domingo

EL HÉROE DE LAS MIL CARAS (6) - JOSEPH CAMPBELL


1 / EL MITO Y EL SUEÑO (8)

Teseo, el héroe que mató al Minotauro, vino a Creta de fuera como símbolo y brazo de la creciente civilización de los griegos. Era lo nuevo y lo vivo. Pero también es posible encontrar el principio de regeneración y encontrarlo dentro de los muros mismos del imperio del tirano. El profesor Toynbee usa los términos de “separación” y “transfiguración” para describir la crisis por medio de la cual se alcanza la más alta dimensión espiritual, que hace posible reanudar el trabajo de creación. El primer paso, separación o retirada, consiste en una radical transferencia de énfasis del mundo externo al interno, del macro al microcosmos, un retirarse de las desesperaciones de la tierra perdida a la paz del reino eterno que existe en nuestro interior. Pero este reino, como lo conocemos en el psicoanálisis, es precisamente el inconsciente infantil. Es el reino que penetramos en los sueños. Lo llevamos dentro de nosotros eternamente. Todos los ogros y los ayudantes secretos de nuestra primera infancia están allí, toda la magia de la niñez. Y lo que es más importante, todas las potencialidades vitales que nunca pudimos traer a la realización de adultos; esas otras porciones de nuestro ser están allí; porque esas semillas de oro no mueren. Si sólo una porción de esa totalidad perdida pudiera ser sacada a la luz del día, experimentaríamos una maravillosa expansión de nuestras fuerzas, una vívida renovación de la vida, alcanzaríamos la estatura de la torre.

Es más, si pudiéramos sacar algo olvidado no sólo por nosotros mismos sino por toda nuestra generación o por toda nuestra civilización, traeríamos muchos dones, nos convertiríamos en los héroes del día de la cultura, en personajes de importancia no sólo local sino histórico-mundial. En una palabra, la primera misión del héroe es retirarse de la escena del mundo de los efectos secundarios, a aquellas zonas causales de la psique que es donde residen las verdaderas dificultades, y allí aclarar dichas dificultades, borrarlas según cada caso particular (o sea, presentar combate a los demonios infantiles de cada cultura, local) y llegar hacia la experiencia y la asimilación no distorsionadas de las que C.G. Jung ha llamado “imágenes arquetípicas”. (18) Este es el proceso conocido en la filosofía hindú y budista como viveka, “discriminación”.


Notas

(16) “Formas o imágenes de naturaleza colectiva que toman lugar en toda la Tierra, que constituyen el mito y que al mismo tiempo son productos autóctonos e individuales de origen inconsciente”, (C.G. Jung, Psychology and Religion, Yale University Press, 1938, p. 63; ver también por el mismo autor, Psychologische Typen, Zurich, 1921, pp. 540, 596-603).
Como dice el Dr. Jung (Psychology and Religion, p. 64), la teoría de los arquetipos no es de ninguna manera invención suya. Comparar con Nietzsche: “En nuestros años atravesamos el pensamiento de toda la humanidad primaria. De la misma manera en que el hombre razona en sus sueños, razonaba en su etapa primera hace miles de años… El sueño nos retrotrae a las etapas primitivas de la cultura humana y nos da un medio para entenderlas mejor.” (Friedrich Nietzsche, Humano, demasiado humano, citado por Jung, Psuchology and Religion, pp. 122-123).
Compárese con la teoría de Adolf Bastian de las “ideas elementales” étnicas, las cuales, en su carácter psíquico primario (correspondiente a los logoi spermatikoi de los estoicos), deben considerarse como “las disposiciones espirituales (o psíquicas) en germen, de las cuales se ha desarrollado orgánicamente toda la estructura social completa” y como tales, deben servir de base a la investigación inductiva (Ethnische Elementargedanken in der Lehere con Menschen, Berlín, 1895, vol. I, p. IX).
Compárese con Franz Boas: “Desde la cuidadosa discusión de Waitz de la cuestión de la unidad de la especie humana, no queda duda en lo general de que las características mentales básicas del hombre son las mismas en todo el mundo”. (The Mind of primitive Man, p. 104; The Macmillan Company). “Bastian habló dee la tremenda monotonía de las ideas fundamentales de la especie humana en todo el globo” (op. cit. P. 155). “Ciertos patrones de asociación de ideas pueden reconocerse en todos los tipos de cultura” (op. cit. P. 228).
Compárese con Sir James Frazer: “Nosotros, como algunos investigadores de antiguos y modernos tiempos, no necesitamos suponer que estos pueblos occidentales tomaran prestado de la más antigua civilización de Oriente el solemne ritual que dramatizaba ante los ojos de los adoradores la concepción del dios moribundo y renaciente. Más probablemente la semejanza que pudiera trazarse a este respecto entre las religiones del Oriente y el Occidente consiste sólo en lo que común aunque incorrectamente llamamos una coincidencia fortuita, el efecto de causas similares actuando de igual modo sobre la constitución semejante de la mente humana en los diferentes países y bajo distintos cielos.” La rama dorada, Fondo de Cultura Económica, 3ª ed., 1956, pp. 443-444.
Compárese con Sigmund Freud: “Reconocí el simbolismo de los sueños desde su planteamiento, pero sólo fue poco a poco como llegué a una apreciación completa de su amplitud y significado, como resultado de la experiencia y bajo la influencia de los trabajos de W. Stekel… Stekel encontró sus significados simbólicos por medio de la intuición, en virtud de su facultad individual de comprender inmediatamente los símbolos… La experiencia progresiva del psicoanálisis nos ha permitido descubrir pacientes que han prestado en un grado sorprendente esta comprensión inmediata del simbolismo de los sueños… El simbolismo no pertenece especialmente a los sueños, sino más bien a la imaginación inconsciente, particularmente a la de los pueblos, y se encuentra en condiciones más desarrolladas, en cuentos populares, mitos, leyendas y en los continuos absurdos de la conducta de los pueblos que en los sueños” La interpretación de los sueños, capítulo VI, op. cit.
El Dr. Jung señala que ha tomado el término arquetipo de las fuentes clásicas: Cicerón, Plinio, el Corpus Hermeticum, San Agustín, etc. (Psychology and Religion, p. 122). Bastian señala la correspondencia de su teoría de las “ideas elementales” con el concepto estoico de los logoi spermatikot. La tradición de las “formas subjetivamente conocidas” (sánscrito atarjñeyarupa) coincide de hecho con la tradición del mito, y es la clave para la comprensión y el uso de las imágenes mitológicas, como ha de comprobarse abundantemente en los siguientes capítulos.

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