BLADE RUNNER: UN ANÁLISIS FILOSÓFICO Y SIMBÓLICO
por Rafael Monterde
SINOPSIS
Año 2019. Los seres humanos han
logrado un desarrollo tecnológico y social que ha superpoblado la Tierra y
generado un fracaso ecológico que les ha obligado a colonizar otros planetas en
el espacio exterior. Debido a la dureza de los viajes espaciales, es necesaria
la creación de unos androides llamados replicantes que
cumplen las funciones para las cuales son asignados.
La Tyrell Co.
La corporación que controla esta sofisticada tecnología, la Tyrell
Corp., va perfeccionando los diseños para que los replicantes tengan altas
capacidades y una vida limitada.
Pero no todo puede ser controlado. Los replicantes, a pesar de cumplir
sus funciones, desarrollan procesos emocionales que hacen que tengan respuestas
inesperadas. Hay alteraciones en su conducta y pueden llegar a convertirse en
un peligro.
Los Blade Runners
Para solucionar esta situación se ha
creado una unidad especial cuyo único objetivo es perseguir a los replicantes
rebeldes y darles muerte. El término técnico para llamar dicha acción
es retirada. Los especialistas en retirar a los replicantes son los Blade Runners.
La historia de este film se ambienta
en la ciudad de Los Ángeles. El personaje principal, Rick Deckard, es un Blade
Runner al que se le encarga la investigación de un caso: uno de sus compañeros
que es asesinado cuando está haciendo un test Voight-Kampf a
un replicante. Este test permite distinguir entre replicantes y seres humanos. Esa
es la razón por la que hay que retirarlos cuando las desarrollan, pues son
defectuosos para cumplir con sus misiones en las colonias exteriores del
espacio.
Los replicantes
rebeldes
La policía de Los Ángeles tiene localizado al asesino: un replicante
huido de las colonias llamado León, que pertenece a un grupo de replicantes
rebeldes que ha regresado a la Tierra. Entre ellos se encuentran el propio
León, diseñado como soldado y obrero, Zhora, una trabajadora sexual y asesina,
Pris, que es una modelo básica de placer y Roy Batty, un comando de élite y
líder del grupo.
La misión de Rick Deckard es, pues,
dar caza y retirar a los replicantes
fugados. Lo llamativo es la relación que establece Deckard con los replicantes,
que pasan a formar parte de su transformación vital.
TESIS DE BLADE RUNNER
La clave de la historia de Blade Runner es que los entes biológicos
artificiales, los replicantes, pueden desarrollar emociones y llegar a tener
una personalidad propia. Se da por hecho en la película que el progreso
emocional de los replicantes los lleva a convertirse en seres autónomos y con
libre albedrío. Los bioartefactos se comportan como los seres humanos,
cuestionándose el destino de su vida y la razón por la que la muerte es
inevitable. Ello hace que tomen conciencia de su finitud y se rebelen contra la
muerte, buscando superarla.
El universo
transhumanista de Blade Runner
En el universo transhumanista
de Blade Runner los transhumanos buscan, al final,
ser como los humanos, pues anhelan una vida plena: una vida en la que no estén
condicionados por sus diseños y no se les persiga por desear ser libres.
En el plano de la libertad transhumana surgen las cuestiones
fundamentales que se plantean todos los humanos: haber deseado desde el
principio que su memoria esté nutrida de experiencias reales que manifiesten la
identidad de su persona, poder orientar su libertad en la dirección que ellos
desean, encontrar una persona a la que amar libremente, etc.
Los replicantes/transhumanos
frente a la decadencia de lo humano
Como se puede ver, en este filme, dirigido por Ridley Scott, lo que se
nos trata de transmitir es que los transhumanos lo que quieren ser es humanos y
han empezado a desarrollar capacidades propias de tales. De hecho, aprecian más
los rasgos del ser humano que los propios humanos, lamentando su deterioro.
Así, la empatía que desarrollan hace que sean extremadamente sensibles a la
hora de percibir la importancia de vivir en un mundo humano en decadencia, donde
la vida, al parecer, tiene poca importancia y ha perdido su valor, ya que puede
ser manipulada y manejada al antojo de aquellos que se mueven por afán de poder
y de dinero.
ANÁLISIS FILOSÓFICO Y SIMBÓLICO DE LA PELÍCULA
El lenguaje simbólico del filme de Ridley Scott es muy rico. Los
símbolos juegan un papel silencioso que nutre la narrativa de la película. La
historia lineal del filme constituye la base del tejido sobre la que se hilan y
se bordan el conjunto de los símbolos, que iluminan la mirada del espectador
atento.
El significado
profundo de Blade Runner
Estos símbolos confieren un
significado profundo a cada secuencia de la película y, en mi opinión, ayudan a
entender su calado. La historia no está meramente reducida a la narrativa de
unos sucesos en un mundo futurista y distópico. Los símbolos están organizados
de tal modo que hacen que el sentido mitológico y religioso de la historia
de Blade Runner se vuelva evidente para aquellos que
saben leer este lenguaje o tengan curiosidad por aprenderlo.
La clave para leer los símbolos es saber identificarlos por separado y
verlos en el conjunto de la imagen que el director nos muestra. Del mismo modo
que los pintores configuran los símbolos de sus cuadros para darle a cada uno
el mensaje que ellos desean, Scott lo hace en su filme.
La paleta simbólica de Blade Runner es muy amplia y ello otorga al film
una erudición y belleza que hacen que destaque como película de culto. Cada
escena merece, casi, una atención especial por separado, ya que cada una de ellas
podría considerarse como una historia dentro de la historia. A fin de cuentas,
es arte dentro del arte.
Blade Runner y la
filosofía
Asimismo, las cuestiones filosóficas
planteadas en Blade Runner son profundas y
numerosas. La tensión existencialista de la historia es muy intensa. Ello
hace que los rasgos humanos emergentes de los replicantes iluminen ese mundo
oscuro y decadente en el que se ambienta la película.
Las preguntas filosóficas que se plantean no dejan indiferente al
espectador, pues son cruciales para cualquier persona. A nadie se le pasa por
alto la importancia que tiene la libertad en la propia vida, el sentido de la
muerte, la temporalidad, el papel del amor en la propia historia personal y
dónde dirige los pasos de cada uno, la luz que vierte sobre la identidad del
ser personal la memoria, por qué el deber condiciona nuestro destino y si es
necesario cumplirlo para ser uno mismo, el conflicto que surge cuando las
emociones más íntimas conducen la voluntad hacia metas que no estaban previstas
en la planificación de la vida, etc. La armonía de los símbolos y las
cuestiones filosóficas en Blade Runner es
majestuosa y aporta una profundidad al filme que trasciende el celuloide: lo
convierte en un paradigma artístico de la narrativa de la existencia humana.
Ahora procedamos a analizar los símbolos y las cuestiones filosóficas de
la película:
1. El
ojo
La apertura del filme comienza con la imagen de un ojo, probablemente el
de Roy Batty, en el que se refleja la ciudad de Los Ángeles, contemplada desde
las alturas como un vuelo de halcón. El simbolismo el ojo es importantísimo a
lo largo de esta historia. En esencia, el ojo manifiesta la naturaleza divina y
espiritual, pone en claro la presencia del conocimiento.
En la mitología egipcia, el ojo, más
bien el círculo del iris y la pupila, era concebido como «el sol en la boca»,
imagen del verbo creador (Cirlot, 2016). De este modo, el ojo de los
replicantes crea esa vida que buscan y que
se manifiesta en sus deseos de plenitud.
Los ojos de los
replicantes
Es llamativo que estos ojos de los replicantes sean artificiales y, sin
embargo, como dice Roy al final del filme, hayan «visto cosas que vosotros no
creeríais». Los replicantes conocen los límites del conocimiento humano, han
llegado a las regiones extremas del Universo, donde los humanos normales no
pueden llegar. Pero, a pesar de ello, no pueden dar testimonio de su
conocimiento ni comunicar las maravillas del espacio exterior. Su conocimiento,
más que suponer una amenaza o un secreto peligroso, no estaba previsto y, por
eso, es visto como un peligro. Los ojos de Roy, como dice el diseñador genético
al que van a ver León y él, han sido diseñados para cumplir una función
concreta, no para guardar los rincones del Universo en la oscuridad de su
pupila abismal.
2. La
pirámide o zigurat
El zigurat constituye la imagen del templo-montaña en la cultura
mesopotámica y egipcia. La pirámide de Tyrell aparece al comienzo del film ante
la mirada de Roy Batty. El simbolismo del zigurat es el del ascenso a los
Cielos. Está asentado sobre la tierra, pero permite elevar la mirada hacia lo
divino y acceder a él.
Los siete escalones
del zigurat
Habitualmente los zigurats tienen siete escalones, que representan la
totalidad del Cosmos, y cada escalón representa uno de los planteas conocidos
en la Antigüedad. El camino hacia lo divino partía desde la Tierra, pasando por
cada uno de los planetas hasta llegar a las regiones recónditas del Cielo.
Camino que, en realidad, ya han recorrido los replicantes, pues han llegado más
allá de donde los humanos han sido capaces al haber atravesado los límites del
Universo habitado por ellos.
La pirámide como
símbolo de la maternidad
También, la pirámide era considerada en las culturas megalíticas como el
símbolo de la maternidad, de la Gran Madre. El retorno de los replicantes a la
pirámide representa, por tanto, la vuelta al origen. La forma cuadrangular de
la base de la pirámide simboliza la tierra y su vértice constituye el centro
místico del Universo, el punto de partida y de llegada de todo. Lo llamativo de
las pirámides de Blade Runner es que están
incompletas, no tienen vértice. Lo cual podría significar la incomplitud del
origen, la falta de acabamiento y perfección. Solamente están culminadas por un
haz de luz que nace de las mismas.
3. El
desierto, la tortuga y la madre
Los primeros personajes que aparecen en el film son el agente Holden, un
Blade Runner, y León Kowalski, uno de los replicantes fugitivos. Holden hace el
interrogatorio propio del test emocional para identificar a los replicantes y
comprobar si son defectuosos para proceder a su retirada.
El desierto
Hay que prestar atención a las imágenes que usa Holden en sus preguntas
a León, pues son significativas. Holden le pide a León que se imagine que está
en un desierto. El simbolismo del desierto es muy concreto: el valor del
desierto consiste en que es el espacio abierto a la trascendencia, es el lugar
apropiado para acceder a lo divino. León se inquieta ante esta imagen y le
pregunta a Holden de qué desierto está hablando, pues no la entiende y se
pregunta por qué iba a estar él en el desierto. La dificultad de León para
entender el significado de las imágenes manifiesta, igual, la falta de
desarrollo de su imaginación y capacidad abstractiva.
La tortuga
La siguiente imagen que usa Holden es importante. Hace referencia a una
tortuga que supuestamente está contemplando León en ese desierto. En Blade
Runner varios replicantes tiene asociada la imagen de un animal o un arcano del
Tarot, que comentaremos a lo largo del análisis. El papel que desempeñan estas
imágenes en el filme es crucial para ver la evolución que produce la relación
de Deckard con cada uno de ellos. En el caso de León es la tortuga.
La tortuga como
símbolo de la realidad existencial
La tortuga es el símbolo de la realidad existencial. Manifiesta la
unidad del círculo (el caparazón) y el cuadrado (la base), que juntos
representan la unidad del cielo y la tierra. Además, la lentitud de la tortuga
está relacionada con el movimiento de la naturaleza, contrapuesto al del
espíritu, que es rápido. La lentitud de la tortuga es, así, la imagen de la
pesadez, de la involución, del materialismo concentrado (Cirlot, 2016). La
tortuga puede ser, pues, el propio León, que no ha desarrollado una naturaleza
espiritual.
Lo curioso es que el replicante le dice a Holden que él nunca ha visto
una tortuga, lo cual significa, siguiendo con la imagen de la tortuga como si
fuera el propio León, que no ha desarrollado una completa conciencia de sí
mismo, pues no puede representar en su imaginación algo que no ha visto.
León comienza a ponerse nervioso y Holden continúa jugando con la imagen
de la tortuga: le dice que está boca abajo y que no puede moverse, lo que hace
que la imagen sea más dramática, pues manifiesta la total materialidad de León
que, invertido, es incapaz de avanzar en el desarrollo de su conciencia y su
ser.
Después Holden le dice que León no ayuda a la tortuga a incorporarse,
que significa que es incapaz de hacerse cargo de sí mismo. Ante esta imagen, el
nerviosismo de León aumenta, mostrando turbación.
La muerte como
madre del replicante
Para cambiar de pregunta y hacer que León se relaje, Holden le pide que
le hable de su madre. El hecho de que el interrogatorio se haga dentro de la
pirámide de Tyrell hace que la pregunta sea paradójica, pues León se encuentra
dentro de su madre, en cierta medida. El simbolismo de la imagen de la madre es ambivalente. Por una parte,
representa la naturaleza, pero también representa a la «madre terrible», la
muerte. En el hermetismo, regresar a la madre significa morir. Al pedirle eso
Holden le está diciendo a León que hable de su muerte. No es casualidad que
León, al preguntarle a Holden si quiere que le hable de su madre, mate al Blade
Runner disparándole. Hay que tener presente, por tanto, que la vuelta de los replicantes a su
origen hace que el pensamiento de la muerte les aceche de continuo y, por ello,
la angustia existencial que padecen no desaparezca en ningún momento de la
historia: al volver al origen tienen conciencia de que van a morir a pesar de
no desearlo.
4. Gaff, la
elección de Deckard y la gallina
El encuentro de Deckard y Gaff se da en la primera secuencia que tenemos
del Blade Runner, que está comiendo en una callejuela de Los Ángeles. Cuando
Gaff se acerca a él, le pide que le acompañe a comisaría, porque Bryant, el
jefe de policía, lo requiere allí.
El agente Gaff
La relación de Deckard con Gaff, un
agente torvo, es ilustrativa. El agente Gaff es un personaje curioso dentro de
la historia. Es un hombre que es plurilingüe y que usa a su antojo diversas
lenguas al dirigirse a Deckard. De hecho, como dato, al principio le habla en
húngaro. Pero eso no es lo importante. Hay varios momentos de la película en
los que Gaff elabora varios símbolos con origamis (papiroflexia
japonesa), que muestran el estado interior de Deckard. Estos símbolos nos dan a
entender que Gaff conoce a Deckard perfectamente y que, en cierto modo, sabe
o intuye cuáles son sus deseos.
Deckard y la
capacidad de elegir
Ya en la comisaría, estando Gaff, Deckard y Bryant, el Blade Runner
manifiesta que no desea aceptar la misión que le están mandando. Deckard desea
poder elegir. La elección es en sí misma simbólica. Los símbolos de la elección
se presentan como una encrucijada de caminos contrapuestos. Caminos ante los
que Deckard, de hecho, no está, puesto que Bryant le dice abiertamente que no
tiene elección. La tensión simbólica de este momento la establece un pequeño
origami que realiza Gaff durante la conversación entre Deckard y Bryant. El
misterioso Gaff produce una gallina con lo que parece papel de fumar. Los
símbolos de las aves representan la interioridad, el alma. El símbolo de la
gallina es elocuente: nos habla de un ave incapacitada para volar, que no puede
escapar usando las alas aunque las tenga, como le pasa a Deckard. No se trata
de cobardía, sino de que Deckard no puede llevar a cabo sus deseos, está
atrapado como un ave de corral.
5. El búho,
Rachael, Tyrell, la conciencia de sí mismo y la memoria
La investigación de Deckard comienza en el despacho de Tyrell. La
primera imagen que aparece ante nuestros ojos es la de un búho que cruza
volando toda la habitación. Esta imagen se contrapone a la anterior de la
gallina.
La aparición en
escena de Rachael
En ese momento tenemos un plano de Rachael que, desde el fondo de la
habitación, le pregunta a Deckard si le gusta el búho. A lo que Deckard le
contesta con otra pregunta, en la que se cuestiona si es artificial.
Efectivamente, lo es. Quizá lo que esto nos está diciendo es que lo artificial
tiene capacidad de volar alto, de elevarse.
El búho en la
tradición filosófica
Aunque a menudo se menciona la
lechuza de Minerva como representante de la sabiduría,
Hegel -a quien se debe esta imagen- habló del búho que alza su vuelo al
atardecer. También, pues, en esto Blade Runner es
filosóficamente correcta.
Con el búho, el filme nos está tratando de trasmitir que, en la estancia
de Tyrell, radica el conocimiento. Lo llamativo de esta escena es que es
Rachael la que habla del búho y se refiere a él diciendo «nuestro búho», es
decir, que es tanto de Tyrell como de ella. Aunque parezca una conexión arriesgada, quizá pueda decirse que Rachael
representa a Minerva y que ella misma es esa sabiduría que Deckard necesita
para poder volar. Afirmación que no está del todo desencaminada si atendemos a
la relación posterior que tienen Rachael y Deckard y la importancia que tiene
ella en su liberación íntima.
El búho y los
iluminados
Otro significado que podemos darle al
búho puede venir de la mano del ocultismo. En la Orden de los Iluminados de
Baviera el símbolo del búho es clave (La conspiración de los Iluminados de
Baviera, 2014). La organización de Adam Weishaupt, su fundador, adoptó el mochuelo de Minervacomo símbolo propio. Pero si además
vinculamos el simbolismo del búho y de la pirámide (que también es clave, pues
dentro de su sistema simbólico se encuentra la mitología egipcia) casi puede
decirse que Tyrell podría ser miembro de la Orden, sino su Gran Maestre, dada
la majestuosidad con la que viste y la finura de sus formas al expresarse.
Además, si vemos el papel que tiene
la Tyrell Corporation en el mundo de Blade Runner, la
Tyrell ha reorganizado el mundo y acaparado el poder real sobre la sociedad, lo
que concordaría con el ideal de los iluminados de Baviera, que es instituir
el Novus ordo seculorum, el Nuevo orden de los tiempos o Nuevo orden mundial. De todas formas, esta
interpretación queda en el plano de la hipótesis, ya que es posible que esté
más allá del lenguaje propio de la película.
Rachael y el test
de emociones
Continuando con la conversación entre Rachael y Deckard, después de
presentarse ella le pregunta si por error ha retirado alguna vez a un ser
humano. Deckard le contesta con total seguridad que no. Después llega Tyrell y
comienzan a hablar sobre el test que va a hacer Deckard, el Voight-Kampff. En
ese momento, Tyrell le pide que haga el test a una persona e invita a Deckard a
que practique el test con Rachael. Las preguntas que realiza Deckard tienen, de
nuevo, cierta carga simbólica. Hay dos símbolos llamativos: la mariposa y la
abeja.
La mariposa
La pregunta sobre la mariposa hace referencia a una colección de
mariposas que tiene un niño y Rachael habla del niño diciendo que lo llevaría
al médico, diciendo, al parecer, que tiene un problema mental o emocional. Es
llamativo que diga esto. La mariposa es el símbolo de los deseos más altos, del
renacimiento y la belleza del ser que ha atravesado la crisis y ya goza de
plenitud. La imagen del niño coleccionando mariposas representa a aquel que no
ha alcanzado la plenitud y contempla la perfección de las mariposas marchita y
disecada dentro de una urna, privadas de su auténtico esplendor en la
naturaleza.
Esta imagen del niño quizá represente
a Tyrell que, como el niño, colecciona y habla de los replicantes como si
fueran cosas, objetos de su colección privada y de su capricho, cuando por sus
capacidades parecen más humanos que los humanos,
tal como dice el lema de la Tyrell Corporation.
La abeja
La pregunta de la abeja también llama la atención. Deckard le dice que
imagine que está viendo la televisión y que, de repente, una abeja se le posa
en el brazo. Rachael no duda en decirle rápidamente que la mataría. La
interpretación simbólica de la muerte de la abeja tiene sentido: en el lenguaje
egipcio la abeja tenía un significado monárquico y real, también era símbolo
del trabajo, la laboriosidad y de la creación, por la elaboración de miel.
Matar a la abeja en este contexto puede significar matar al rey, que sería
Tyrell.
Un negocio más
Al terminar el test, Rachael se
retira y Deckard le dice a Tyrell que ella es una replicante. Deckard se
sorprende, pues ella no lo sabe, y le dice a Tyrell que cómo puede ser que ella
no lo sepa. Tyrell le dice que simplemente ella es un experimento y que todo
ello no son más que negocios, aumentando así la indignación
de Deckard.
Tyrell continúa diciendo que la peculiaridad de Rachael y su dificultad
para saber que es una replicante se debe a que ella tiene implantados recuerdos
que le hacen creer que es una persona normal.
6. El hombre fálico
La investigación de Deckard continúa y, junto con Gaff, llega al
apartamento de León. En el apartamento, Gaff realiza otro símbolo con una
cerilla, que representa a un hombre con el falo erecto. El falo es el símbolo
de la vitalidad, de la fuerza de la vida emergente. En este sentido, pone en
claro el deseo que ha comenzado a tener Deckard hacia Rachael, pues se siente
atraído por ella. Gaff está diciendo, así, que conoce el cambio que se está
produciendo en el interior del Blade Runner, pues el cazador se está enamorando
de su presa. En el apartamento de León, Deckard encuentra unas fotografías que
le ayudarán posteriormente a seguir más pistas y una escama en la bañera.
7. Roy, el tiempo y
la mano
La primera imagen que tenemos de Roy es la de su mano encogida y como
dolorida. Mientras aparece la mano, se escucha la voz de fondo de Roy diciendo
“time enough”, tiempo suficiente. La vinculación simbólica de la mano enfermiza
de Roy y el tiempo tiene mucha fuerza. La mano en el mundo egipcio simbolizaba
la acción, la labor, la donación. La asociación del ojo y la mano, como en
algunos seres míticos orientales, simboliza «acción clarividente» (Cirlot,
2016). La referencia al tiempo (que simboliza la caducidad en este caso) y a la
mano nos está diciendo que la acción de Roy, su libertad, está limitada por la
finitud de su ser y que necesita más tiempo para poder llevar a cabo sus deseos
vitales.
Roy o el deseo de
tener una vida más larga
Hay que sacar a la luz el simbolismo
del nombre de Roy, el líder de los replicantes fugados: se apellida Batty, que
significa loco o chalado. El símbolo del loco aparece como uno de los
arcanos del Tarot. Esta carta carece de número dentro de la baraja del Tarot,
lo cual significa que no está sometido al orden del sistema. Como el centro de
la rueda, está fuera del movimiento, del cambio, lo que nos habla del
significado místico del loco, que ya no depende del movimiento normal del
mundo. Lo contradictorio de la locura de Roy radica en el hecho de que, a pesar
de liberarlo de su diseño original, no puede liberarlo de la muerte, lo que
hace que esté sometido o acorralado en su diseño, como la imagen del centro de
la rueda.
8. El diseñador de
ojos, el frío y la mano de León
Después de esta imagen de Roy, León y él se dirigen al laboratorio de
Chew, el diseñador de ojos que trabaja para Tyrell. El laboratorio es un lugar
frío, más bien gélido, lo que significa que se trata de un lugar elevado,
cuasidivino, donde el elemento del agua (que representa la transición entre lo
formal y lo informal, de lo moldeable) está petrificado y privado de sus
posibilidades. El estado gélido representa la separación de la conciencia y del
inconsciente.
Pipas para fumar y
una pluma de ave
A Chew lo encontramos manipulando sus diseños oculares y en ese plano
aparecen dos objetos simbólicos importantes: unas pipas para fumar y una pluma
de ave para escribir.
La pipa
El símbolo de la pipa manifiesta la unidad del mundo celestial y terrenal,
su conexión mística a través del tabaco, pues la planta del tabaco hunde sus
raíces en la tierra y asciende hacia el cielo. El acto de fumar en pipa tiene
ese significado místico. Lo que nos dice es que Chew es un hombre espiritual y
que su conocimiento científico no se reduce únicamente a la materia. No en
vano, él crea los ojos, que son símbolo de lo divino y de la conciencia.
La pluma
La pluma que tiene Chew en su mesa
también tiene un significado creativo. En el Antiguo Egipto la pluma, sola o en
grupos, se identificaba con los dioses creadores del panteón egipcio: Ptah,
Hathor, Osiris, Amón. Dado que Chew es el creador de ojos, quizá pueda estar
más vinculado con Osiris, ya que es el dios padre de Horus, el dios del ojo,
el Udjat, símbolo de la completitud y acabamiento.
Es llamativo que mientras está hablando Roy con Chew, León mete la mano
en un líquido refrigerante y no se congela, lo que manifiesta que su capacidad
de acción excede las leyes físicas y puede soportar el frío, cosa que Chew no
puede, pues acaba muriendo congelado al verse privado de su abrigo. Bajo
presión, Chew responde las preguntas de Roy y le dice que quien puede ayudarles
a encontrar a Tyrell es J.F. Sebastian, un diseñador genético que trabaja para
él.
9. La araña y la
memoria de Rachael
El primer encuentro privado entre Rachael y Deckard sucede en el
apartamento del Blade Runner.
Los recuerdos de
Rachael
Rachael quiere averiguar si es una replicante e inicia una conversación
con Deckard a propósito de sus recuerdos. Deckard le hace recordar una araña
junto a su ventana, naranja y con patas verdes, tejiendo una tela en la que un
día apareció un huevo. Rachael continúa el recuerdo diciendo que el huevo
eclosionó y salieron de él cien arañitas y se la comieron.
El velo de las
ilusiones
La conexión simbólica de la araña y
los recuerdos de Rachael parece conectar con el significado que, por ejemplo,
se le da en la India a la araña, identificada con Maya, la eterna tejedora
del velo de las ilusiones (Cirlot, 2016). Y, es a
través de la remembranza de la araña como los recuerdos de Rachael pasan a
identificarse con lo que son: algo ilusorio, ficticio, pues, al tratarse de
implantes de memoria, no son en realidad verdaderas vivencias suyas.
De hecho, Deckard intenta advertir a Rachael que sus recuerdos son
artificiales. Luego, por compasión, se arrepiente al ver que, con su excesiva
brusquedad, ha herido los sentimientos de la replicante.
10. Pris y los
amigos de J.F. Sebastian
La primera escena en la que encontramos a Pris, la replicante que es un
modelo de placer, la vemos caminando sola por las calles de Los
Ángeles, buscando un lugar en el que refugiarse. Hay un momento en el que
alza la mirada al cielo y ve uno de los zepelines publicitarios que sobrevuelan
la ciudad de continuo, que tiene una pantalla con una fotografía en la que está
escrito “MUNDO EXTERIOR”.
La caverna y el
mundo exterior
Si comparamos el ambiente oscuro de la ciudad con la luminosidad de la
imagen podríamos interpretar que Pris se encuentra en un ambiente cavernario,
como el de la Caverna de Platón, y que esos paneles publicitarios son como las
sombras proyectadas en la caverna, manteniendo la mente de los encadenados
adormecida con la falsedad de los mensajes. Sin embargo, los replicantes
fugados, al haber estado ya en el mundo exterior y haber vuelto a esa caverna
que es la Tierra, pueden caminar por el mundo con otro propósito: buscar la
fuente de la auténtica vida.
La soledad de
Sebastian
Poco después de esta escena, Pris se encuentra con J.F. Sebastian, el
diseñador genético que trabaja para Tyrell. Él la invita a subir a su casa al
verla perdida y le presenta a sus amigos: pequeñas creaciones suyas, juguetes
genéticos, que le hacen compañía. Al ver esto podemos preguntarnos hasta qué
punto esos seres pueden ser “amigos” del diseñador. Precisamente un amigo no es
algo que se pueda usar para jugar, sino que se juega con él en igualdad de
condiciones. Es necesario que, para que el juego sea posible, los participantes
gocen de libertad, cosa que los juguetes de Sebastian no tienen. Hay algo que
conecta curiosamente la existencia de Pris y de Sebastian: ambos se encuentran
solos en la vida. Pero no sólo eso: Sebastian, a pesar de tener a sus “amigos”,
afirma su soledad, lo cual es bastante contradictorio: sus amigos en realidad
no son nadie.
11. La música y el
unicornio
Tras la escena de Pris y Sebastian, hay un plano que nos devuelve a la
casa de Deckard. Lo encontramos con una música de piano de fondo y adormecido
sobre el teclado de su piano, tocando únicamente una tecla, como intentando que
suene la melodía que le viene a la cabeza sin saber cómo hacerlo.
El unicornio
En ese momento la imaginación de Deckard recrea un unicornio corriendo
entre los árboles de un bosque. Mitológicamente, el unicornio, por un lado,
hace referencia a la castidad. Por otro, sin embargo, simboliza al animal
infatigable que no se deja cazar y que, sin embargo, cae rendido cuando una
virgen se le acerca. Esa imagen nos da a entender que el unicornio representa
la sexualidad sublimada. Si analizamos la trayectoria de Deckard, que también
es un ser infatigable y fiero, podemos prever que él también caerá rendido ante
Rachael. No es casual que la imagen del unicornio venga a su mente cuando está
ante el piano, como se verá más adelante.
12. Jan van Eyck,
el espejo y la serpiente
Tras la visión del unicornio, Deckard
continúa su investigación y se para a analizar una de las fotos que encontró en
el apartamento de León. Es una foto que es un pequeño capricho artístico
introducido dentro de Blade Runner. Domina
en el centro derecha de la imagen un espejo circular que se asemeja al que hay
en El Matrimonio de Arnolfini, de Jan van Eyck, uno de los
más célebres Primitivos Flamencos.
El espejo y la
escama
La importancia de la presencia del espejo en la fotografía es crucial,
no solamente porque domine la estructura de la imagen, sino porque le permite
identificar a Deckard una pista que conecta con la escama que encontró en el
apartamento de León. El espejo simboliza la imaginación, así como el
pensamiento. Del mismo modo que la mente refleja internamente la realidad
contemplada exteriormente, el espejo refleja la realidad externa a él. De
hecho, la palabra especular proviene de speculum (espejo). El simbolismo de lo especular
también hace referencia al carácter mágico del espejo como conexión entre
mundos paralelos. El espejo le permite a Deckard acceder a la imagen de la
replicante Zhora, que yace dormida en una cama del apartamento de la
fotografía. En su rostro contempla un tatuaje de una serpiente, que también es
un símbolo: la serpiente es un poder protector de las fuentes de la vida y de
la inmortalidad, así como de los bienes superiores simbolizados por los tesoros
ocultos (Cirlot, 2016). La serpiente también simboliza la sabiduría
abismal y los poderes arcanos. No es casual, por tanto, que Deckard encuentre
la pista de Zhora en el reflejo del espejo de la fotografía, pues el carácter
mágico y conectivo de los mundos paralelos se hace más palmario. Gracias a la
magia del espejo descubre Deckard el ocultamiento de la serpiente. Tras hacerse
con esta pista, Deckard investiga el origen de la escama que encontró en el
apartamento de León y le lleva a su propietaria, que es Zhora. La replicante
trabaja en un club nocturno y tras preguntar por ella al dueño recibe una
negativa. Estando en el club siente deseos de volver a ver a Rachael y la llama
por teléfono, pero Rachael parece que rechaza la invitación del detective.
El espejo roto
Poco después Deckard consigue acceder al camerino de Zhora y hacerle
unas preguntas fingiendo ser de una Comisión de asuntos morales. La replicante
cae en la cuenta de que es una treta e intenta estrangular a Deckard huyendo
después por las calles de Los Ángeles. Cuando Deckard consigue alcanzarla, no
duda en disparar a la fugitiva que, atravesando un escaparate de cristales y
espejos, cae muerta al ser alcanzada por los proyectiles del Blade Runner. La
última imagen que tenemos de Zhora es la de su cuerpo yacente en el suelo entre
los fragmentos de los espejos rotos del escaparate, lo que hace terminar la
circularidad del espejo que Deckard encontró en la fotografía. La historia de
la serpiente comienza a través del espejo y acaba con los espejos rotos: la
realidad de su mundo se hace añicos.
13. La muerte de
León
Tras la muerte de Zhora, aparece un plano de León, escondido entre el
gentío, contemplando la escena. Deckard va a comprar alcohol a una tienda y en
ese momento aparecen Gaff y Bryant. El jefe de policía le pide que persiga a
los replicantes que quedan y le pide a Deckard que también retire a Rachael,
identificada también como fugitiva al haber escapado de la Tyrell Corporation.
Es doloroso vivir
con miedo
Cuando se van los policías, Deckard ve a Rachael entre la gente y va
tras ella. De pronto se topa con León, que comienza a pegarle e intenta
matarle. Deckard saca la pistola, pero León se la tira al suelo. Mientras le
pega, León le dice a Deckard: “Es doloroso vivir con miedo, ¿no?”. Y cuando
está a punto de matarlo estrujándole los ojos, Rachael le dispara a León en la
cabeza, De este modo Rachael le salva la vida a Deckard. Desde este momento la
relación entre el Blade Runner y la replicante da un giro de ciento ochenta
grados y el vínculo que tienen se estrecha aún más.
14. El amor como
elección
Después de la muerte de León, Rachael y Deckard acuden al apartamento
del Blade Runner.
Yo soy el trabajo
Allí Deckard intenta tranquilizar a Rachael, que está asustada y
temblando. Deckard le dice que él también tiembla, que forma parte de su
trabajo. Poco después Deckard le dice que no la perseguirá, pues le ha salvado
la vida. La conversación continúa en la sala de estar del apartamento, donde
Deckard se queda dormido. Rachael, entonces, comienza a revisar las cosas que
hay en el salón y se detiene en el piano, que está lleno de fotografías.
Deckard, como los replicantes, también tiene una obsesión por las fotografías y
los recuerdos que, unida a un momento anterior en el que se pueden ver los ojos
de Deckard como si fueran los de un replicante (rojizos: como de felino en la
oscuridad) permite conjeturar sobre su verdadera
condición.
La melodía
Durante el sueño de Deckard, Rachael comienza a tocar el piano. Parece
que sabe tocar la melodía que Deckard desconoce pero recuerda. Entonces,
Deckard se despierta, se sienta junto a ella e intercambian unas palabras en
las que él le dice que toca muy bellamente. Después, Deckard, enternecido, le
da un beso en la mejilla e intenta besarla en la boca. Rachael intenta salir
del apartamento y él se lo impide. Es en el recibidor del apartamento donde
ellos manifiestan que se desean y comienzan a besarse apasionadamente,
resolviendo el conflicto emocional que habían tenido desde que se conocieron.
El poder del amor
Definitivamente, Rachael libera a Deckard de ser un Blade Runner a
través del amor. La falta de elección que tenía el replicante al comienzo de la
misión encargada se torna en una elección libre gracias al amor entre Rachael y
él. No es casual que el conflicto entre el Blade Runner y la replicante se
resuelva allí. El número del apartamento de Deckard es 9732. Aunque no lo
parezca, también esta cifra tiene valor simbólico. La suma del número es 21
(9+7+3+2=21). El 21 expresa la reducción de un conflicto (dos) a la solución
(unidad) (Cirlot, 2016).
15. La Acróbata,
Roy y J.F. Sebastian
La siguiente escena se desarrolla en el apartamento de J.F. Sebastian.
Lo encontramos a él dormido entre sus juguetes y en el fondo de la habitación
aparece de pronto Pris haciendo piruetas.
Pris y el Tarot
A Pris podemos identificarla con un arcano del Tarot, el Acróbata. Este
arcano simboliza la inversión de la realidad, el deseo de volver del revés el
orden dado. Se identifica, asimismo, con el arcano del Ahorcado. Este arcano
representa la tensión del hombre místico que está por encima de la Tierra, pero
asfixiado por las fuerzas y el conocimiento de lo superior. En este sentido, el
Ahorcado representa la angustia del místico. Pris, por tanto, también está
movida por un conocimiento que la libera y, a la vez, la esclaviza, pues es
consciente de su finitud.
Fecha de caducidad
La escena continúa con una conversación entre Pris y Sebastian en la que
el diseñador genético le dice que padece una enfermedad, el síndrome de
Matusalén, y que por ello envejece más rápido que el resto. De este modo se
establece un vínculo entre el diseñador y los replicantes, pues ambos, ya sea
natural o artificialmente, padecen una caducidad prematura. Durante la
conversación aparece Roy, que ha encontrado la casa de Sebastian. Al verse, Roy
y Pris se saludan dándose un beso apasionado, casi como si fueran adolescentes.
Si conectamos los arcanos que representan ambos replicantes, el Loco y el
Acróbata, podemos ver que ambos, en el fondo, son seres que han trascendido los
límites del conocimiento y que se encuentran ya en otra esfera de la
existencia. Ambos, por supuesto, llevados por la pasión mística. De hecho,
cuando Pris y Roy están hablando de que ellos dos son los únicos que quedan con
vida, Pris dice: “somos idiotas y moriremos”. Entonces dice Roy, sonriendo:
“No, no moriremos”.
El huevo y la
inmortalidad
Hay un fundido de plano en el que la imagen de la pareja de replicantes
se mezcla hasta hacerse clara con los huevos que está hirviendo Sebastian. El
simbolismo del huevo es palmario: es uno de los emblemas de la inmortalidad. De
ahí, por ejemplo, el simbolismo del huevo de Pascua, que es la fiesta de la
Resurrección.
Pienso, luego soy
Hay un momento en el que Roy se acerca al tablero de Ajedrez de
Sebastian, que tiene una partida comenzada (más adelante comentaremos el
simbolismo del Ajedrez). Roy hace un movimiento que Sebastian corrige y Roy le
pregunta por qué Sebastian los observa con tanto detenimiento. El diseñador
dice que lo hace porque son diferentes: son perfectos. Entonces les pregunta de
qué generación son, pues se ha dado cuenta de que son replicantes. Cuando Roy
le dice que son Nexus-6 Sebastian añade que ya lo sabía. Les confiesa entonces
que trabaja para Tyrell, diciendo que hay algo suyo en ellos. Les pide que
hagan una demostración y Roy le dice que no son ordenadores, que son físicos.
Es en ese momento cuando Pris dice algo con carga filosófica: “I think,
Sebastian, therefore, I am”. Es decir, “yo pienso, luego yo soy”. Con esta
frase Pris está asumiendo la primera verdad indudable encontrada por Descartes:
«yo pienso, luego soy» (Descartes, 2008). Así completa Pris la afirmación
de Roy, que había dicho que eran físicos, y se suma al pensamiento cartesiano,
que entiende que el ser se halla en el pensar. La identidad ontológica de Pris,
según ella, se encuentra en su pensamiento, no en la materia. Roy continúa
diciendo que eso está muy bien, pero que hay que saber por qué. Pris, pues,
jugueteando, se acerca a los huevos hirviendo y coge uno, mostrando de nuevo,
como hizo León en el laboratorio de Chew, que sus cuerpos superan las leyes
físicas. Si en el laboratorio el agua estaba congelada, en la casa de Sebastian
está caliente, lo cual simboliza la maduración del proceso vital de los
replicantes y de sus deseos, pues después Sebastian los conducirá ante Tyrell.
16. Roy, Tyrell y
el Ajedrez
Ascendiendo Sebastian y Roy por la pirámide de Tyrell en el ascensor,
tienen una conversación en la que continúan la partida de Ajedrez comenzada por
Tyrell y Sebastian. Partida que en realidad juega Roy, pues es él quien
aconseja al diseñador genético. El creador y la criatura se baten en duelo
ajedrecístico y, al final, Roy le hace un jaque mate, demostrando su
superioridad intelectual.
El ajedrez
La presencia del Ajedrez también es
simbólica. El simbolismo de este juego indio manifiesta la lucha entre los
opuestos, lo blanco y lo negro, la luz y las sombras, entre los titanes (asura) y los dioses (deva) (Chevalier
& Gheerbrant, 2015).
El tablero es el espacio donde actúan
las fuerzas cósmicas. Además, representa un mandala, que
simboliza la existencia del hombre que combate contra sí mismo en su interior.
Se puede decir que es un juego místico y divino, propio de monarcas. La
combinación de los cuadrados blancos y negros del tablero simboliza la lucha de
contrarios y la armonía entre ellos. Se trata de un espacio sagrado, donde se
accede a los principios primordiales.
No es casual entonces que, en algunos templos, el suelo sea ajedrezado y
que, por ejemplo, las logias masónicas lo tengan así (Seitz, 2008). Lo que
está claro es que el juego entre Tyrell y Roy pone en claro que ambos están
situados en un plano superior de la realidad y que la victoria de Roy nos dice
que la creación ha superado al creador.
17. Los ojos y la
muerte de Dios
Puede decirse que el papel que desempeña Tyrell en el film es el de
hacer de dios de los replicantes, pues es el genio de la genética que sabe cómo
diseñarlos. No en vano, Roy se refiere a él como «padre» y «dios de la
biomecánica».
El dios de la
biomecánica
Llama la atención que este dios de la biomecánica lleva unas grandes gafas
que son casi como lupas. Puede llegar a pensarse que es una visión cómica de
esa supuesta divinidad defectuosa que es el propio Tyrell, incapaz de mejorar
la genética de Roy cuando este se lo pide, pues desea tener una vida más larga.
Quizá por la torpeza del creador, Roy, como criatura, se siente
decepcionado y le da muerte estrujándole las cuencas de los ojos tras besarlo,
manifestando cierto afecto y veneración hacia Tyrell.
Ojo, conocimiento y
divinidad
El vínculo significativo entre la
imagen del ojo, el conocimiento y la divinidad es evidente si acudimos a la
raíz griega de la palabra pensamiento, theorein. Para
Nicolás de Cusa la relación entre ver, conocer y Dios es clara cuando dice que
“Dios se llama así a partir de theoro, es
decir, veo. El mismo Dios, en efecto, es en nuestro ámbito
como la vista en la región del color. El color, en efecto, no es alcanzado de
otra manera más que por medio de la vista, y para eso, para que pueda
libremente aferrar todo color, el centro de la vista carece de color. […] Por
consiguiente, la vista, que existe sin color, no es susceptible de ser nombrada
en el ámbito del color, puesto que ningún nombre de color corresponde a ella.
[…] Dios, por tanto, es a todas las cosas como la vista a las cosas
visibles” (Cusa, 2011).
Podemos entender cómo ver y conocer son casi sinónimos en griego y que,
además, son la operación propia de la divinidad. En el diseño de los ojos como
ingeniería genética es posible identificar la manipulación y el acceso a la
naturaleza divina para formarla a nuestro antojo gracias a la técnica. También,
en la privación de la vista de Tyrell, se identifica el parricidio y, sobre
todo, el deicidioejecutado por el replicante. Roy acaba con
el dios mortal que, en cierta medida, lo ha creado. Lo
hace, quizá, por llevar a cabo una acción justa: una divinidad torpe y mortal
es en sí misma un peligro para las creaturas. Ésa es la razón por la que ellas
deben ejecutar a su creador: para que no siga cometiendo errores. Es más,
una divinidad que está sometida a la muerte no
es divinidad alguna y, si se añade que juega a dar
vida sin poder privarla de la muerte, tal divinidad está
destinando a sus creaciones a la desesperación de la finitud al no poder
otorgarles la vitalidad que merecen.
El mejor de los
mundos posibles
Cuando en la Modernidad Leibniz afirmó que Dios había creado el mejor de
los mundos posibles se acuñó, de algún modo, una concepción pesimista de lo
divino. Si Dios ha creado, de hecho, el mejor de los mundos posibles, lo ha
hecho de manera defectuosa, pues las privaciones, el sufrimiento y el mal
forman parte de este mejor mundo posible y, por tanto, son responsabilidad
suya. En cierta medida, la negación y la rebelión contra el Creador del hombre
moderno están justificadas por la concepción de este Dios torpe que no es capaz
de crear algo perfecto. El deicidio de la Modernidad, según estas premisas, es
legítimo. Eso sí: solamente si –y sólo si– el mal entraña la realidad creada
por la acción torpe de la Divinidad. Además, el intento de hacerse cargo de las
leyes de la biomecánica, que limitan la existencia, se conjuga perfectamente
con el mito gnóstico del dios tirano que somete la creación con la moral y la
naturaleza, que son ajenos a la libertad que busca la indeterminación absoluta.
El condicionamiento divino de la creación era entendido en el gnosticismo con
la noción de heimarméne (Jonas, 2003).
El gólem
En referencia al crimen realizado por
la criatura, es ilustrativa la leyenda hasídica del gólem. En ella, el profeta Jeremías y su hijo lograron
hacer un hombre que estaba vivo, gracias a la combinación correcta de las
letras del alefato hebreo. Ese hombre formado por el
hombre era el gólem y tenía
escritas en su frente las letras con las que Jeremías había descifrado el
secreto de la vida divina, que decían: «Yahvé es la verdad». Pero el gólem se arrancó una de aquellas letras y en su
frente pasó a poner algo muy distinto: «Dios está muerto».
Ante tal acción se horrorizaron el
profeta y su hijo, y por ello le preguntaron la razón por la que elgólem había hecho eso. “Si vosotros podéis hacer
al hombre, Dios está muerto.
Mi vida es la muerte de Dios. Si el
hombre tiene todo el poder, Dios no tiene ninguno”, dijo el gólem (Ratzinger, 2005).
La muerte de Dios
en el transhumanismo
La historia del gólem puede ayudarnos a entender el significado de
la muerte de Dios dentro del contexto transhumanista. Pues, en un mundo en el
que el hombre ha logrado adquirir mediante las artes mágicas o mediante la
ciencia el poder de modelar la vida, eso significa que el Creador ha perdido
todo su poder o que directamente su existencia nunca se ha dado.
Por ello, no es desacertado afirmar
que la cultura transhumanista es una nueva expresión del nihilismo
contemporáneo. En palabras de Nietzsche: “El deus ex machina ha
pasado a ocupar el puesto del consuelo metafísico” (Nietzsche, 2016).
18. El juego del
lobo
La escalera
Tras la muerte de Tyrell, Deckard
acude al apartamento de Sebastian. En vez de subir en el ascensor, asciende por
las escaleras. Puede interpretarse esta imagen simbólicamente. En la masonería,
por ejemplo, la escalera aparece en los símbolos del ritual del grado 30, el
llamadocaballero de Kaddosh. En hebreo kaddosh significa santo.
En este grado se está diciendo, por ello, que la altura moral del que accede a
él es elevada. Pero no queda ahí el simbolismo de este grado. La labor
del caballero de Kaddosh es vengar la muerte del
arquitecto del Templo de Salomón, Hiram Abiff (Laban, 2013).
La leyenda masónica dice que Hiram
fue traicionado por tres compañeros que intentaron que revelara el secreto
masónico (Benimeli). Si queremos identificar a Deckard con un caballero de Kaddosh quizá pueda hacerse:
solamente retira al acabar su trabajo a tres replicantes, pues Roy Batty muere
porque se le acaba el tiempo.
De todas formas, dejando a un lado el simbolismo masónico de la
escalera, también significa elevación mística o espiritual. La ascensión de
Deckard por la escalera simboliza, por tanto, que, del mismo modo que Pris y
Roy están en un estadio místico, el Blade Runner a ascendido a otro nivel más
elevado de su propia existencia. Ya en el apartamento de Sebastian, Deckard
lucha con Pris, a la que acaba matando. En ese momento llega Roy. Deckard se
esconde intentando emboscar a Roy y falla en sus disparos. Separados por la
pared, Roy la atraviesa de un puñetazo, agarra la mano de Deckard y le rompe un
par de dedos a modo de venganza por las muertes de Zhora y Pris. El hecho de
que Roy prive de movilidad la mano de Deckard simboliza que acaba con su
capacidad de acción y lo deja indefenso.
El juego de Roy
En ese momento Roy comienza a jugar al escondite con Deckard y le da
tiempo para que vuelva a esconderse hasta que termine de contar para darle
caza. El cazador pasa, pues, a convertirse en presa. Y lo llamativo de Roy es
que comienza a hacer sonidos similares a los aullidos de un lobo, mostrando sus
deseos depredadores y, quizá, haciendo homenaje a la sentencia «homo homini lupus».
El juego parece que acaba cuando Roy atraviesa con la cabeza una pared
ajedrezada donde se esconde Deckard. El hecho de que Roy rompa un espacio
ajedrezado nos dice que el juego de contrarios ha llegado a su fin y que, como
le dice, quiere matar a Deckard.
19. La mano de Roy
Persiguiendo a Deckard, hay un instante en el que Roy contempla su mano,
que parece casi muerta, anunciando el poco tiempo de vida que le queda.
El clavo
El clavo
Para poder sentirla, Roy arranca un clavo del suelo y atraviesa su mano
con él, buscando aferrarse a la vida. El simbolismo de este gesto tendrá significado
más adelante en la azotea del edificio contiguo, a la que ha intentado cruzar
el Blade Runner. Estando suspendido Deckard en el vacío y a punto de caer, Roy,
tras saltar el abismo entre los dos edificios y habiendo hecho previamente un
cruzamiento de brazos faraónico con una paloma en la mano izquierda,
contemplándolo desde arriba, le dice: “Es toda una experiencia vivir con miedo,
¿verdad? Eso lo que significa ser esclavo”. Roy, cuando Deckard está a punto de
caer al abismo, lo coge del brazo con su mano herida por el clavo y lo eleva,
perdonándole la vida. Es muy probable que Ridley Scott quiera darle a este
gesto un simbolismo crístico, pues la mano atravesada por el clavo puede
identificarse con la del Crucificado. Roy siente empatía por Deckard cuando
está al borde de la muerte porque se encuentra en la misma situación que él y
lo salva del abismo. El símbolo del abismo también debe tenerse en cuenta. El
abismo simboliza las regiones de la muerte, que atraen irremediablemente a los
mortales.
20. Como lágrimas
en la lluvia…
Estando los dos en la azotea, Roy dirige a Deckard sus últimas palabras.
Es un testimonio fascinante, una reflexión filosófica y poética que puede
ayudar a cualquiera a pensar sobre el sentido de la memoria y de la
inmortalidad del alma: El testimonio poético de Roy ante la cercanía de la
muerte está acompañado por la lluvia que cae y que fluye entre sus labios,
dando más fuerza y belleza a sus palabras. Sin lugar a dudas es una escena
bellísima y conmovedora que nos hace identificarnos con el replicante que se
resigna ante el advenimiento de la muerte y que en su último momento recuerda
las experiencias más extraordinarias de su vida.
21. La paloma
Al morir Roy, de su mano se escapa una paloma blanca que vuela hacia el
cielo lluvioso, simbolizando su alma libre y redimida que, por fin, puede
alcanzar la paz que estaba buscado. La secuencia quiere dar a entender que Roy,
aunque replicante, gozaba de una naturaleza espiritual, que no estaba limitado
a lo físico, como él había dicho anteriormente. Esta es la tesis fundamental
de Blade Runner, que defiende, al parecer, la existencia
del alma en los entes artificiales que son los replicantes. Cuestión
controvertida ésta que merece, sin duda, un debate amplio que no cabe en el
espacio reducido de esta entrada y que abordaremos en un artículo posterior.
22. El unicornio de
Gaff
Tras la muerte de Roy, se escucha la voz de Gaff diciéndole a Deckard
que ha hecho un buen trabajo y que ya está acabado. Deckard lo confirma
diciendo: “he acabado”. Gaff le devuelve la pistola que había perdido durante
el combate con Roy y añade: “Lástima que ella no pueda vivir. Pero ¿quién
vive?”, haciendo referencia a Rachael.
La huida
Luego Deckard vuelve a su apartamento para reencontrarse con Rachael y
la encuentra dormida en su cama. Como saben que ahora son ellos los fugitivos,
salen del apartamento para escapar de Los Ángeles y ante la puerta del mismo
Deckard encuentra el último origami de Gaff: un unicornio hecho con papel de
plata. De nuevo, Gaff le está diciendo a Deckard que conoce su interior y que
sabe que Rachael está viva. Pero no sólo eso, sino que el unicornio, que es una
imagen que Deckard conserva en su imaginación, también es conocida por Gaff, lo
cual deja abierta la pregunta de si Deckard —como he sugerido antes— es
realmente un replicante. Antes de meterse en el ascensor, suena de nuevo en la
mente de Deckard la frase y la pregunta que hacen referencia a Rachael. Deckard
sonríe con complicidad con el unicornio en la mano y entra en el ascensor,
poniendo final a la película.
CONCLUSIÓN
A partir de la pregunta de Gaff podemos hacer una pequeña reflexión
final. Al poner en duda quién vive, está cuestionando quién es auténticamente
humano. Simbolizando el unicornio la plenitud sexual, podemos entender que
Deckard y Rachael representan el nuevo paradigma de humanidad al estar sus
vidas unidas por el amor. La sonrisa de Deckard así lo confirma, como si
escondiera el secreto de lo que es en verdad ser auténticamente humano: estar
enamorado. Es una conclusión poética y paradójica, ya que es curioso que los
replicantes, siendo artefactos, descubran el secreto de lo humano en el amor
que falta en el mundo en el que viven, tan decadente y sombrío. Rachael y
Deckard representan un nuevo comienzo, el inicio de un mundo transhumano que ha
superado las limitaciones del humano. Son, así, la pareja transhumanista por
excelencia que guiará a los replicantes gracias al fruto de su unión amorosa. Tengo
que decir que, personalmente, no me uno a la conclusión de la película. Me
parece un final triste para la humanidad el hecho de que haya que recurrir a
seres transhumanos para recuperar lo humano. Tengo la esperanza de que en el
fondo del ser de la persona humana está la fuente de toda su humanidad: es en
esa apertura infinita del corazón humano a la trascendencia donde se encuentra
la verdadera libertad y su futuro.
Es necesario descubrir, como hizo
Leonardo Polo, qué es la libertad trascendental: la capacidad deno desfuturizar el futuro (Polo, 2016). Hay que
conservar la esperanza de que la humanidad aún tiene mucho que aportar desde
las raíces de su esencia, que no está abocada al fracaso. Podemos alcanzar un
crecimiento irrestricto del ser personal, es decir, una vida plena, fecunda y
desbordante, si estamos abiertos a dimensiones de nuestro ser que para nuestra
cultura posmoderna son desconocidas o son deliberadamente negadas. De todas formas, aún podemos encontrar destellos de esperanza en algunas
tesis posmodernas como el transhumanismo. Aunque erradas, son una oportunidad
para defender aquello que es más excelente en el ser humano y que puede dar de
sí como nunca lo ha hecho, pero para que sea posible debemos confiar en
nosotros mismos y comprometernos auténticamente con aquello que nos hace
mejores y nos hace crecer como personas.
BIBLIOGRAFÍA
BIBLIOGRAFÍA
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Freemasonry: http://www.freemasons-freemasonry.com/seitzmosaico.html
Artículo realizado para el proyecto
de investigación La mitología en la narrativa audiovisual: cine.
(Centro de Estudios Filosóficos, Políticos
y Sociales Vicente Lombardo Toledano / 11-5-2018)
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