París, 24 de octubre (4)
Hablé con Lacroix de
acuerdo con sus instrucciones. Seguramente le escribirá. Han sido aceptadas sus
propuestas: el que yo lo encargue de la venta para mí, el cuarenta por ciento y
el ejemplar 13º. Ya que las circunstancias han permitido considerar a la obra
digna hasta cierto punto de figurar ventajosamente en su catálogo, creo que
puede venderse algo más cara, no encuentro en ello inconveniente. Por lo demás,
de aquel lado los espíritus estarán mejor preparados que en Francia para gustar
esta poesía de revuelta. Ernest Naville (miembro correspondiente del Instituto
de Francia) * ha dado conferencias, el año pasado -en las que cita los filósofos
y los poetas malditos- sobre el Problema
del mal, en Ginebra y Lausana, que han debido dejar su rastro en los espíritus
por una corriente insensible que día a día se va ensanchando. A continuación
las ha reunido en un volumen. Le enviaré un ejemplar. En las ediciones
sucesivas podrá hablar de mí, pues yo retorno, con más vigor que mis
predecesores, esa tesis extraña, y su libro, presentado en París por el librero
Cherbuliez, corresponsal de la Suiza romana y de Bélgica, y en Ginebra por la
misma librería, me hará conocer indirectamente en Francia. Es cuestión de
tiempo. Al enviarme los ejemplares, háganme llegar 20; serán suficientes.
Siempre suyo
I Ducasse
Notas
4. Dirigida a
Verbroeckhoven. (N. del T.)
* Ernest Naville: nació
en 1816. Filósofo cristiano. Entre sus obras figura La vida eterna. (N. del T.)
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