CREACIÓN HUMORÍSTICA (3)
La falta de significado
no debe considerarse necesariamente como efecto inesperado de suspenso:
…me
queda demasiado poco sitio para seguir poniendo cosas inteligentes y lo
inteligente causa siempre dolor de cabeza. De cualquier manera mi carta está
llena de cosas inteligentes y sabias, si ya las ha leído usted tendrá que admitirlo,
y si no las ha leído aun le pido que lo haga pronto. Sacará mucho provecho de
ello. En pocos renglones derramará amargas lágrimas. (1)
Tras una formulación
aparentemente razonable se esconde una ausencia total de significado. El lector
ingenioso podrá interpretar el trozo y adivinar la ironía de Mozart. Son
ridículas las pretensiones de sabiduría e inteligencia, y, el final, cuando
dice que la prima ha de llorar a causa de las insignificantes líneas del
párrafo citado. Esta carta de 1777 se evidencia como una parodia de la
lacrimógena época de Werther, pues Mozart, no atacado del sentimentalismo, dice
en broma lo que para otros corresponsales de la época era un anhelo: derramar
abundantes lágrimas.
En el siguiente párrafo
Mozart encarga a Nannerl que le diga a una de sus amigas:
…que
le he devuelto todas las canciones, pero que de cualquier manera la he llevado
conmigo a Italia en altos e importantes pensamientos y que no dejaré de ponerlo
en la carta, si lo encuentro. (2)
Tras semejante énfasis,
el adolescente de 14 años expone un hecho baladí.
Qué incongruencia entre
el estilo grandilocuente y la chatura de las personas a las que se refiere,
también en este párrafo.
¿Viene
a menudo el señor Deil?, ¿os honra aun con sus discursos inconscientes? ¿y el
noble señor Karl von Vogt?, ¿se digna aun escuchar vuestras insoportables
voces? (3)
¿No está fustigando
nuevamente en estos floreos literarios el estilo rimbombante de su época, que
le era tan conocido por la correspondencia de su padre con las cortes? Allí
eran válidas expresiones como estas: “No suelo molestar a Vuestra Merced con
mis cartas sabiendo las múltiples e importantes ocupaciones que debe atender”,
o bien, “jamás me hubiera tomado el atrevimiento de presentarme ante vuestros
ojos con mis insignificantes cartas conociendo los importantísimos asuntos de
Estado. (4) El servilismo se convirtió en la época de Mozart en una convención
carente de sentido real. Con su sana ingenuidad, Mozart lo advirtió. Pero no es
lo bastante revolucionario para derribar, con empuje violento, las barreras
artificiales de la exagerada cortesía. Por el momento lo pone en duda, en
broma. Hasta se permite invertir atrevidamente las personas y adjudicar a su
persona honras y altos e importantes pensamientos. Pero también esto ocurre
sólo en broma. Mozart es demasiado superior espiritualmente, posee demasiado
tacto y es demasiado modesto como par adorar abiertamente su propia genialidad,
como lo hubiera hecho un Stürmer und
Dränger.
Le gusta burlarse de la
corriente literaria de su época, la de la Ilustración:
El
pequeño Wolfgang, no tiene tiempo para escribir, pues no tiene nada que hacer,
anda por la pieza como un perro con pulgas. (5)
Notas
(1) A la primita,
Mannheim, 31-X-1777, II, 333.
(2) A su madre y hermana,
Milán, 27-II-1770, I, 27.
(3) A su hermana,
Bolonia, 1889-91, pág. 43.
(4) Georg Steinheusen, Geschichte des deutschen
Briefes, Berlín, 4-VIII-1770, 71.
(5) A su madre y hermana,
Viena, 8-IX-1773, I, 176.
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