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ESPACIO Y TIEMPO EN LAS PATOLOGÍAS MENTALES (22) - HÉCTOR GARBARINO


1ra edición: Editorial Roca Viva / Julio 1996
1º edición WEB: elMontevideano Laboratorio de Artes / 2019

III / Esquizofrenia

Espacio y tiempo en la esquizofrenia (2)
(A propósito de paciente)

                                              ¿Es que el exterior llama?
                                                      ¿No es el exterior una intimidad antigua
                                                      perdida en las sombras de la memoria?
                                                      Gastón Bachelard, “La poética del espacio”

2. La persona discordante (5)


Este paciente sostiene que “es uno y no es uno”. El sentimiento de unidad es debido a la conservación parcial del yo instancia, pero la existencia simultánea del yo Ser con su espacio y tiempo propio determina inexorablemente que el yo se sienta “en diferentes niveles” habitando “diferentes mundos”. La pérdida de la unidad es la consecuencia ineludible de la pérdida de los límites. La disposición ordenada de los diferentes sistemas del aparato psíquico, es decir, la conservación de su tópica, exige fronteras definidas. Como hemos mostrado, el enfermo siente que habita diferentes lugares al habitar diferentes espacios, lo que lo confunde y no le permite tener un lugar propio.

Lo mismo ocurre con los aspectos dinámicos y económicos. El Ello pierde energía al abrirse el aparato, el sujeto se siente débil y no puede realizar sus tareas habituales, porque la correspondencia entre el Yo y el Ello se altera; es así que los propósitos del yo son perturbados por energías del Ello que actúan anárquicamente y escapan al gobierno del yo: “entro a un lado y siento una fuerza que me rechaza y me tira hacia atrás, quería hacer una cosa y me fui. Tengo dos personas, diferentes fuerzas”.

Las diferentes partes del organismo pierden su articulación, de modo que se desconectan y aíslan: “cabeza, cuerpo y alma son cosas diferentes y no a la vez”.

Pensamientos y sentimientos se disocian: “pienso mucho y después me río, uno piensa y otro ríe. Soy dos personas”.

El pensar apuntando a realidades diferentes se siente propio y ajeno: “Los pensamientos son míos y no son míos. Hay muchos laberintos en el hemisferio cerebral. Las ideas dan vueltas y se van para otro lado. Confusiones”.

La confusión es la consecuencia inevitable de la existencia simultánea de espacios diferentes.

“Sistema y entorno en conjunto del Universo. La Tierra es el sistema, y el entorno que hay fuera de la Tierra. Estamos en la Tierra pero salimos. Mi novia va a Plutón y yo a Saturno”.

Le pregunto: ¿Usted viaja a Saturno? “Sí, en la mente. Cuando chico me pareció viajar en la nave. Si me dejo llevar viajo. Una vez, nos fuimos en el verano y al volver sentí que estaba y no estaba. ¿Nunca sintió eso? Uno lo siente en el cuerpo, una sensación extraña. Sentado en el baño me veía en el interior en bicicleta, y estaba en Montevideo. Son cambios de lugar. Como el animal, el ser humano necesita adaptarse al medio, si no está en desequilibrio. ¿Qué opina de eso? Yo en Montevideo y mi mente afuera. Una sensación extraña. Según las fuerzas de cada uno”.

La experiencia de desconexión de las diferentes partes del organismo, le da la posibilidad de tener esa “sensación extraña”, por la cual su mente se desprende de su cuerpo y ambos habitan diferentes lugares.

Las identificaciones primarias y secundarias mal constituidas permiten la desconexión de la mente del yo corporal, lo que posiblemente le da al paciente esa sensación extraña de separación de cuerpo y mente.

Notas

(5) Término utilizado por los psiquiatras para referirse a la “spaltung” de Bleuler, que incluye tanto los fenómenos discordantes como los discordantes.

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