1º
edición WEB / 2018
Discrepa con ese amor
celeste que transmite. Su piel, envolvente y fosfórica, no ha conocido el
placer. Tan adorable su reclamo, de un año a esta parte se ha convertido en una
novia solitaria; emite cierta luz submarina, busca el titilante brillo de su
pareja. Ángel perdido, neutro y sin deleite. Su hermosura asexuada dista de ser
oportuna.
Un día se le calentarán
los ojos, se ligarán a ella los duendes que le pinten el cuerpo son sus
pincelitos hasta tensarla. No sé cómo se encuentran los seres que deben amarse,
pero se encuentran. Las novias se deslizan por los hilos de las posibilidades.
Durante el día, siente
una generosa disposición que la une a las personas, pero de noche teme a los
muchachos desamorados de los boliches.
El siglo XXI trae cierto
tipo de novias casi bestiales, otras por demás ilusas, pero también trae
madonas. El amor tiene sustancia y ciencia en las almas de esas novias hondas.
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