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LAS CINCO MUJERES QUE PICASSO ESCONDIÓ EN EL GUERNICA Y POR QUÉ ÉL ES EL TORO

por Leyre Iglesias
Una nueva lectura del cuadro: no es sobre el bombardeo sino "un autorretrato familiar" que se transformó en propaganda. En él hay un terremoto, un suicidio y su divorcio de Olga, bailarina.

El cuadro español más importante del siglo XX no dice lo que nos habían contado. Lo sostiene un historiador y profesor jubilado de Geografía, Historia y Arte que ha dedicado 14 años a investigar el Guernica y a su autor. Se llama José María Juarranz de la Fuente (Fuentemolinos, Burgos, 1949) y sus conclusiones dan la vuelta a la historia oficial sobre el óleo de 3,5 por 7,8 metros que se convirtió en la imagen mundial del horror de la Guerra Civil. Frente a todo lo dicho hasta ahora, Pablo Picasso «no representó el bombardeo de Guernica». En realidad, dice Juarranz, es «un retrato de familia» transformado, con su silencio, en «propaganda». Su revolucionaria interpretación, publicada en el libro Guernica. La obra maestra desconocida, ha llegado a la prensa francesa, australiana y argentina. Destruye un mito. «Como no soy nadie, soy libre», sonríe. ¿Sus argumentos?

Para empezar, Juarranz arguye que el título no es de Picasso, sino de un amigo que, 20 días después de que el artista iniciara los primeros bocetos, al ver el cuadro exclamó: «¡Guernica!», según contó un testigo, Juan Larrea. Añade Juarranz que Picasso no pintó el óleo -encargado por el Gobierno de la II República para la Exposición Universal- impresionado por el bombardeo (26 de abril de 1937), sino que había empezado a prepararlo antes. Y remata: el artista era «apolítico» y siempre reflejó su vida. «Yo pinto como otros escriben su autobiografía», dejó dicho. ¿Por qué iba a ser el Guernica la excepción?

Tras analizar la vida y la obra anterior de Picasso y los 45 bocetos preparatorios, 15 postcriptos y dos grabados del Guernica, Juarranz afirma que en el cuadro el pintor «quiso dejar claros tres momentos clave de su vida».

El primero, el terremoto de Málaga que vivió en la navidad de 1884, cuando, con tres años, tuvo que salir precipitadamente de casa con su madre, embarazada de su hermana Lola. El segundo, el suicidio de su amigo Casagemas, que «le afectó tanto que con él dio comienzo a su etapa azul». Y el tercero, el proceso de divorcio de su esposa Olga. Vivía entonces «el peor momento» de su vida, según le dijo al fotógrafo Douglas Duncan.

A continuación, el quién es quién de este «retrato»: sus cinco mujeres, su amigo suicida... y el propio pintor. Porque «Picasso», asegura, «es el toro».

1. La madre. Marie Thérèse

Su amante oculta. La mujer con el niño no es la madre doliente ante las bombas, según el historiador, sino la joven y atlética Marie Thérèse Walter, su amante clandestina, con Maya, la hija de ambos. En el Guernica aludiría a un momento dramático para Picasso: cuando una enfermedad la dejó al borde de la muerte, episodio que ya pintó en Le sauvetage. Tiene la lengua afilada (como el toro y el caballo), símbolo de las discusiones después de que Marie Thérèse conociera a Dora Maar. Se suicidaría en 1977, cuatro años después de la muerte de Picasso.

2. El toro. Pablo Picasso

Un «autorretrato». La figura dominante, el toro, con sus patas robustas, los testículos muy marcados y la mirada hacia el espectador, es el propio Picasso, dice Juarranz. El pintor ya se había dibujado así antes, sobre todo en su relación con su mujer, Olga (el caballo). «Picasso dijo que el toro representaba la brutalidad, pero siempre negó que fuera el fascismo», explica. Y va más allá: en este autorretrato, Picasso emula a Velázquez y Goya colocándose en el mismo lugar que ambos pintores ocupan en Las Meninas y La familia de Carlos IV.

3. El pájaro. Dora Maar

Su amante oficial. «El pájaro sobre la mesa está piando y abriendo la boca co-mo pidiendo de comer, la forma en que Picasso había pintado en otras ocasiones a Dora Maar», afirma Juarranz. Su pequeño tamaño indicaría su menor importancia respecto a la madre, la esposa y la fiel Marie Thérèse, madre de su hija. Dora tenía entonces 29 años y era la nueva amante de Picasso, la oficial. Aunque no viviría con ninguna de las dos por consejo de su abogado durante el proceso legal de divorcio. Fotógrafa, retrató la creación del Guernica. Murió en 1997.

4. El caballo. Olga

Su esposa. Se trata de la bailarina ucraniana Olga Koklova, a quien en 1935 el pintor había pedido el divorcio. Cuando el Guernica, estaban en pleno proceso legal. Ella tenía 45 años; él, 55. Es el momento que Picasso señala como el peor de su vida. En dibujos anteriores pinta a la pareja toro-caballo en actitud amorosa; a partir de 1927 (tras hacer aparición la joven Marie Thérèse), en actitud violenta. Él le achacaba un carácter difícil, y la lengua afilada simbolizaría las discusiones amargas. Picasso nunca logró el divorcio. Olga murió de cáncer en 1955.

5. La niña. Maya

Su hija. El bebé «muerto o desmayado» en brazos de la mujer es Maya en brazos de su madre, Marie Thérèse Walter. Aquí el pintor habría reflejado otro de los momentos que más le habían impactado: el nacimiento de Maya, en el que la niña estuvo a punto de morir y el propio pintor la bautizó cuando no sabían si sobreviviría. Después se convertiría en su padrino. En el Guernica parece que Picasso (el toro) las protege. Maya Widmaier-Picasso tenía 20 meses cuando su padre pintó el cuadro. Hoy tiene 82 años.

6. El guerrero muerto. Carlos Casagemas

Su amigo suicida. También pintor, Casagemas se disparó a los 20 años (en varios bocetos lo pinta sobre un charco de sangre) por el rechazo de una mujer (la espada rota simbolizaría su impotencia sexual). «Me declaré catalanista y separatista y les insulté de tal modo que Picasso estaba horrorizado», contaría Carlos sobre su última vez juntos. Fue una «catarsis» para Picasso y con él inició su etapa azul. En una segunda lectura Juarranz ve en el guerrero al padre de Picasso, José Ruiz y Blasco, e incluso a San José.

7. Las mujeres. María, su madre

La mujer de la lámpara y la que corre con una rodilla en el suelo evocarían a su madre, a partir de una imagen que le quedó «grabada» del terremoto de Málaga en la navidad de 1884, cuando Picasso tenía tres años y abandonaron su casa apresuradamente. Como aquel día, ambas lucen un pañuelo («Mi madre llevaba un pañuelo sobre la cabeza; yo nunca la había visto así», dijo Picasso años después) y carecen de la lengua afilada. La de la lámpara guarda parecido (en cubista) con el Retrato de Doña María, de 1923.

8. La figura que cae. Un ángel

Es un personaje «enigmático y ambiguo», dice José María Juarranz. Con sus «alas» (bajo los brazos), su túnica hasta los pies, sus manos levantadas (como las imágenes icónicas de Goya o El Greco) y las llamas que emanan de su cuerpo (los triángulos), esta figura le sugiere un ángel en llamas. A juicio del historiador, en el Guernica podría leerse también la escenografía de una navidad destrozada, como la del terremoto del 25 de diciembre de 1884, que tanto marcó a Picasso y que causó varios incendios en Málaga. De ahí las llamas.

(EL MUNDO / 17-4-2018)

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