domingo

JULIO CÉSAR CASTRO (JUCECA) - LA VUELTA DE DON VERÍDICO (41)


LA MUELA DE CRISTALINO

Hombre sufrido pa los dolores, aura que dice, Cristalino Palero.

Supo dolerle una muela 22 años seguidos. El día que se calmaba un poco andaba mal; estrañaba. Pa pior, como perseguido por la disgracia, cada vez que se sacaba mentiras de los dedos, había que enyesarlo.

Una güelta en el boliche El Resorte, taban Cristalino, la Duvija, Orosmán Frontera, Encíclico Cartucho, el tape Olmedo y el pardo Santiago, mamaus por unanimidá.

Orosmán Frontera y el tape Olmedo jugando a la escoba e quince, con unas cartas tan grasientas, que en una el tape vio que tenía escoba, se afirmó con un cinco, lo dio contra la mesa, y hubo que despegar la carta con un cuchillo.

Encíclico Cartucho jugaba con el gato, un lindo barcino, rabón dende una güelta que taban cortando salchichón y metió la cola.

Más allá, en un rincón, sentau en un casillero e cerveza, Cristalino con la cara hinchada por la muela.

-¿Cómo anda esa muela don Cristalino? -le preguntó Orosmán.

El otro contestó con un quejido. Encíclio le dijo al pardo Santiago:

-Pa los dolores Cristalino es sufrido como pantalón de presidente. Un hombre que ahí ande lo ve… ¿lo ve?

-Lo veo, sí.

-Güeno, ahí ande lo ve, la otra güelta se reventó un dedo con un martillo, y en lugar de tirar el martillo tiró el dedo y siguió clavando como si tal cosa.

-¡Fijesé!

-Un hombre que ahí ande lo ve… ¿lo ve?

-¡Lo veo sí!

-Güeno, ahí ande lo ves es de lo más bromista.

-¿Bromista es?

-Una cosa especial. Y andando en carro, no le digo nada.

Fue la Duvija la que se le arrimó a Cristalino:

-¿Cómo anda esa muela, don Cristalibo? -le prieguntó.

-Es el nervio.

-¿Por qué no se toma unos vinitos pa dormirlo?

-Tengo tomáu.

-¿Y no se durmió?

-Se me durmió el brazo e levantar vino; pero el nervio nada. La cara se me sigue hinchando.

-No se priocupe -le dijo Orosmán- que cuando usté no alcance yo se las rasco.

Fue cuando el tape Olmedo dejó los naipes, se le aprosimó a Cristalino, le puso una mano en el hombro, le tanteó la hinchazón y le dijo:

-Si usté fuera deseoso yo le sacaba la muela, don Cristalino. Porque ta bien que el hombre macho se hizo pa sufrir, pero usté me tiene medio podrido con tanto quejarse.

En un grito Cristalino. Sufrido y todo, en un grito.

En eso llega al boliche Policlínico Estrofa, con una escopeta. Cristalino fue verlo y decirle:

-Vea don, hagamé una gauchada y encájeme un tiro aquí en esta muela, asomesé -y abrió la boca- ¿Ve…? Priéndale cartucho.

Policlínico Estrofa se asomó. Pidió un vino. Manso el hombre, cargó la escopeta. Acarició al gato. De un lengüetazo cambió el pucho e rincón. Le clavó las vistas a Cristalino y le ordenó:

-Abra.

Cristalino en un grito, va y abre.

La Duvija como sonsiando salió pa fuera. El tape Olmedo le empezó a hacer punto a un palito. Los demás miraron pa otro lado.

Se oyó gatillar, y Cristalino cerró los ojos justo cuando Policlínico le descargó el cartucho adentro e la muela.

No sólo le mató el nervio, sino que además se la emplomó.

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