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LA TRÁGICA HISTORIA DE MARY SHELLEY, LA CREADORA DE FRANKESTEIN


“EL LOBO SE VESTÍA CON PIEL DE CORDERO Y EL REBAÑO CONSENTÍA EL ENGAÑO”

por Mary Villarroel Sneshko


Nacida en el seno de una familia peculiar

Mary Shelley fue hija del filósofo y escritor William Godwin y de la escritora y pionera del movimiento feminista, Mary Wollstonecraft.

El matrimonio de sus padres fue un hecho único e irrepetible, Wollstonecraft había escrito en su libro que nunca se casaría y su padre, antes de casarse catalogaba al matrimonio como el peor de los monopolios, pero ambos cedieron ante la presión social y se casaron 4 meses antes de que Mary naciera.

Su madre murió diez días después de su nacimiento por una terrible infección, por lo que vivió toda su vida bajo la tutela de su padre. Shelley tuvo una obsesión con la vida de su madre, se dedicaba a leer sus escritos y visitaba constantemente su tumba.

Una infancia rodeada de cementerios

Mary veía desde su ventana el cementerio de St Pancras, para la época el robo de cadáveres para estudios anatómicos estaba de moda por lo que el lugar era constantemente vigilado. Junto a su padre y a su hermana, visitaban constantemente la tumba de su madre, donde pasaba la mayor parte de sus tardes. El cementerio se convirtió en uno de los lugares favoritos de Shelley, porque unía el amor que sentía por su madre con la curiosidad y el misterio de los cadáveres.

El inicio de una historia de amor (y horror)

Mary Shelley conoció al amor de su vida con tan solo 16 años, Percy Bysshe Shelley un poeta -quien era 5 años mayor que ella- trabajaba junto a su padre en asuntos de política. Cuando se conocieron Percy estaba infelizmente casado,lo que le daba leves esperanzas de que en algún momento, podrían estar juntos. Mary quien se entregó completamente a su amor.

La conexión entre ambos fue inmediata. Se sentían profundamente cómodos juntos, entendían sus más profundas locuras, eran el uno para el otro. En búsqueda de iniciar una vida juntos, decidieron huir a Francia. Tenían una vida llena de complicaciones, tras la muerte de su primera hija -una bebé que vivió únicamente 3 días-, su relación se fortaleció y juntos sobrellevaron el dolor.

Percy había escapado con Mary, pero seguía casado. Su esposa sufría de depresión y ansiedad, la partida de Percy la desestabilizó enormemente, pero fue el suicido de su más cercana hermana lo que teminó de destruirla y decidió quitarse la vida.

Después de su muerte, Percy era completamente libre para casarse con Mary. Apasionadamente enamorados uno del otro, dieron el gran paso juntos y oficialmente eran una pareja ante los ojos de todos. Su matrimonio no era exactamente feliz, ambos sentían devoción absoluta uno por el otro, pero peleaban constantemente por problemas monetarios e infidelidades. 

La pareja tuvo 4 hijos en total de los cuales únicamente sobrevivió 1, la pérdida constante de hijos, hizo que Mary Shelley entrara en depresión y viviera obsesionada con la muerte. Para desahogar sus penas, se dedicaba a escribir. Hogg -su mejor amigo-, era su principal confidente. En una de sus cartas le relató cómo murió uno de sus bebés:

Mi querido Hogg: Mi bebé está muerto. Ven a verme tan pronto como puedas, deseo verte.


Estaba perfectamente bien cuando me fui a dormir; desperté en la noche para alimentarla y parecía estar «durmiendo» tan profundamente que no quise despertarla. Entonces ya había muerto, pero no me di cuenta de ello hasta la mañana siguiente. Por su apariencia seguramente murió de convulsiones. Ven, eres una criatura tan buena, y Shelley tiene miedo de que el bebé haya sufrido fiebre por la leche.

Por el momento ya he dejado de ser madre.

Una luz entre la oscuridad: El nacimiento de Frankenstein

La vida de Mary cambió totalmente al momento de escribir Frankenstein, comenzó a confiar más en su escritura y se sentía cómoda con lo que hacía. Mientras que para muchos es una novela de fantasía, al analizar el contexto social de la escritora, se puede deducir que en realidad es una crónica de la realidad social que vivía.

Mary estaba inmersa en el mundo de los cementerios, los robos de cadáveres y las constantes muertes de sus bebés, en su novela narra absolutamente todos estos aspectos de forma clara pero adaptada a una historia llena de misterio. La escritora dice que la idea se le apareció por primera vez en un sueño:

"Vi, con los ojos cerrados pero con una nítida imagen mental, al pálido estudiante de artes impías, de rodillas junto al objeto que había armado.

Vi al horrible fantasma de un hombre extendido y que luego, tras la obra de algún motor poderoso, éste cobraba vida, y se ponía de pie con un movimiento tenso y poco natural.

Debía ser terrible; dado que sería inmensamente espantoso el efecto de cualquier esfuerzo humano para simular el extraordinario mecanismo del Creador del mundo."

La muerte de su esposo fue devastadora para Mary Shelley

Con tan solo 29 años, Percy Bysshe Shelley murió ahogado tras un supuesto accidente de barco. Esta noticia devastó a Mary, sobre todo porque el cuerpo de su esposo estuvo desaparecido durante 10 días. Su esposo fue cremado lo que le impidió enterrarlo en su cementerio favorito, pero antes de que la cremación iniciara, decidió guardar para ella un detalle muy importante: Su corazón.

Una coleccionista poco convencional ¿podrían los recuerdos llenar su vacío?

Mary Shelley conocía la muerte de primera mano, le había arrebatado a su madre, a sus 3 hijos y por último a su esposo. Como método para aligerar sus penas, se dedicaba a la escritura. En sus gavetas escondía todo tipo de cartas que escribía para sus seres queridos fallecidos, para ella, e incluso para la muerte.

Antes de permitir la cremación de su esposo, pidió un favor particular: quería que le sacaran el corazón y así fue. Percy Shelley fue cremado sin corazón y el órgano permaneció en una botella en el escritorio de Mary.

Además de guardar el corazón de su esposo, la escritora se encargaba de coleccionar partes del cuerpo de sus hijos fallecidos, desde retazos de cabello hasta dientes, cada uno con cartas personalizadas, reposaban en cajas bajo su escritorio.

Una escritora reconocida e independiente, siguiendo los pasos del feminismo de su madre

Hija de Mary Wollstonecraft, una pionera del feminismo, decidió dedicarse a estudiar y escribir. Con sus propias ganancias -generadas por sus libros-, vivió cómodamente hasta su vejez.

Tras la muerte de su esposo, juró que nunca más se casaría, pero mantuvo varios romances con algunos intelectuales de la época. Gracias a su talento como escritora, se dio cuenta que sus ganancias eran lo suficientemente buenas como para lograr mantener a su hijo sin ayuda de nadie.

Florence fue un hombre exitoso, estudió leyes y dedicó su vida a acompañar a su madre a viajar por Europa hasta su muerte.

Los últimos años de Mary Shelley estuvieron llenos de desbalances, depresión y sufrimiento. La escritora padecía de terribles dolores de cabeza, fiebre, malestar general y ataques de parálisis momentáneos que no le permitían escribir. Se sentía presa en su propio cuerpo, lo que la afectaba emocionalmente y poco a poco se sumergió en una terrible depresión.

Nadie sabía con exactitud que le podía provocar estos síntomas hasta que fue diagnosticada con un tumor cerebral que acabó con su vida a los 53 años de edad.


(CULTURIZANDO / 3-4-2019)

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