LA LECCIÓN DE LA RENDICIÓN (7)
DK
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Muchas veces insistimos
en que no podremos ser felices hasta más adelante, cuando las cosas hayan
cambiado, pero si podremos ser felices mañana también lo podemos ser hoy. Si el
amor puede existir mañana, también puede existir hoy. Podemos sanar aunque nada
cambie. Cuando nos rendimos a la vida tal como es, las situaciones se
transforman de una forma milagrosa. Es en este estado de rendición cuando
podemos recibir. Cuando dejamos que las cosas sean como son, el universo nos
brinda los medios para cumplir nuestro destino.
¿Qué momento es el
adecuado para rendirnos? ¿En qué situaciones? Cualquier día, cualquier momento
y cualquier situación constituyen una oportunidad para rendirnos. Cuando
nacemos, y también cuando morimos, nos rendimos a una fuerza superior a
nosotros. Pero entre esos dos momentos nos perdemos porque nos olvidamos de
rendirnos.
Si una situación debe
cambiar y tenemos el poder hacerlo, hagámoslo. Pero también debemos aprender a
identificar las situaciones que no podemos cambiar. Son aquellas ocasiones en
que sentimos que nadamos contracorriente, que nos debatimos y que tenemos
miedo, y es cuando debemos poner en práctica la aceptación y la rendición. Si
no lo hacemos, la lucha acabará con nosotros.
Si no nos sentimos en
paz, ha llegado el momento de rendirnos.
Si la vida no fluye, ha
llegado el momento de rendirnos.
Si nos sentimos
responsables de todo, ha llegado el momento de rendirnos.
Si queremos cambiar lo
que no podemos, ha llegado el momento de rendirnos.
Sin embargo, cuando
optamos por el cambio debemos reflexionar acerca de qué cosas necesitamos
cambiar exactamente y por qué. Por ejemplo, Steve era contable y se sentía
desgraciado porque, en realidad, deseaba trabajar en el mundo del teatro.
Luchaba consigo mismo de forma constante porque se resistía a cambiar la
seguridad de su profesión por la inestabilidad de la vida teatral. Cuando, por
fin, aceptó que continuaría como contable, alguien le dijo que una compañía de
teatro buscaba un director financiero. Steve consiguió el empleo, y en la
actualidad es uno de los directores financieros de espectáculos de Broadway más
importantes y de más éxito.
Si dejamos de luchar de
forma continua para que las cosas sean como queremos y, simplemente, dejamos
que sucedan, nos regalaremos un maravilloso presente. Si repasamos nuestra vida
comprobaremos que algunos de los mejores momentos y oportunidades que hemos
tenido no fueron el resultado de nuestro esfuerzo por conseguir que las cosas
salieran a nuestra manera. Más bien fueron afortunadas coincidencias,
ocurrieron porque estábamos en el lugar oportuno en el momento adecuado. Así es
como funcionan la rendición y la vida: con sutileza.
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