domingo

JOAQUÍN TORRES GARCÍA. INTEGRIDAD DEL ARTE (8) por ALEJANDRO DÍAZ


1. El Descubrimiento de sí mismo (2)

Según relata en su autobiografía, el alejamiento del Noucentisme actuó en Torres García como un disparador para el abandono del arte mediterráneo y del radical cambio en el discurso que lo acompaña. Pero hay otras fuerzas que empujan para producir este cambio, tanto externas como internas. La primera guerra mundial sacudió violentamente el tejido social y simbólico de Europa en ese año y entre 1916 y 17 Barcelona recibió una gran afluencia de importantes artistas e intelectuales europeos (30). En el tiempo en que Torres García daba su conferencia en Dalmau, Picabia había asentado en los altos de esa galería la redacción de su revista protodadaísta 391. Para Juan Fló, la frase de la conferencia en que Torres García decía que: “En arte más vale el disparate que el academicismo (31)” expresada en ese lugar y en ese momento, no pudo ser oída entonces más que como alusiva y aprobatoria.

Se ha mencionado también el encuentro con el pintor uruguayo Rafael Barradas como un factor decisivo en la crisis del año 17. Es cierto que la relación que Torres García y Barradas mantuvieron hasta la muerte del segundo fue de una intensa e inigualable complicidad, y sin duda particularmente refrescante y renovadora para Torres García. Sin embargo, el primer encuentro con Barradas que está documentado se produjo el 26 de agosto de 1917 (32) o sea, meses después de que Torres hubiese dado su conferencia en la Casa Dalmau, por lo que más bien habría que pensar que fue el momento que estaba viviendo Torres García lo que propició la impar relación que tuvo con Barradas a partir de entonces.

Pero sobre todo, se vislumbra en los textos de esa época la necesidad de Torres García de desembarazarse de su -ya pesado- ropaje de arte mediterráneo y del compromiso con la tradición para acceder a un renovado estado de libertad artística. Cerca del final de su vida, Torres García lo explicaba en la siguiente forma: “en 1906 comencé yo a pintar al fresco, y tal pintura se inspiraba en las formas clásicas de las pinturas de los vasos griegos, vale decir, en imágenes perfectamente normales. Tal pintura luego fue desarrollándose pero dentro del mismo espíritu: planista, ordenada, universal. Y siempre sin salirse del aspecto normal. ¿Por qué yo no continué así? No me satisfacía. Veía la posibilidad de otro arte más concreto. Y ya entonces desde 1916 hasta 1924 comencé a descomponer la imagen, y, en realidad, a encontrar una estructura (33)”.

Se podría decir que este es un análisis ex post facto. Sin embargo, en su libro “El descubrimiento de sí mismo”, en 1916 Torres García escribía que “Lo de ahora ya es otra cosa. El alma permanece muda. No fuerza a las formas para que expresen su movimiento. Las formas expresan lo que son ellas y nada más. Cada una de ellas nos da la esencia de lo que es la realidad objetiva. Es un arte puramente plástico” (34).

El ejercicio de fragmentación y descomposición del plano y de la forma adquiere varias expresiones que ocurren simultáneamente. La primera de ellas, es posiblemente la menos interesante y también la más efímera. Está presente en uno de los frescos de Torres García que realizó en 1916-17 en la Casa Badiella (35) de Terrassa, donde hay una fragmentación del espacio pictórico en un sentido casi literal. Este ejercicio de fragmentación “pétreo” puede haber sido sugerido por la ubicación del fresco, pintado en una gruta artificial construida en piedra cerca de la casa.

Notas

(30) Entre ellos, Robert y Sonia Delaunay, Albert Gleizes, Juliette Roche, Marie Laurencin y Otto von Watgen, Jean Metxinger, Otho Lloyd, Olga Sacharrof,, Max Goth, Serge Charchoune, Hélène  Grunhoff, Francis Picabia y Artur Cravan.

(31) Conferencia de Dalmau, en JTG 1917.

(32) Agenda personal de Torres García, 1917 Archivo del MTG. Otros autores han argumentado que este encuentro con Barradas fue el primero, hecho que no surge necesariamente de la nota que JTG estampa en su agenda ese día. También se ha cometido y repetido un error en la fecha (27 en lugar de 26) y se ha dicho que en esta visita lo acompañaba Salvat Papasseit, cuando en realidad Torres anota que Han venido Elías y Barradas -Recibido carta de Salvat. Posiblemente se trataba de Lluis Elías.

(33) Joaquín Torres García. Lección IV de La recuperación del objeto. En Universalismo Constructivo. Museo Torres García, 2004, Montevideo.

(34) JTG, 1917, p.70.

(35) Propiedad del industrial Emilio Badiella, en la que Torres García pintó numerosas obras.

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