1
/ EL MITO Y EL SUEÑO (8)
Teseo, el héroe que mató
al Minotauro, vino a Creta de fuera como símbolo y brazo de la creciente
civilización de los griegos. Era lo nuevo y lo vivo. Pero también es posible
encontrar el principio de regeneración y encontrarlo dentro de los muros mismos
del imperio del tirano. El profesor Toynbee usa los términos de “separación” y “transfiguración”
para describir la crisis por medio de la cual se alcanza la más alta dimensión
espiritual, que hace posible reanudar el trabajo de creación. El primer paso,
separación o retirada, consiste en una radical transferencia de énfasis del
mundo externo al interno, del macro al microcosmos, un retirarse de las desesperaciones
de la tierra perdida a la paz del reino eterno que existe en nuestro interior.
Pero este reino, como lo conocemos en el psicoanálisis, es precisamente el
inconsciente infantil. Es el reino que penetramos en los sueños. Lo llevamos
dentro de nosotros eternamente. Todos los ogros y los ayudantes secretos de
nuestra primera infancia están allí, toda la magia de la niñez. Y lo que es más
importante, todas las potencialidades vitales que nunca pudimos traer a la
realización de adultos; esas otras porciones de nuestro ser están allí; porque
esas semillas de oro no mueren. Si sólo una porción de esa totalidad perdida
pudiera ser sacada a la luz del día, experimentaríamos una maravillosa
expansión de nuestras fuerzas, una vívida renovación de la vida, alcanzaríamos
la estatura de la torre.
Es más, si pudiéramos
sacar algo olvidado no sólo por nosotros mismos sino por toda nuestra
generación o por toda nuestra civilización, traeríamos muchos dones, nos
convertiríamos en los héroes del día de la cultura, en personajes de
importancia no sólo local sino histórico-mundial. En una palabra, la primera
misión del héroe es retirarse de la escena del mundo de los efectos
secundarios, a aquellas zonas causales de la psique que es donde residen las
verdaderas dificultades, y allí aclarar dichas dificultades, borrarlas según
cada caso particular (o sea, presentar combate a los demonios infantiles de
cada cultura, local) y llegar hacia la experiencia y la asimilación no
distorsionadas de las que C.G. Jung ha llamado “imágenes arquetípicas”. (18)
Este es el proceso conocido en la filosofía hindú y budista como viveka, “discriminación”.
Notas
(16) “Formas o imágenes
de naturaleza colectiva que toman lugar en toda la Tierra, que constituyen el
mito y que al mismo tiempo son productos autóctonos e individuales de origen
inconsciente”, (C.G. Jung, Psychology and
Religion, Yale University Press, 1938, p. 63; ver también por el mismo
autor, Psychologische Typen, Zurich,
1921, pp. 540, 596-603).
Como dice el Dr. Jung (Psychology and Religion, p. 64), la
teoría de los arquetipos no es de ninguna manera invención suya. Comparar con
Nietzsche: “En nuestros años atravesamos el pensamiento de toda la humanidad
primaria. De la misma manera en que el hombre razona en sus sueños, razonaba en
su etapa primera hace miles de años… El sueño nos retrotrae a las etapas
primitivas de la cultura humana y nos da un medio para entenderlas mejor.”
(Friedrich Nietzsche, Humano, demasiado
humano, citado por Jung, Psuchology
and Religion, pp. 122-123).
Compárese con la teoría
de Adolf Bastian de las “ideas elementales” étnicas, las cuales, en su carácter
psíquico primario (correspondiente a los logoi
spermatikoi de los estoicos), deben considerarse como “las disposiciones
espirituales (o psíquicas) en germen, de las cuales se ha desarrollado
orgánicamente toda la estructura social completa” y como tales, deben servir de
base a la investigación inductiva (Ethnische
Elementargedanken in der Lehere con Menschen, Berlín, 1895, vol. I, p. IX).
Compárese con Franz Boas:
“Desde la cuidadosa discusión de Waitz de la cuestión de la unidad de la
especie humana, no queda duda en lo general de que las características mentales
básicas del hombre son las mismas en todo el mundo”. (The Mind of primitive Man, p. 104; The Macmillan Company). “Bastian
habló dee la tremenda monotonía de las ideas fundamentales de la especie humana
en todo el globo” (op. cit. P. 155). “Ciertos patrones de asociación de ideas
pueden reconocerse en todos los tipos de cultura” (op. cit. P. 228).
Compárese con Sir James
Frazer: “Nosotros, como algunos investigadores de antiguos y modernos tiempos,
no necesitamos suponer que estos pueblos occidentales tomaran prestado de la
más antigua civilización de Oriente el solemne ritual que dramatizaba ante los
ojos de los adoradores la concepción del dios moribundo y renaciente. Más
probablemente la semejanza que pudiera trazarse a este respecto entre las
religiones del Oriente y el Occidente consiste sólo en lo que común aunque
incorrectamente llamamos una coincidencia fortuita, el efecto de causas
similares actuando de igual modo sobre la constitución semejante de la mente
humana en los diferentes países y bajo distintos cielos.” La rama dorada, Fondo de Cultura Económica, 3ª ed., 1956, pp.
443-444.
Compárese con Sigmund
Freud: “Reconocí el simbolismo de los sueños desde su planteamiento, pero sólo
fue poco a poco como llegué a una apreciación completa de su amplitud y
significado, como resultado de la experiencia y bajo la influencia de los
trabajos de W. Stekel… Stekel encontró sus significados simbólicos por medio de
la intuición, en virtud de su facultad individual de comprender inmediatamente
los símbolos… La experiencia progresiva del psicoanálisis nos ha permitido
descubrir pacientes que han prestado en un grado sorprendente esta comprensión
inmediata del simbolismo de los sueños… El simbolismo no pertenece
especialmente a los sueños, sino más bien a la imaginación inconsciente,
particularmente a la de los pueblos, y se encuentra en condiciones más
desarrolladas, en cuentos populares, mitos, leyendas y en los continuos
absurdos de la conducta de los pueblos que en los sueños” La interpretación de los sueños, capítulo VI, op. cit.
El Dr. Jung señala que ha
tomado el término arquetipo de las fuentes clásicas: Cicerón, Plinio, el Corpus Hermeticum, San Agustín, etc. (Psychology and Religion, p. 122).
Bastian señala la correspondencia de su teoría de las “ideas elementales” con
el concepto estoico de los logoi
spermatikot. La tradición de las “formas subjetivamente conocidas”
(sánscrito atarjñeyarupa) coincide de
hecho con la tradición del mito, y es la clave para la comprensión y el uso de las
imágenes mitológicas, como ha de comprobarse abundantemente en los siguientes
capítulos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario