domingo

LA PATRIA QUE TE PARIÓ (EXPLICACIÓN DEL AMOR DE JULIO HERRERA Y REISSIG) - 6

FOLLETÍN SABATINO

HUGO GIOVANETTI VIOLA

primera edición WEB / elMontevideano Laboratorio de Artes / 2018

obra de portada: Haugussto Brazlleim

EPISODIO 6: HÉROES                                                                                                                                               
Parque

Juan Zorrilla de San Martín y Florián Regusci bajaron del tram-way que cruzaba el Parque Urbano y empezaron a caminar por la calle Salsipuedes en dirección al remedo de fortaleza medieval que mandaron construir los paisajistas Charles Thays y Charles Racine a la orilla del lago salpicado por islotes y cascadas de inspiración inconfundiblemente parisina.

-¿No es irónico pensar que desde este petit Bois de Boulogne procreado por nuestra metrópoli podamos contemplar con tanta nitidez el símbolo de la línea divisoria que separa a los macizos orográficos del Atlántico y del Pacífico señalizando nuestro humus raigal? -señaló el lomo purpúreo del horizonte el poeta de la patria. -Porque el Río de la Plata fulge como el iris de un flanco americano que es millares de años anterior al que está en perpetua ignición del otro lado de la cordillera. Aquí ya no hay cíclopes trabajando en las fraguas subterráneas y reina la majestuosidad del puerto más luminoso de la zona templada que finiquita la línea trazada hace cinco siglos por el báculo del Sumo Pontífice Alejandro VI. En las conferencias que estoy preparando pienso demostrar que Dios marcó este vértice planetario como un axis mundi celeste destinado a purificar la resaca de tanto aquelarre imperial. Y eso lo supo siempre José Gervasio Artigas.


-Es un panorama mágico -se atusó los bigotazos el guitarrista después que se sentaron cerca de la calesita y los tiros al blanco.

-¿Y por qué no le pide a Herrera y Reissig que le monodice unos versos intitulados Purificación a la milonga en Do Mayor que me hizo escuchar en la torre? Estoy seguro de que ese desafío le va a inflamar el ánima.

-Dios lo oiga.

-El Padre siempre nos oye. ¿Usted sabía que fue en uno de estos bancos que nuestro genio y su Julieta se juraron amor eterno en 1904, sobrevolados por aquel sonriente querubín de piedra?

-Me asombra que el imperator esté tan obsesionado con el recuerdo de mi hermano Sabino. Lo compara con una supernova.

-Y ese símil astrológico indica que el mismo Julio necesita trasmutarse en el cenit de la materia cósmica que se obtiene integrando los soplos geológicos, sociológicos y etnológicos que nutren a una patria independiente -se paró desplegando una gestualidad de arenga el hombrecito leonino. -Un cenit que se encarna según las épocas, en hombres elegidos por el Espíritu.

Florián Regusci se frotó la cabeza y jadeó húmedamente:

-¿Elegidos para qué?

-Para vivir libres y morir mendigos en compañía de su visión profética y aceptando la Cruz donde hay que perdonar al reinado mundanal del Príncipe de las Tinieblas.

-¿Y eso es justo?

-Está escrito que el Padre no elige a los capacitados sino que capacita a los elegidos -contempló el horizonte fieramente Zorrilla.

Batallas

Botana subió al primer piso de Buenos Aires 124 con el suplemento hípico abajo del brazo y esperó a que terminara una sonata de Beethoven para golpear sobrecogidamente.

-Bienvenido, merovingio -lo atendió la muchacha embellecida por un resplandor lacrimoso. -Julio fue a visitar al fakircito pero no va a demorar mucho. Hoy sólo puedo invitarlo con unos mates porque la patria está cada vez más arruinada. Y no quiero imaginarme el negocio quimérico que se les habrá ocurrido inventar esta tarde a mi marido y al pobre Miranda.

-Me emocionó mucho su Beethoven, Julieta -se apoltronó el dandy en un butacón de suntuosidad raída.

-¿Usted piensa que Beethoven tuvo que aprender a hacer el amor con el demonio para poder musicalizar la oda de Schiller, Botana?

-Qué pregunta, Madame.

-¿O acaso los anarquistas no creen en la existencia del Príncipe de las Tinieblas?

Entonces el muchacho terminó por morder la bombilla ojicerradamente antes de confesar:

-En lo único que yo creo es en el resplandor de aquella silueta que me brotó como un fluido corpóreo en la retirada de Paso del Parque.

-La que le puso un jazmín ultraterreno en la boca al hermano de Sabino Regusci.

-Sí.

-Y era Cristo.

-Sí.

-El otro día Julio dijo que Cristo fue un canario anarquista -empezó a hundir fúnebremente un bajo del piano la muchacha huesuda. -Dijo que los escribas y los doctores de la ley se burlaban de los nazarenos porque pronunciaban mal las palabras.

-Qué buena definición -devolvió el mate para recoger al gato Botana. -Y ahora estoy acordándome de otro avizoramiento que tuve en aquella carreta infernal. Fue algo así como una baba verde que le chorreaba por el torniquete de la pierna recién amputada a Justo.

-No entiendo.           

-Yo tampoco. Pero sé que era verde, y le daba batalla. Hasta que él se tragó la flor y se murió sonriendo.

En ese momento escucharon arrastrarse unos pasos chirriantes por el corredor y al entornarse la puerta Holofernes se abalanzó a recibir al gigante de mirada opalina, que lo alzó para darle un beso de lengua.

-Acabo de ver al sultán Checri Abi-Saab -anunció después de tirar el bastón y desparramarse en el otro canapé. -Y se ofreció a participar en nuestro gabinete monoteísta donde se seguirán aplacando los ídolos carroñeros.

-¿Comiste algo, viejo?

-No. Pero vengo hinchado con los chopps de sudestada que tuve que zamparme alpinizando esta puta escalera.

Éxodos

-En estos tiempos es difícil encontrar a tres hermanos impelidos por la devoción artiguista -se levantó Zorrilla para desandar la vereda hasta la parada del tram-way. -¿De dónde la mamaron?

-Mi abuela materna siempre nos hablaba de la Redota porque ella fue concebida en el Ayuí -carraspeó Florián con melancolía, antes de recitar: -El viejo duerme, el de la frente cana, / El de una edad de piedra, / El de la frente que formó la patria / Para llevar laureles en la tierra. / La noche del desierto duerme, Artigas… / Duerme sonriendo… sueña! / A su lado, la frente entre las manos / Está la Gloria que, velando espera. / Espera, cuenta las calladas horas, / Y al fin, se alza serena, / Sacude al viejo y, señalando al cielo, / “Ya es la hora” le dice, “alza, despierta!”.

-Me honra, mi amigo -se le encrespó radiantemente el perfil al poeta de la patria.

-Ese poema lo descubrió Justo, y cuenta su compinche Lucas Rosso que se lo escuchó paladear varias veces durante la patriada del 4.
                                                                                                                               
-¿Y usted puede creer que a los historiadores uruguayos todavía no se les haya ocurrido colegir que nuestro Éxodo debió ser mucho más numeroso que el encabezado por Moisés para liberar al pueblo de Israel?

-¿Le parece? -se entreparó el guitarrista frente a la fortaleza que recortaba su imponencia provinciana sobre el cielo turquesa. -¿Cuántas personas se calcula que siguieron a nuestro Jefe?

-Entre diez y veinte mil. Y al frente estaba el héroe destinado a instrumentar y cumplir un designio ineludible. Porque para comprender la encarnación de la materia cósmica en el guía profético de una nueva nacionalidad no nos ayuda el idealismo de Hegel ni el mecanicismo de Taine ni la numinosidad visionaria que guió al creador de Fausto en el País de las Madres. Es Carlyle quien sostiene que son los elegidos del Espíritu quienes sostienen y sustentan la ley providencial decretada por Dios.

Y después que se sentaron en el tranvía el hombrecito le pidió al trovero que le refrescara la última estrofa del Requiem y sonrió repitiendo:

-Huelo una calle de pinos / donde lo caminos se irán a encontrar. / Porque si el perdón alcanza / la desesperanza no podrá reinar. No hay duda de que nuestro Julio nació elegido no solamente para purificar a la Banda Oriental de su mezquindad endémica sino para hacer entrar a la alicaída poesía hispanoamericana en otro siglo de oro.

-Lástima su salud.

-Su salud es la que lo está situando en lo alto del madero. Ahora tiene que liberarse de la ferocidad que suele trasudar y transfigurarse de una vez por todas en un gran ser floral: el Divino Narciso. Cuando lo conocí en las tertulias del Prado donde María Eugenia nos hacía levitar con su piano le presté a Julio un auto sacramental de Sor Juana Inés de la Cruz que lo obsesiona mucho.

-Ojalá le alcance el tiempo -atinó a comentar Florián, desconcertado.

-Lo que podemos vivir ya está escrito, mi amigo. Pero nos corresponde a cada uno de nosotros plasmarlo sin obstruir la voluntad del Padre.

Mensajes                                 

-Apuntá esto, mi negra -jadeó somnolientamente Julio después de aplicarse una inyección en la cama. -Cuando un hombre camina sobre un mar de alquitrán siente que le crece un pecho con ternura de pez. / Entonces empieza a cantar su costilla celeste. / Hay un gran trenzamiento circular para arrancarle el halo a la virgen del estiércol. / Y la implosión de la luna ensartada por los aloes nos calma más que Mozart.

-Dictámelo otra vez -se perdió a medio camino del garabateo la muchacha de ojos beethovenianos.

-Eso de arrancarle el halo a la virgen del estiércol me hizo acordar a una befa que les estribilló Roberto a las notas que aparecieron al pie de La vida -se animó a comentar Botana.

Y como Julieta lo taladró con un fogonazo de odio el dandy se apuró a agregar, pañueleándose la frente:

-Fue en las épocas en las que el fornicador furtivo se dio cuenta de que el verdadero dios de Tontovideo era el jefe torrista y se desternillaba ensartando mariconerías.

-Pero cuál fue la befa -recogió la escupidera a tientas el gigante.

-Era una copla muy estúpida que decía: Al que es monista y católico / Satanás le culea un cólico. Y decía que pretender explicar con rimbombancia evangélica versos que parecían bosteados por Sade en la pared del manicomio era tirarse pedos más grandes que el culo.

-Roberto tendría que haberse dedicado a jugar al foot-ball -chistó la muchacha. -Aunque él ya no debe pensar bien ni siquiera con las pezuñas.

-Y tampoco tiene idea de que Haeckel inventó su preciosa teoría de la gastraea porque el evolucionismo monista era incapaz de ensoñar el Carro de Oro con el que los profetas transportamos la materia hacia su omega crístico. Aunque eso nos mate tanto. ¿No me apuntás otro mensaje que acaba de pescar mi memorioso esplín azuzado por el Hada, Chochita? Perdoname.
                                                                                                 
-Siempre te perdoné.                                                   

-Pero es aquí de saber que, cuando el ángel bueno permite al demonio esta ventaja de alcanzar al alma con este espiritual horror, hácelo para purificarla y disponerla con esta vigilia espiritual para alguna gran fiesta y merced espiritual que le quiere hacer el que nunca mortifica sino para dar vida, ni humilla sino para ensalzar; lo cual acaece de allí a poco, que el alma, conforme a la purgación tenebrosa y horrible que padeció, goza de admirable y sabrosa contemplación espiritual, a veces tan subida, que no hay lenguaje para ella. Pero sutilizole mucho el espíritu para poder recibir este bien el antecedente horror del espíritu malo; porque estas visiones espirituales más son de la otra vida que de esta, y cuando se ve una, dispone para la otra.

-Esto es mucho más sublime que la silueta filosófica del trenzamiento con la virgen bostera, pero yo no nací pulpo para echar tanta tinta junta -soltó la pluma y se cruzó de brazos la muchacha-enfermera-secretaria.

Y Botana largó una carcajadita saravista que festejaron todos.

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