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ESPACIO Y TIEMPO EN LAS PATOLOGÍAS MENTALES (14) - HÉCTOR GARBARINO


La psiquiatría psicoanalítica desde la Teoría del Ser (4)

Estas ideas nos permiten comprender las frecuentes identificaciones de los esquizofrénicos con elementos cósmicos, como por ejemplo, el sol. Se entiende que estos enfermos, fracasadas las identificaciones realizadas con la madre y otros seres humanos, recurran a identificaciones como planetas como un intento desesperado de encontrar un sostén y restaurar su psiquismo y cuerpo desintegrados.

Si el narcisismo yoico nos provee de las identificaciones humanas mediante las cuales se construye el yo, el narcisismo del Ser nos suministra estas identificaciones, que hemos llamado identificaciones cósmicas y por medio de las cuales el enfermo busca reconstituirse. Forman parte, por consiguiente, de los intentos de auto curación de la psicosis,

Como ejemplo, citaré una paciente de Geza Roheim, que se había propuesto mantener al sol en su lugar. Mientras miraba el sol por la ventana fabricaba con sus manos una bola de carne. Debía repetir esta acción, porque el sol volvía a estar hechos trizas y sangrando.

No es difícil percibir que identifica su cuerpo despedazado con el sol, y que mediante la bola de carne que construía procuraba dar a su cuerpo forma, sostén y lugar. Por algo el sol es un símbolo cósmico de resurrección y de inmortalidad.

También un esquizofrénico que tuve en tratamiento psicoanalítico identificaba su cuerpo enfermo con “el árbol de la vida” caído. Su cuerpo y el árbol eran una y la misma cosa. En el narcisismo del Ser todas las cosas existentes forman una unidad. El paciente sano era el árbol, firme y erecto, simbolizando el eje yoico, mientras que su enfermedad era el árbol de la vida caído.

El sol y el árbol, no son simples metáforas para estos pacientes, es decir, representaciones narcisistas del yo, sino que son identificaciones cósmicas que hemos descrito como presentaciones del yo-Ser.

Con la instancia del Ser hemos introducido la realidad cósmica como una nueva realidad en metapsicología analítica. Si las representaciones pulsionales son el nexo de unión entre el psiquismo y el cuerpo, las presentaciones del narcisismo del Ser lo son entre el psiquismo y el Cosmos.

Freud ya había señalado que el desarrollo del yo segrega el Universo que previamente está integrado al psiquismo y habló de un “sentimiento oceánico” para referirse a esta integración del psiquismo con el Todo. No es de extrañar, por consiguiente, que el derrumbe del yo nos permita recuperar la integridad perdida, esa “intimidad antigua con el exterior” de la que habla Bachelard.

El estudio de la psicosis, junto con la creatividad, la mística y la adolescencia, nos condujo a nuestra propia mitología de los orígenes. Si bien el conocimiento de los orígenes es imposible, como decía Derrida, es muy útil establecer una mitología de los mismos, a punto de partida, fundamentalmente, de las investigaciones realizadas en la psicopatología de los adultos, pero también por observaciones realizadas en la niñez temprana.

Nosotros entendemos que en el nacimiento vivenciamos la unión con el Todo, en virtud del desequilibrio narcisista que comporta el mismo. El pasaje del medio líquido pre-natal, donde las paredes uterinas nos permiten vivenciar límites, a un medio aéreo sin límites, nos procura la sensación de hallarnos suspendidos en un espacio ahora ilimitado.

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