domingo

LECCIONES DE VIDA (93) - ELISABETH KÜBLER-ROSS Y DAVID KESSLER


12 / LA LECCIÓN DE LA RENDICIÓN (1)

EKR (1)

Recuerdo muy bien a un chico al que traté mientras moría. Cuando se acercaba el final de su vida, se dibujó a sí mismo como a un ser diminuto a punto de ser alcanzado por una bala de cañón enorme. Esto mostraba que veía su enfermedad como una fuerza destructiva. Sabía que iba a morir, pero era evidente que no había alcanzado la paz.

Después de trabajarlo juntos durante un tiempo, aceptó y se rindió a lo que estaba ocurriendo en su cuerpo. Supe que mi trabajo había terminado cuando se dibujó sobre las alas de un pájaro que volaba hacia el cielo. A partir de aquel momento el chico sintió que una fuerza bondadosa se lo llevaría y él no se resistiría. Su rendición hizo que el resto de su vida, aunque breve, fuera más gozosa y significativa.

Si nos rendimos, todos podemos encontrar, en cualquier circunstancia, una paz maravillosa. Por desgracia, muchos tenemos miedo a rendirnos porque creemos que significa que nos damos por vencidos y abandonamos la lucha, lo cual es un signo de debilidad. Pero en la rendición no hay debilidad ni dolor, sino todo lo contrario: cuando nos rendimos al conocimiento de que todo está bien y que alguien se ocupa de todo, encontramos consuelo y fortaleza.

Se requiere mucha fe para imaginar que todo está bien cuando uno está enfermo o sufre una pérdida. Incluso ante las pequeñas pruebas de la vida resulta difícil rendirse. En general, queremos dominar las situaciones y hacer que las cosas sucedan a nuestro modo, y consideramos que acción es igual a fortaleza, y pasividad a debilidad. Nos resulta difícil aceptar que dejarnos llevar es algo positivo hasta que comprendemos que la mayor parte de la vida debería resultarnos fácil, No tenemos por qué darnos cabezazos contra la pared ante determinadas situaciones. Si tenemos que luchar en forma continua, es posible que el universo esté intentando decirnos algo. Debemos relajarnos. No tenemos que aferrarnos a los empleos, las relaciones o las situaciones. Simplemente, podemos relajarnos y tener en cuenta que la vida será tal como debe ser.

Pensemos que la vida es como la montaña rusa. Montamos en los vagones, pero no los conducimos. Sería frustrante intentar dirigir el vagón adonde nosotros queremos: no sólo no podríamos conducirlo, sino que nos perderíamos la experiencia de montar, simplemente, en él, con todas sus subidas y sus bajadas.

La señal para que nos rindamos nos llega cuando estamos agotados por intentar controlar una situación o ganar una batalla. Nos rendimos para liberarnos de esa mortal tenaza, para dejar de preocuparnos, para abandonar esa lucha continua que resulta tan destructiva, que nos impide vivir el momento y disfrutar de unas relaciones jubilosas; que destruye la creatividad y obstaculiza nuestra felicidad y alegría. La resistencia provoca miedo, y este nos hace creer, de forma equivocada, que debemos controlar todos los aspectos de nuestra vida en todo momento. Ha llegado la hora de rendirse, de dejarse llevar, de nadar a favor de la corriente y no contra ella.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Google+