LA PLAZA AZUL
las horas pasaban al
revés
una marioneta del tiempo
no era raro ver
indespegar a los pájaros
y se caían
si mirabas la arboleda
era lo mismo
ellos siempre se mueven
parecido
el agua de la fuente reflujaba
baba azul
la plaza parecía
traicionada
los hombres caminaban
ciegos
chocándose unos contra
otros
sus ojos vacíos de lumbre
tanteaban en Braile un
reloj
que no marcaba ni la vida
que les esperó
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