domingo

FRANCISCO "PACO" ESPÍNOLA - DON JUAN, EL ZORRO (10)



ARTURO SERGIO VISCA: PRÓLOGO (3)

HISTORIA DE UNA NOVELA EXCEPCIONAL


ORQUESTACIÓN FINAL (3)

El segundo de los borradores mencionados es el siguiente:

“Iniciar con una escena entre el Comisario Tigre y el Peludo. Es de nochecita. La luz de un candil. Sombras y claridades violentas.

-Nosotros tenemos que marchar como buenos amigos. Yo, con la mitad de la coima, estoy conforme. Es lo justo, porque usted también tiene sus calentaderos de cabeza y debe recibir su buena retribución.

-¡Pero compañero! -saltó escandalizado el Peludo- ¿No le parece que la mitad entera para usted es mucho? Yo tengo que aguantarle la vela a las piernas, tengo que vigilar al coimero para que no abuse; pago luz, pago casa, pago…

Tanto echó atrás el Tigre la cabeza para interrumpirle con tal actitud que la atrasada sonrisa que le obstentó era rozada por su mirada cada vez más inquisidora.

-¡Pero claro que tiene razón! ¿Cómo iba yo a abusar de mi autoridá? ¿Cómo, porque yo, si se me antoja, le puedo hacer la vida imposible, y hasta meterlo a usté en las guascas, voy a desagerar? Usté cree que yo voy a salir de prepotente y a obligarlo a echar los bofes en mi beneficio valiéndome de que lo puedo mandar al cepo porque se le ha quedado con todo a su sobrina,

-¡Paresé! -intentó decir el pulpero.

Pero el otro lo acalló con un brusco ademán. Y siguió, persuasivo:

-¡No, compañero! -yo me refiero a la mitad de la ganancia líquida. Se saca para el coimero, se saca para los gastos y, después sí, entonces sí, se hacen las dos partes… -Y para afirmar bien el clavo, agregó: -Sepa usté, mi amigo, que yo nunca para mis cosas hago prevalecer mis galones. Yo en estos asuntos siempre soy como cualquier particular. Nosotros aquí estamos de igual a igual. Y es justo, entonces, que seamos iguales en el reparto. ¿Que yo en un mes le puedo hacer cerrar la pulpería? ¿Que le puedo hacer un sumario por apropiación indebida y doy con sus huesos en la cárcel? Demasiado lo sé, pero es como si no lo supiera, se lo aseguro. Aquí no hay autoridá ni nada. Aquí solito hay dos amigos que se llevan como hermanos. Y el primero que se halle en un apuro de plata -aquí tembló el Peludo, lo advirtió el Tigre, atenuó con- o cualquier cosa -y siguió: -que recurra al otro y eso servirá de ejemplo. (Tachado: “y se verá lo que es la amistá”). (4)

El episodio esbozado en el borrador que se ha transcripto estaba destinado, sin duda, a alcanzar un amplio desarrollo. Así lo denota el comienzo: “Iniciar con una escena entre el Comisario Tigre y el Peludo”. Dentro del plan que el autor se proponía para “orquestar” los primeros capítulos de la novela, esta escena, seguramente, correspondía a las situaciones iniciales, preparatorias del núcleo argumental y necesarias para ir definiendo a los personajes. Parece innecesario subrayar cómo en esta escena el autor logra, con insuperable maestría mostrar la interioridad de los personajes a través del diálogo y sin necesidad de acotación alguna. Es igualmente innecesario hacer notar la gracia y el humor que irradia de sí la situación planteada.

Notas

(4) Cuando en el Capítulo II, La comisaría, el Comisario recibe la carta del tenedor de libros, en ella lee: “Coima y todo correrá igual que en vida del finado Peludo, si muere, mientras yo esté al frente de la casa (…)”. Indudablemente, la situación transcripta tiene relación con lo expresado en esa carta del tenedor de libros.

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