6 / LIBERTAD PARA VIVIR (3)
Un
día, el rey celebró una sesión con la corte y Taliesin se colocó en un
rincón. “Y cuando los bardos y los heraldos vinieron a cantar alabanzas,
a proclamar la fuerza y el poder del rey, en el momento en que pasaron
por el rincón en que Taliesin estaba, este juntó los labios y expeliendo
el aire mientras hacía vibrar los labios con el dedo, hizo ‘blerum,
blerum’. Ninguno de ellos le prestó mucha atención mientras pasaban,
sino que siguieron adelante hasta que llegaron a la presencia del rey,
ante el cual hicieron señal de obediencia con sus cuerpos como debían,
sin hablar una sola palabra, pero adelantaron los labios y con los dedos
los hicieron sonar: ‘blerum, blerum’, como habían visto hacer al
muchacho. Esto le causó asombro al rey y pensó para sí mismo que
estarían borrachos. Por lo tanto, ordenó a uno de los señores que le
servían que se dirigiera a ellos y expresara el deseo de que volvieran a
sus caballos, y que consideraran el lugar en que se encontraban y lo
que era adecuado que hicieran. Así lo hizo prestamente el señor. Pero
ellos no suspendieron sus tonterías. Después el rey envió por segunda
vez al señor que les había hecho advertencias antes, y por tercera vez,
pidiendo que abandonaran la estancia real. Por fin el rey ordenó a uno
de sus escuderos que golpeara al jefe de ellos, llamado Heinin Vardd; y
el escudero tomó una escoba y lo golpeó en la cabeza, de manera que cayó
sentado en su silla. Entonces se puso de rodillas e imploró la gracia
del rey para demostrar que aquella irreverencia no era por falta de
conocimiento, ni por embriaguez, sino por influencia de algún espíritu
que estaba en el salón. Después de lo cual Heinin habló de esta manera:
‘Oh rey honorable, que vuestra gracia sepa que no hemos enloquecido por
la fuerza de la bebida, o por mucho licor; estamos mudos, sin fuerza
para hablar, como hombres embriagados, por la influencia de un espíritu
que está sentado en aquel rincón con la forma de un niño.’ El rey ordenó
al escudero que lo fuera a buscar y este fue al taburete donde estaba
sentado Taliesin y lo trajo ante el rey, quien le preguntó qué era y de
dónde venía. Taliesin contestó al rey en verso:
Para Elphin soy el primer bardo en jefe.
Mi país original es la región de las estrellas del verano;
Idno y Heinin me llaman Merddin,
Pero más tarde los reyes han de llamarme Taliesin.
Estuve con mi Señor en la más alta esfera,
Caí con Lucifer en las profundidades del infierno.
He llevado un pendón ante Alejandro;
Sé los nombres de las estrellas de norte a sur;
He estado en la galaxia en el trono del Distribuidor;
Estuve en Canaán cuando Absalón fue muerto;
Llevé el Espíritu Divino al nivel del valle del Hebrón;
Estuve en la corte de Don antes de que naciera Gwdion.
Fui instructor de Eli y de Enoc;
Me dio alas el genio del espléndido báculo;
He sido locuaz desde antes de que me fuera dado el don de la palabra;
Estuve en el lugar de la crucifixión del Misericordioso Hijo de Dios;
He sido tres veces aprisionado en la prisión de Arianrod;
He sido el jefe máximo de los trabajos de la torre de Nemrod:
Soy un milagro cuyo origen no se conoce.
He estado en Asia en el Arca con Noé,
He visto la destrucción de Sodoma y Gomorra;
Estuve en la India cuando Roma fue construida,
Y ahora vengo aquí, a las ruinas de Troya.
Estuve con mi Señor en el pesebre del asno;
Conforté a Moisés a través de las aguas del Jordán;
He estado en el firmamento con María Magdalena;
Obtuve la musa del caldero de Caridwen;
He sido el bardo del arpa de Lleon de Lochlin.
He estado en la Colina Blanca, en la corte de Cynvelyn,
Estuve por un día y un año en cepo y grilletes,
He sufrido hambre por el Hijo de la Virgen,
Me he nutrido en la tierra de la Deidad,
He sido el maestro de todas las inteligencias,
Soy capaz de instruir al universo entero.
Estaré sobre el rostro de la tierra hasta el día del juicio
Y no se sabe si mi cuerpo es de carne o de pescado.
Luego, estuve durante nueve meses
En el vientre de la bruja Caridwen;
Originalmente fui el pequeño Gwion,
Y ahora soy Taliesin.
Y
cuando el rey y sus nobles hubieron oído la canción, mucho se
maravillaron, porque nunca habían escuchado nada así de un muchacho tan
joven.” (40)
La
parte mayor de la canción del bardo está dedicada al Imperecedero, que
vive en él, y sólo una breves estrofa a los detalles de su biografía
personal. Los que escuchan están orientados al Imperecedero y reciben
incidentalmente unas cuantas informaciones. Aunque Gwion había temido a
la terrible bruja, había sido tragado y había renacido. Después de haber
muerto su ego personal, se levantó establecido en el Yo.
El héroe es el campeón de las cosas que son, no de las que han sido, porque el héroe es.
“Antes de que Abraham fuera, YO SOY.” Él no equivoca la aparente
invariabilidad del tiempo con la permanencia del Ser, ni teme los
momentos venideros (ni la “otra cosa”), como destructores de la
permanencia con su propio cambio. “Nada retiene su propia forma; pero la
Naturaleza, la gran renovadora, sigue haciendo formas de las formas.
Por eso nada perece en el universo, sino que varía y renueva su forma.”
(41) Así es posible permitir la llegada del momento venidero. Cuando el
Príncipe de la Eternidad besó a la Princesa del Mundo, su resistencia se
aplacó. “Abrió los ojos, despertó y lo miró amistosamente. Juntos
bajaron las escaleras; el rey despertó, lo mismo que la reina y toda la
corte, y se miraron los unos a los otros con ojos asombrados. Y los
caballos de la corte se levantaron y se sacudieron; y los perros de caza
brincaron y movieron las colas, los palomos del techo sacaron las
cabezas menudas de debajo de las alas, miraron a su alrededor y volaron
por el campo; las moscas que estaban en la pared empezaron a caminar; el
fuego de la cocina se encendió, llameó y cocinó la comida; el asado
empezó a humear, el cocinero le dio al pinche un manotazo en la oreja
que lo hizo aullar; y la criada terminó de desplumar el pollo.” (42)
Notas
(40) “Taliesin”, op cit., pp. 264-274.
(41) Ovidio, Metamorfosis, XV, 252-255.
(42) Grimm, nº 50, conclusión.
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