el estrellerío.
-Reinas de Angola.
Congas. Cabindas. Molembas. Benguelas -gritaron los McGill, y los pelotaris y
el detective gatearon por la azotea enladrillada para asomarse al patio donde
empezaron a sonar los tamboriles y las marimbas.
Entonces aparecen las
esclavas sobre el damero oblicuo del mosaico azulado por la parra: las
muchachas desnudan bailan locas de frío entre la humareda girante y los mellizos
siguen cacareando el nombre de las naciones mientras las lengüetean y las
penetran con velas esotéricas.
-Venga -se escupieron las
manos antes de desbraguetarse para jugar una carrera de masturbaciones los
chiquilines, y el viejo retrocedió como un cangrejo y se asomó a la calle.
Lo verdaderamente grave
es que estoy atenazado por una erección de virulencia liceal y lo único que
atino es a saltar hasta la claraboya y pierdo pie enseguida y aterrizo en la
cancha de barro.
-Mater Deus -tiritó el viejito
al distinguir un resplandor asesino que lo taladraba desde la puerta de San
Juan.
Era el mismísimo Baruch.
18
La fiesta de San Juan de
1807 fue celebrada por los masones ingleses con una procesión que arrancó en el
Barracón de la Marina y terminó en la plaza de la Matriz frente a la mudez
tiritante de los curiosos salidos del caserío desbarrancado hacia el mar y
amurallado y fortificado y con paredes enjalbegadas y tejados naranjas de San
Felipe y Santiago que no veían cruces ni ciriales ni hachones previos al
regocijo nocturno de la cohetería y las fogatas y las danzas y las cédulas de
novio y los trovadores embrujados por los jazmines que estrellaban las rejas:
tu abuela te abrigó horriblemente y te prohibió por millonésima vez que
hablaras con Celeste y llegaron al Cabildo con Marimoña justo cuando la Logia
Buonarroti seguía de largo hasta la catedral y tu médico le explicó a la
marquesa que el gigante Label y los mellizos McGill eran católicos nacidos en
Irlanda y Escocia y que se conocían con Lanzarote desde el tiempo de las
pajuelas: Mi esposo siempre dijo que del portugo desvergonzado era un espía al
servicio de Inglaterra se acomodó primero los peinetones que le sostenían los
bucles de banana y después el corsé para que se viera mejor el escote que la
hacía lagrimear de frío la marquesa Y si no que lo diga la raterilla que cuando
los herejes nos ultrajaban tañía que daba gusto: Celeste entró a misa con el
gigante pecoso y los galerudos mientras el portugo intercambiaba narigadas de
tabaco-rapé blanquillo que se llevaba en cajas de oro o plata o carey con los
anglicanos solemnizados por los estandartes las insignias las bandas los
mandiles las estrellas y los compases simbólicos de iniciación templaria y el
cronista de la Estrella del Sur sacaba sus apuntes: entonces un médico
contó que en el Miguelete acababa de fundarse la Chácara del Nuevo Mundo con un
Hospital y un Asilo de Caridad para los negros amorcillados en las travesías y
que el cirujano Label había inventado un elixir rejuvenecedor y a la vieja se
le afrutilló el colorete abajo del velo y preguntó si el tónico no te podría
aliviar el corazoncito y el hombre sentenció que después del siglo de las luces
todo iba a ser posible: Esto lo hago por vos te advirtió la marquesa con el
jadeo baboso de la cachondez y te arrastró hasta la catedral donde Lanzarote
pareció penetrarla con el parche y vos sentiste que el sapo-picaflor iba a
desbocarse en cualquier momento y pensaste en el espejo que Celeste te prohibió
mirar mientras bailaba el minué de Rameau y entendiste que la belleza del dolor
desnudo es lo único que importa.
19
Isabelino Pena vio
aparecer a Lanzarote y le hizo señas para que lo ayudara a levantarse. Estoy
hecho un fantasma de albañal aunque sin huesos rotos, y cuando subimos a la
plaza escoltados por el yaguareté me tengo que comer un sermoncito del portugo:
-Os esperaba para
trabajar, cofrade secretario. Me urge empezar a dictar el Memorial de la
Chácara, aunque después también que arremangarse con un evangelio según el
mismísimo Jesucristo. Necesitamos una humanidad que se decida a perdonar al
aspirante a Mesías.
El detective contestó
persignándose ojicerradamente frente a la catedral. El padre Artigas sabe
quiénes somos los cofrades del Espíritu, pienso escupiendo bilis. Celeste y
Josef dormían, y un liberto con librea ayudó al viejo calenturiento a darse un
baño de tina y vestirse de cajetilla.
-A los escoceses no les
cabe un huevo con el gambito que les enseñásteis. ¿Gloriado o cognac? -saca dos
botellones Lanzarote y yo elijo el alcohol como un macaco de resorte y se me
escapa un pedo espantoso.
-Voto a bríos -se atoró
al carcajear el portugo. -Brindo por la indecencia, maestre.
-Y yo brindo por la
libertad, el Hombre Nuevo y la pureza de corazón -retengo un buche fogosísimo y
me animo a largarle un palazo a la piñata. -A las que nos les debe caber un
huevo es a las esclavas que vi entrar en la mansión de los Twins.
El empelucado sorbió una
dosis de rapé para disimular la agresividad de un estornudo muy flemoso:
-¿Acaso estabas
vigilándolos?
-Ni de coña, don Pepe. Es
que terminé de chupandina en el Hacha y salí a despejarme con Remigio Arnal, un
pariente de Artigas. ¿Lo conocéis?
Lanzarote no me da bola y
de golpe desembucha:
-Hoy compramos esclavos
que iremos incorporando a la liberación revolucionaria propuesta en la Chácara,
sin distinción de credos ni de razas. Y los cofrades que celebran mañana sus contratos
esponsalicios se despiden de la soltería farreando con algunas de las recién
llegadas. Algo normal. Por cierto que el doctor Label también cotarro donde
lamerse.
-Hoy probé el elixir.
-¿Y que tal?
-¿Qué tal en qué sentido?
¿Cómo puedo saber si rejuvenecí en tres horas?
-Os aseguro que podéis
saberlo -se le puso más siniestro el ojo verde que el parche a Lanzarote
mientras se tanteaba la entrepierna. -El punche es un prodigio alquímico
antirreumático y afrodisíaco. Y también os aseguro que en la futura República
Cimarrona Científica y Universal conoceréis el gran reino de este mundo.
Entonces entiendo qué fue
lo que me hizo mojar en la azotea de los galerudos y no mando a la mierda al bárbaro
ilustrado porque todavía no me puedo dar el lujo de reventar entre las muelas
de un yaguareté.
20
Cuando tu padre venía de
la estancia la marquesa no tenía más remedio que dejarte guitarrear con Fray
Guillermo y Celeste y Lanzarote y el 8 de diciembre de 1806 el Rubio volvió de
acompañar a Artigas en una misión de reconocimiento del sistema utilizado a lo
largo de la costa para anunciar un posible avance inglés por tierra hacia la
Plaza: el Ayudante Mayor de Blandengues se quedó en la Guardia del Cordón redactándole
un oficio al Virrey Sobremonte donde le sugería que se prendiera otro fuego en
la Barra de Pando para avistar las señales mandadas desde el Cerro de los Toros
y Piedras de Afilar porque desde Carrasco o el saladero de Seco no se percibían
bien: El problema es que no todos los vigilantes tiene la vista de Pepe Cordeón
explicó tu padre Y si no nos prevenimos se perderán avisos y ya se hace
evidente que los ingleses recibieron refuerzos: Lo que para mi coleto se hace
cada día más evidente es que a Artigas le cambió la mirada se le consteló el
revuelo de miel a Fray Guillermo y Lanzarote aprovechó para ironizar Es que
está enamorado: Gran verdad retrucó el franciscano y Celeste prendió chasqueantemente
una targanina y como era cotilleo que el matrimonio de Pepe con Rafaela representaba
una especie de Piedad escultórica invertida hubo un silencio con mosquerío y
rebuznos y pregones de marchantes hasta que el hombre-muchacho de sotana rotosa
mostró los dientes fétidos y agregó Enamorado de la tierra que él mismo ayudó a
devastar contrabandeando antes de hacerse blandengue y soñar con una Madre
Patria que defendiera el alma cimarrona: Habláis bien terminó su chocolate el
portugo Y el diablo a cuatro que desde que nombraron Virrey a Avilés la Madre
Patria le pagó con negaciones de ascensos y licencias por enfermedades graves a
un hombre que después de servir bajo las órdenes de Félix de Azara es capaz
hasta de colonizar A mí me recuerda a un perro del convento que también se
llama Pepe se puso traviesamente enigmático el franciscano Quién os recuerda a
un perro ladró Celeste y Fray Guillermo le contestó Artigas y contó: el cachorro
era bayo y querendón casi hasta el salvajismo y como le rompía la ropa a todo el
mundo de tanto reclamar fiestas hubo que domesticarlo y lo ataron durante meses
en el huerto y cuando no aguantaron más los aullidos y lo soltaron ya parecía
un adulto aunque nunca perdió un temperamento alucinado que se volvió guerrero
cuando la Nicasia entró increíblemente en celo a los quince años y había que
sacarle los bichos vagabundos de adentro a palazos y justo el día de la Virgen
Pepe se la agarró contra un ejército de sarnosos alzados y quedó hecho pedazos
pero se abotonó con la Niqui y al final ella se despatarró a descansar en un
silloncito y él se tiró en el suelo echando sangre y estuvo horas vigilándola
con un orgullo de oro digno de cualquier vitral: Sí dejó de sonreír Fray Guillermo
Me hace acordar a Artigas rompiéndose el alma solo para que Satanás no se nos
quede con la sal de esta tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario