martes

HOLISMO, NEW AGE, AUTOAYUDA (9)


GERARDO MENÉNDEZ

¿NUEVAS CARAS PARA EL INDIVIDUALISMO O NUEVO PARADIGMA PARA EL SENTIDO COMÚN?

(Basado en una tesis defendida en Mayo de 2000 / Banca Examinadora: Marcelo Jasmin, IUPERJ (Presidente), Edmundo Campos Coelho, IUPERJ (Orientador), Otávio Velho, PPGAS, Rafael Bayce, UDELAR, Fátima Tavares, UFJF)

1ª edición WEB elMontevideano Laboratorio de Artes / 2018
B - El Problema de la Religión (continuación)

1 - Las “tecnologías del yo” o “auto-religiones”: un nuevo tipo de individualismo    y un nuevo tipo de religión.

A inicios de los 70, como dijimos, la utopía contracultural finalizó, dejando un escenario fragmentado, en el que muchos se refugiaron en nuevas sectas religiosas, aunque la tendencia predominante fue de retorno al interés privado y la valorización del suceso material. 

Sin embargo, el “know how alternativo” que muchos ex-aprendices de gurú habían adquirido durante los años 60, no se esfumó de sus cabezas, sino que se convirtió en un arma diferencial de éxito en el altamente competitivo business world pos-industrial. Habría sido así que se multiplicaron los métodos de suceso personal que, con un marco epistemológico de inspiración oriental-constructivista, combinaban recursos del behaviorismo y el Pensamiento Positivo con técnicas asiáticas de meditación, relajación, control mental, etc.

Como vimos, la forma en que esos paquetes de conocimiento práctico comenzaron a ser generalizados a un público más amplio fue la de seminarios pagos. Este fenómeno no era nuevo, ya que “tecnologías” o “auto-religiones” divulgadas de esta forma existieron desde los años 50, cuando apareció la hoy polémica y mundialmente extendida Scientology, creada por Ron Hubbard, o –más tarde- el Silva Mind Control, creado por el electricista José Silva. En los años 60, aparecerían otras influenciadas por las anteriores, o creadas por discípulos disidentes como la Mind Dinamcs, o el Exegesis. Sin embargo, fue en los años 70 que el fenómeno se extendió a un público masivo, al punto que Heelas habla de una “seminar spirituality”.

En la perspectiva de autores como Bellah, Tipton o Heelas, el fenómeno de los seminarios transformacionales tiene una importancia sociológica particular, como cristalización institucional del nuevo tipo de individualismo y de religiosidad que ellos creen ver operando en la “alta modernidad destradicionalizada”. Ellos habrían sido una de las principales formas –aunque ciertamente no la única- en que se fue materializando el movimiento que en esos mismos años comenzaría a ser conocido como New Age.

Dada esta relevancia, aquí me detendré brevemente para comentar el análisis que los principales estudiosos han realizado de este fenómeno, como ejemplo del tipo de interpretación que hasta ahora ha predominado en las escasas investigaciones sociológicas sobre estos asuntos.

Entre la enorme variedad de versiones del fenomeno, estos autores coinciden en destacar la importancia del Erhard Seminars Training (est), fundado por el vendedor de enciclopedias puerta-a-puerta Werner Erhard, como un prototipo de las “auto-religiones” surgidas en los setentas.

Aparentemente, esta insistencia es en gran parte correcta, dado el alcance masivo directo del est, principalmente en los Estados Unidos, así como su enorme influjo más o menos indirecto en muchas otras exitosas “tecnologías del yo”.

Sin embargo, en los capítulos destinados a desarrollar mis críticas y mi propia posición, propondré un énfasis diferente. Como explicaré allí, creo que la elección del est como caso más representativo de la “seminar spirituallity” se corresponde con los presupuestos de sus autores, permitiéndoles confirmar sus hipótesis acerca del significado sociológico del fenómeno.

En mi propia descripción, haré un énfasis diferente, destacaré la importancia de la Programación Neuro-língüística, la cual es totalmente ignorada en los estudios existentes. Como explicaré, creo que este influyentisísimo método transformacional, también surgido en los años 70, se articula a redes de significado que sugieren un diagnóstico sociológico diferente al que estamos comentando aquí.
Pero ahora prosigamos con el abordaje predominante.

2 - El est como prototipo de las “auto-religiones” surgidas en los 70.


Los Erhard Seminars Trainning se describen a sí mismos como una corporación que entrena sus clientes "para transformar su habilidad para experimentar el vivir de forma tal que las situaciones que usted ha estado tratando de cambiar, o soportando, se resuelven en el proceso mismo de la vida".[1] El programa de entrenamiento estándar insume alrededor de sesenta horas a lo largo de cuatro días o dos fines de semana consecutivos.

De 1961 a 1971, Erhard coordinó y entrenó vendedores de enciclopedias puerta a puerta. Para esto, se dedicó, durante más de 10 años, al estudio de una ecléctica combinación de auto-ayuda y disciplinas psíquicas como pensamiento positivo e hipnosis, Cientología y Dinámica Mental -programa del que fue instructor-, psicologías como la Gestalt, y religiones orientales como el Zen. Este último, diría después, fue la disciplina "esencial" de todas las que estudió. Al final de este período, según él, tuvo una experiencia súbita, "fuera del espacio y del tiempo", de "captarlo" (getting it) mientras dirigía su Mustang por la auto-pista.

"Tuve una experiencia directa de mi mismo. Esto significa que ya no más me identifico con mi cuerpo o mi personalidad o mi pasado o mi futuro o mi situación o mis circunstancias o mis sentimientos o mis pensamientos o mi noción de mí mismo o mi imagen de mí."[2]

Poco más tarde, comenzaría el est para servir a otros, capacitándolos para compartir su experiencia de iluminación. Erhard dio su primer seminario en el apartamento de un amigo, en 1971. Los est se desarrollaron desde entonces hasta 1984, período durante el cual –según Heelas- pasaron unas 500.000 personas por el curso básico, y unos 2 millones más habrían sido introducidas al sistema a través de eventos especiales. Si se tienen en cuenta los diversos sistemas directamente influenciados por los est, es probable que –hasta 1991- unos 4 millones de personas hayan sido alcanzadas por el método.[3]

Los cursos son impartidos por un único instructor, cuyo comportamiento es particularmente agresivo e incómodo. "Sus vidas no funcionan assholes, sino ustedes no estarían aquí", es la primera frase.[4]

Los aprendices son informados de que no necesitan recordar o resolver nada, ni creer en el curso para que éste funcione.  "Ustedes tienen la oportunidad de sustituir el creer por el experimentar", dice el entrenador. For est –according to Tipton- el problema es que, en vez de vivir, las personas se preocupan por estar en lo correcto.

“En vez de sentirse vivas, las personas creen que tienen razón. En vez de aceptar, observar, darse cuenta [(realizing)], compartir y fundar su experiencia donde ésta es causada, las personas se ubican en el efecto de dicha experiencia, al ‘tener esperanzas, decidir, ayudar y ser razonables’. Sus creencias recibidas y psicológicamente condicionadas sobre cómo la vida podría o debería ser, bloquean su experiencia de como realmente es en el presente e impiden su respuesta efectiva a la misma. En este sentido, cada persona es la causa total de todos sus problemas, un hecho que debe asumir para hacerse responsable de su vida.”[5]

Después de una sesión de 16 horas de duración, con sólo una interrupción para comer y dos o tres breves para ir al baño, y de sentirse atacados por el comportamiento del entrenador, al final del día los participantes están fatigados, y sienten dolores musculares y de cabeza. En este punto, son instados a "experimentar fuera" (experience out) sus dolores, a través de dirigirles una atención no-evaluativa. "Sólo observa y déjate estar con lo que te esté molestando, sólo déjalo ser, y desaparecerá".[6] La suposición teórica es que las sensaciones físicas y emocionales indeseables están ligadas a recuerdos de experiencias dolorosas del pasado que no han sido plenamente experimentadas. Una vez experimentadas desaparecen. Dirigiendo una atención de aceptación total, no-evaluativa -"aceptando, estando y observando"- hacia los síntomas y sus causas, la totalidad de la constelación psíquica y psicosomática puede ser "experimentada fuera".

Según Tipton, durante el seminario se rechaza la definición newtoniana habitual de la realidad, basada en la "fisicalidad" de los objetos, substituyéndola por una definición "humeana", basada en la subjetividad de la experiencia individual:" tú eres la única causa de tu experiencia, tú la has creado". "Tú eres perfecto", dice el entrenador, "pero tus barreras te impiden experimentarlo"[7].

Un mundo tal no tiene significado objetivamente determinado, juicio o propósito. La vida es un juego, que se juega para experimentar el estar vivo, no para creer que se está en lo cierto. Las elecciones humanas son tan racionales como escoger helado de crema o chocolate. "Lo elegiste porque lo elegiste, la elección la causaste tú, no las razones”.[8]

La "mente" es concebida como un conjunto lineal de registros de sucesivos "ahoras" momentáneos. El modelo es el de una "maquina asociativa de estímulos-respuesta", condicionada por el nacimiento y por la mencionada cadena de experiencias traumatizantes reprimidas. Como máquina que es, su función es su propia sobrevivencia, lo que busca realizar intentado mostrar infinitamente que está en lo cierto. Esto es lo que hace que la persona se sienta mal y actúe compulsivamente.[9]

La iluminación es darse cuenta de que se es una máquina, lo que en sí mismo implica diferenciarse de las máquinas. Este deja a la persona libre para elegir conscientemente sus respuestas condicionadas, experimentarlas fuera, y así disolver su condicionamiento. "Tenerlo" (getting it) es darse cuenta del hecho de que se es el contexto del propio "ser yo", la causa de la propia experiencia.
Según Tipton, la auto-imagen del est es a-ética y a-doctrinal, el conocimiento teórico y las creencias morales son vistos como obstáculos a la experiencia directa de la situación y, consecuentemente, a la respuesta apropiada.

A partir del entrenamiento est, los valores y juicios morales, como clase, ya sean basados en el amor hippie o en el criterio “convencional”, aparecen como "standards" auto-validantes e impracticables. En su lugar, los graduados no ven una ética de cuño est, sino simplemente "lo que es así" (what’s so), los hechos evidentes en sí mismos de su propia experiencia de vivir, que trasciende toda evaluación ética[10].

El insight requerido para "hacer tu vida funcionar" difiere radicalmente del conocimiento que debe alcanzar el individuo del utilitarismo, para tomar la decisiones más eficaces. No se trata de entender "cartesianamente", a través de los sentidos y de la razón, un mundo exterior separado y autoregulado, con el fin de predecirlo y manejarlo. El proceso de "captar cual es para ti" (getting what´s so for you) es visto como una intuición preclara, no-evaluativa. Es a la vez un auto-conocimiento y una auto-aceptación. Es adquirir no sólo la capacidad de "tener lo que se quiere" sino, también, de "querer lo que se tiene". No es que las metas se vuelvan más accesibles, sino que se vuelven idénticas a las intenciones. Se asume que son una y la misma cosa. Esta intuición se contrapone a la opinión o creencia recibida, la cual genera conocimiento incierto, porque su contenido no es experimentado por el sujeto. "Si experimentas, es verdad" dice Erhard, "la misma cosa creída, es mentira". En la visión de la realidad de est, "las creencias son bosta" y "entender" es el "premio del tonto" en la vida. La experiencia de una persona es todo lo que es real para esa persona. "¡La experiencia es todo lo que tienes!"[11]

El insght de que uno mismo es la causa total de su experiencia incluye a las normas sociales. Las reglas son parte de “lo que es así”, parte de la experiencia. “Tú creaste las reglas en primer lugar”. Las reglas “no serían reglas sin tu acuerdo”, “las reglas son parte del juego que uno concordó en jugar”, afirma un entrevistado de Tipton[12]. Para alcanzar las metas hay que "seguir las reglas y mantener tus acuerdos. Tu vida está basada en romper las reglas, engañar, mentirte a ti mismo e inducir a tus amigos a comprar tus mentiras", dice el entrenador. “¿Y después te preguntas porqué nunca estás satisfecho?”

Las reglas son implícitamente aceptadas e internalizadas hasta que se las siente desaparecer, quedando sólo la familiaridad intuitiva de la situación misma y los comportamientos armónicamente entramados de los participantes.

C - Un individualismo y una religiosidad  para la alta modernidad.


Como vimos, en los años 60, en la cultura americana se enfrentaban dos estilos éticos, cuyos respectivos imperativos se chocaban. La ética del “mainstream”, era una forzada combinación de la lógica utilitarista de la maximización del beneficio con la moral bíblica de cumplimiento de reglas. La ética de la contracultura, por su lado, era la ética expresiva, que valoriza el impulso, la auto-expresión y la respuesta situacional.

Según creo entender, la interpretación de autores como Tipton y Heelas sugiere que en los años 70 la contracultura acabó como utopía, pero muchos de sus significados habrían sobrevivido, en inédita amalgama con sus antiguos rivales, ahora al servicio del nuevo establishment capitalista tardío.

Según Tipton, la ética est no puede ser fácilmente inscripta dentro de la categorización "expresividad-utilitarismo". Aunque la terminología expresiva permea el discurso moral del est, su noción acerca de en qué consiste actuar apropiadamente continúa apoyándose en la lógica consecuencial del utilitarismo, en la medida que los actos no son correctos o equivocados en sí mismos, sino en virtud de la bondad de sus consecuencias. Pero el valor a ser maximizado, lo que es intrínsecamente bueno o valioso es la experiencia del individuo de bien-estar y satisfacción. Lo que el est promete es realizar "tu verdadero potencial para producir ‘aliveness’ y satisfacción en tu vida", dice Tipton.

Según parecen querer decir autores como Tipton o Heelas, las “tecnologías” del tipo est constituirían una –digamos así- “reforma” tanto de los medios como de los fines de la acción social moderna. El descubrimiento de que el medio para obtener el resultado más satisfactorio de una situación no es el cálculo racional, sino el awareness relajado y no-analítico de la misma, así como las diversas técnicas para desarrollar esta capacidad, habrían sido puestos al servicio de fines también reformulados en términos expresivos, que incluyen pero no se agotan en el lucro material. La experiencia vívida y auténtica no es solamente el bien último, el fin a ser maximizado por la acción apropiada, sino la fuente psíquica de ésta. La acción más eficiente no es la que sigue un cálculo más racional y objetivo, sino la que expresa más auténticamente la interioridad subjetiva. Así, Erhard dice a los entrenados: "No pienso que yo conozca algo que si tú supieras, estarías mejor. Pienso que tú sabes algo que si tú supieras, estarías mejor"[13]

El know how sobre cómo responder adecuadamente a cada situación a través del awareness no evaluativo -traído por los maestros orientales, o desarrollado por las nuevas líneas psicoterapéuticas en el seno del movimiento contracultural-, constituiría un bagaje simbólico inestimable para renovar la desacreditada base racionalista del individualismo moderno, y la aún más desgastada legitimidad religioso-tradicional de las normas sociales.

Por otro lado, la deseabilidad de cada acto continúa dependiendo sólo de la relación entre el costo y el beneficio que supone para el agente. Pero el est habría dirigido este cálculo hacia adentro, del mercado hacia la psiquis. Los costos y beneficios son calculados en términos de aliveness, no de dinero. Se analizan puntos de vista, no transacciones económicas, y se busca expandir la experiencia, no el capital. Así, el valor romántico-sesentista de la autenticidad y la auto-expresión, se convierte en una formulación más amplia del “beneficio” a ser maximizado que la de la simple acumulación de dinero y capital.

Por su lado, el cumplimiento con las reglas, ya no es un deber moral reforzado por la promesa religiosa de una recompensa sobrenatural -lo cual no posee más credibilidad en una sociedad secularizada y “pos-tradicional”-, ni un “mal necesario” a ser aceptado como medio para la consecución del fin individual. Los actos de cumplir y concordar con las reglas son buenos porque producen las mencionadas experiencias de bienestar y satisfacción en el agente. De esta manera, los significados expresivos se habrían integrado a la carne misma de la acción social “moderno-tardía”.

Pero –para estos autores- esta transformación de significados parece estar precisamente limitada a las necesidades funcionales de la sociedad. Los valores expresivos irían sólo hasta el punto de enriquecer o complejizar el seco y desencantado valor –o “anti-valor”- utilitarista de la “maximización del beneficio”. El "egoismo-de-reglas" parece tener una función más de auto-gratificación que de auto-expresión –dice Tipton. La obediencia a las reglas de la situación se justifica como medio para obtener la respuesta más apropiada, más que como forma de expresar el auténtico self interior.

Para Erhard, el individuo no puede satisfacer su interés "real", violando las reglas y acuerdos que pesan sobre él. Así, la ética consecuencial en sí misma lleva al individuo movido por el auto-interés a seguir las reglas y mantener los acuerdos. En la ética est no existen imperativos categóricos. El cumplimiento de las reglas se justifica en términos egoístas. Según Tipton, al investir de utilidad a las prácticas de seguir las reglas y mantener los acuerdos, la moral est implica una re-racionalización de los elementos éticos de la religión bíblica en un sentido compatible con el utilitarismo.

 En resumen, las tecnologías personales surgidas en los 70 -de las que el est sería el caso fundacional y prototípico- serían expresión de una ética consecuencial que justifica el cumplimiento con las reglas convencionales en nombre del interés propio, definido en formas condicentes con la auto-expresión y la responsiveness situacional.

El nuevo estilo ético, representado por el est“toma una idea de lo correcto (cumplimiento de reglas) usualmente asociado con la ética regular y una idea de lo bueno (sentirse vivo, natural, etc.) usualmente asociada con la ética expresiva, y las subsume en el estilo ético consecuencial de la cultura utilitaria en su versión burocratizada, el egoísmo regular.”[14]

Como resultado de esto -dice Tipton- la juventud est profesaba una ética expresiva, pero actuaba de acuerdo al utilitarismo cuando la situación exigía respuestas contrarias a sus intereses, dado que esos intereses también se definían en términos expresivos. Titpon habla de una teoría consecuencial de lo correcto y una teoría psicológica de lo bueno.

Los  significados surgidos en el seno de la “cultura alternativa” habrían conseguido el milagro de conciliar las necesidades técnicas del “sistema” con las necesidades subjetivas de auto-expresión y auto-realización. Dicho de otra forma, habría conseguido el milagro de revertir, o por lo menos de atenuar, la contradicción entre la cada vez más generalizada racionalidad técnico-formal, y la racionalidad con arreglo a valores éticos o hedonistas, que parecía condenar al ser humano a vivir en una implacable “jaula de hierro”.
  


[1] De un panfleto publicitario citado por Tipton, p. 176.
[2] San Francisco Cronicle, 3 de diciembre de 1974, citado en Tipton, p. 176, nota 3
[3] Heelas, 1991, p.29.
[4] Tipton, p. 177.
[5] Idem., p. 177-8.
[6] Idem, 178.
[7] Idem 179
[8] Idem., 179.
[9] Idem.
[10] Idem. p.185.
[11] Idem. p. 197.
[12] Idem. p. 196.
[13] est, "Special Guest Seminar" 1976, citado por Tipton,38.
[14] Tipton, 1882, p. 190.

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