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MUCHOS
TIPOS DE PRISIONES:
LA
MUJER QUE QUEDA AL ÚLTIMO
“NUESTRA
SEÑORA
DETRÁS
DEL MURO”
Factores
de correspondencia inusuales: “borrar
lo
sagrado”, ya sea en una nación entera o en un
solo
niño o adulto, sigue la misma trayectoria…
Y
hay caminos similares para sanar tales heridas (2)
Veamos cómo ha sido atacada la Santa Madre como idea, concepto y realidad,
teniendo en mente que el dicho de un solo individuo, un pequeño grupo o un
ejército enorme puede ordenar el saqueo y la destrucción con el fin de aplastar
a un pueblo inocente, vulnerable e ingenuo. Estas son algunas de las maneras
clave en que esto se ha llevado a cabo desde tiempos inmemoriales:
· * Con
frecuencia, lo primero que atacan los saqueadores son los intereses y los
sentidos de lo sagrado, pues se empeñan en dañar el ánimo de la gente, y en
consecuencia disminuir el sentido del “yo verdadero de cada ser humano.
· * Al
investigar los intentos históricos de los invasores-saqueadores por “borrar a
Nuestra Señora”, encontré que la brutalidad de ellos no fue exactamente un esfuerzo
por “borrar a Nuestra Señora”. En muchos casos, sus propósitos parecen mucho
más astutos y concretos.
· * Más
bien, creo que “borrar a Nuestra Señora” parece tener la intención fría y
calculada, a la larga y en realidad, de “borrar a la gente”. Al desalentar a
los que la amaban, confiaban o recibían diario sustento práctico de Ella y / o
de su luminoso Hijo, con el transcurso del tiempo se disminuyó más y más el “yo
verdadero” de la persona o del pueblo. Se quebraron y se perdieron el anclaje y
el timón espiritual que equilibran en medio de las feroces borrascas.
· * Esta
es una vieja, vieja historia: la de borrar pueblos y sus resistencias al saqueador
mediante el derribo de las imágenes sagradas que los han fortalecido de forma
inestimable por largos períodos, que los han fortificado de maneras hondamente
sentidas para soportar, hacer frente, defenderse y apoyar a otros.
· * Despojar
a la gente de poder espiritual, y después dictar qué estrecha definición del “espíritu”
deben ahora seguir “o no”; en ese momento tiene lugar la supresión de la gente,
o al menos en la superficie. El corazón, el espíritu y el alma del pueblo pasan
entonces a la clandestinidad e intentan vivir ahí de modo mínimo.
· * Por
lo tanto, para conquistar a un pueblo e incluso a una persona, un invasor tuvo
que “des-Madrar” a la gente. La Santa Madre es una medicina, una guía e inspiratriz
fortalecedora de las personas. En Ella, la gente sabe que sus vidas son
sagradas. En Ella, la gente sabe que puede levantarse y hablar. En Ella, no se
postran, más bien se llenan de gracia y en consecuencia son capaces de decir y
hacer y reunirse y actuar y vivir. Por consiguiente es una fuerza femenina muy
peligrosa.
· * Los
invasores, en algunas partes del mundo, típicamente toman todos los pasos
imaginables para hacer que aquellos a los que intenta dominar no se sientan
dignos de la vida misma. Téngase en cuenta la degradación del ancestral mensaje
de la Santa Madre y su Hijo hacia “los más débiles de todos”.
· * Si
los que invaden y abusan logran enterrar este hermoso mensaje portador de vida,
del alma misma -que el cuidado compasivo es un llamado sagrado a todos para
seguir esforzándonos-, entonces los invasores pueden sentir que están en
libertad de ensañarse con tantos como deseen.
· * Sin
las evidencias, la comunicación, las ceremonias los conocimientos, y el
seguimiento de la Santa Madre y el Pequeño Dios del Amor, no habría una
autoridad más santa ni más elevada que mantuviera en alto “el estándar de la
decencia”. Sólo quedaría la baja y egoísta “libertad de lastimar a otros”
establecida por los mismos invasores.
· * En
la historia, los saqueadores se movilizaron para aplastar diminutas y grandes
resistencias de acción rebelde, o impulsados por la mirada momentáneamente desprevenida
en el rostro de alguna persona. Cualquier cosa podía hacer que un invasor se
enfureciera. Esta es una forma de terrorismo físico y espiritual: hacer que la
gente tenga profundo temor de sentir abiertamente, con riesgo de ser castigados
o lastimados decisivamente.
· * Y
sin embargo fue peor: los invasores presionaron aun más para adueñarse y
explotar un vasto “recurso” de la gente, uno que a menudo no está registrado en
los libros de historia: se instalaron sobre la prima materia más
preciada, sobre lo más fundamental de la esencia de la Madre; eso es, las almas
mismas de la gente.
· * Los
conquistadores no nada más trataron de usar los cuerpos de sus prisioneros:
eran devoradores de almas que buscaban extinguir el libre albedrío. Exigían el
dominio absoluto de otras almas, imponiendo obediencia incuestionable, sin
importar cuánto sufriera cualquier alma, sin importar cuánto gritara cualquier
alma pidiendo justicia y auxilio humanitario.
· * De
ahí sigue, entonces, que para poder hacer esto en cada etapa histórica de una
invasión, los saqueadores frenéticos tuvieron que correr de aquí para allá
destrozando, desfigurando, subvirtiendo, enterrando, destruyendo, haciendo mal
uso de ellas o cubriendo las imágenes sagradas. Pues lo sagrado para muchas
personas del mundo es lo que suave y dulcemente vierte y vuelve a verter el
sentido de “verdadera individualidad” que nos permite a todos elevarnos a la
mejor humanidad y humildad, la visión más adecuada de los hechos y la fiera
resistencia por nosotros y por los demás. Humildad en el sentido de colocar a “la
Fuente sin fuente” en el centro de nuestras vidas.
· * Pero
cuando está profundamente capturado y no puede escapar por algún tiempo, cuando
a alguien se le prohíbe literalmente ser fiel a la Madre Compasiva según cada alma
la entiende como una fuerza vital extero o interior, entonces se puede
ver cómo al desalentar a un pueblo se provoca en los cautivos un conjunto de
reacciones irracionales respecto de sus propios opresores.
· * Los
inocentes se vuelven temerosos para exigir justicia para ellos mismos, pero
también se comportan con agradecimiento adulador con sus opresores por
permitirles vivir.
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