1º
edición WEB / 2018
Todo lo vio en el primito
de mejillas rojas, piel blanca y nervada.
Dibujando historias con
grafito grueso.
Su mente, un rey loco,
mordiendo el pan caliente de su yo de miel, la arcillita dulce.
Él amó la imagen de sus
antepasados. Con devoción copió los sentimientos. Entraban por sus orejitas y
sus ecos le decían: Serás la nueva luz de
tus mayores. Serás la nueva luz de tus mayores.
Ni un solo amigo grande
le dijo que él era un ser irrepetible.
Un día aciago sintió que
no tendría esa grandeza, aquel destino superior de sus fantasmas. Su yo quedó
encerrado en el retrato de su abuelo.
Pasó el tiempo, el bello
fruto de amor se transformó en una naranja de perfume agrio.
Él no fue suyo, no
alcanzó a ser suyo. Fue de tal palo tal
astilla.
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