lunes

EN PIEZAS / LA TERRORÍFICA MANIPULACIÓN DE LOS ASENTAMIENTOS (22) - FEDE RODRIGO


DEL BARRIO 4


hola hijito mío no puedo creer todo el tiempo que ha pasado desde mi última carta bueno en realidad no sé cuánto tiempo ha pasado y por eso no lo puedo creer seguramente hayas crecido tanto mientras que yo sigo acá haciendo siempre lo mismo siendo visitada por los médicos claro que hago siempre lo mismo así te extraño lo mismo pero eso no quiere decir que no tenga cosas de las que hago siempre que te pueda contar por ejemplo hoy nos vino a visitar un médico nuevo que trae un montón de pastillas nuevas nos estuvo hablando de lo importante que es la salud y creo que con todo este tiempo que ha pasado aunque yo no lo pueda creer ya es hora de que sepas el secreto que una vez le conté a la mamá con la que estás ahora tus riñoncitos tienen un problema que hace que no puedas comer algunas cosas ni tomar algunos medicamentos ni ingerir algunas drogas pero no vayas a pensar que tu cuerpo  es peor o que tu vida es peor sólo es diferente y no por eso dejes de ser feliz son un montón de cosas las que podemos hacer y sólo unas pocas las que no pero siempre nos estamos fijando en las que no qué raros que somos vos seguí siendo como sos y sobre todo escribiéndome todo lo que sos para que cuando me las dejen recibir yo pueda irme al pasado con tus cartas y vivamos juntos todo lo que no pudimos PD supe lo de papá espero te duela sólo un poquito.

El sobre y el sello que mantuvieron encerrada la carta que llegó desde el hospital psiquiátrico hasta las manos de Bauti estaban intactos luego de la operación quirúrgica que el niño les había practicado para sacar la carta de su madre.

-¿Estás cansado, hijo? Por qué no vas a lavarte la cara.

-Porque lavarse la cara quita el sueño y desde que maté a papá yo ya no tengo ningún sueño que sacarme.

Mamá Lucha tragó saliva como pudo.

-¿Señora Lucía?

-Sí, mi cielo.

-¿Cómo se vive después de matar?

-No lo sé, Bauti.

-Ah.

-Pero es importante que- ¿Adónde vas?

-Voy al Colador.

-¿A qué vas ahí? Ese lugar es muy peligroso.

-Dicen que ahí podés encontrar de todo y yo necesito una respuesta.

-No podés ir. Vení para acá, Bautista. No podés-

La puerta del saloncito del Laberinto de Mamá Lucha ya se estaba cerrando con delicadeza y el Bauti se perdía entre la noche fría. Mamá Lucha quedó sufriendo sola con el rezongo atorado en el buche. Mirando las huellas todas parejas que dejaba el niño en el barro comprobó una vez más que sus relaciones iban en un solo sentido (como la vida misma).

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