1º edición WEB: elMontevideano Laboratorio de Artes /
2018
DEL
BARRIO 8
Los casi cicatrizados brazos del Bauti estaban apoyados sobre la mesa. Con
sus pequeñas y particularmente protegidas manos blancas abría con calma un
sobre. No le rompió ni un milímetro antes de sacar la carta que dormía adentro.
Sin que le doliera todo lo que debería, vio el logo del hospital
psiquiátrico del barrio. Su cordura siempre estuvo cerca del manicomio (o más
precisamente a unas pocas cuadras).
Mamá Lucha le había entregado la carta y ahora esperaba tejiendo una
bufanda en el desvencijado sillón de al lado. Los ojos del niño entraban y
salían de la hoja como esos peces que saltan del agua. Aun así leía a gran
velocidad las desprolijas e informales palabras de su madre:
Amor yo cada vez estoy mejor me
levanto siempre a las 7 me cepillo los dientes y tomo leche con dos tostadas
luego doy un paseo entre las palmeras siempre hago lo mismo y eso me permite
extrañarte siempre igual a veces me preguntan si la vida puede empezar de nuevo
yo les digo que no uno siempre debe cargar con lo que hizo a cuestas pero vos
sos muy chiquito para entender de esas cosas cómo te está yendo en la escuela y
ese amiguito despeinado que tenés cómo está sé que si te dejaran contestarme me
contarías sobre él las cartas de respuestas para mí las escribís igual no
porque algún día me las van a dejar leer y aunque en ese entonces ya no tengan
sentido yo prometo fingir que si alguien te invita a hacer algo malo siempre
decí que no no importa lo que piensen de vos claro te vas a preguntar cómo
saber si algo es malo mamá te promete que cuando nos dejen reencontrar te voy a
contar cada cosa que sea mala para que no la hagas cómo te extraño chiquito a
veces me parece que estás por ahí cuando un plato se rompe o aparece vacía la
mermelada en la heladera aunque suene loco hay que confiar en los médicos que dicen que por ahora sería malo que me
vieras pero pronto mi cielo pronto vamos a estar juntos de nuevo sí crecé
fuerte pero no mucho así yo te puedo ver crecer un poquito cuando salga te amo
mi vida
-¿Qué dice mamá, mi cielo?
-¿Sabía que alguien le pagó al Despeinado para que tuviera la idea de hacer
un documental? Es que él tiene una cabeza caduca y entonces las ideas no le duran
mucho en la cabeza. Tampoco el pelo. Creo que esa persona fue la misma que le
dijo al señor del caballo negro que me encontré en la plaza cuando el Oficial
Brazas no caminó conmigo porque iba a matar a papá.
-Qué raro. Pero quiero saber qué dice mamá, qué te puso en la carta.
-Pero ese no fue el mismo día que vi a la niña con los labios violetas.
Ella fingía que se pintaba los labios para que el niñito no se diera cuenta que
estaba muerta de frío. Usted no podría encontrarse con esa niña, señora Lucía,
porque si lo hace se rompe el tiempo.
-Entonces esperemos que nunca me la encuentre porque el tiempo me gusta
así: sano y pasando. ¿Qué dijo mamá, mi cielo?
-Mamá una vez me dijo que dejó a papá porque él estaba enamorado de otra
persona: de sí mismo. Es como si le fuera
infiel pensé yo. Pero enseguida mamá me corrigió porque “en realidad estaba
enamorado de sí mismo antes de que yo llegara así que en realidad se fue infiel
conmigo” me dijo. Qué inteligente que es mamá. A veces creo que no sabía que yo
soy un niño. O que no sabía cómo tratar a los niños. O que yo ya no parezco más
un niño. Quién sabe. Aun así mamá dice cosas muy sabias. Papá dice que está
loca pero yo creo que la gente loca sabe más que los otros, en realidad.
-“Decía”, mi amor. Papá “decía”.
-Sí. Ya no puede decir más porque se murió de miedo.
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