La especie extinguida es la autora de unas enigmáticas pinturas
rupestres realizadas en tres cuevas españolas hace 65.000 años
Si la humanidad
encontrara vida inteligente en otro planeta sería la noticia del milenio. Esos
nuevos seres astutos obligarían al ser humano a replantearse su propia
existencia y sus relatos religiosos de la Creación. No seríamos excepcionales.
No estaríamos solos. Por sorpresa, esa noticia del milenio llega hoy, pero en
pasado: no estuvimos solos. Una nueva datación de unas enigmáticas pinturas
rupestres garabateadas en tres cuevas españolas muestra que se ejecutaron hace
unos 65.000 años, más de 20.000 años antes de que los humanos modernos,
los Homo sapiens, llegaran a la península ibérica. Los
artistas solo pudieron ser neandertales. El hallazgo es la portada de la
revista Science.
Las implicaciones
del descubrimiento son descomunales. Es la primera prueba irrefutable de que
los neandertales, extinguidos hace unos 40.000 años, tuvieron “lenguaje,
cognición avanzada y pensamiento simbólico”, según explica el arqueólogo
portugués João Zilhão, coautor de la
investigación. Los dibujos analizados son una mano en negativo ejecutada hace
al menos 66.700 años en la cueva de Maltravieso (Cáceres), un depósito mineral
cubierto de pintura en una pared de la cueva de Ardales (Málaga) y un signo
lineal, similar a una escalera, realizado hace al menos 64.800 años en la cueva
de La Pasiega (Cantabria). Son las obras de arte más antiguas que se conocen en
el planeta.
Para Zilhão, el
descubrimiento “acaba con la narrativa del Génesis, la de los humanos modernos
saliendo de África como la especie elegida”. El investigador, de la Universidad
de Barcelona, va incluso más allá de las conclusiones publicadashoy en la revista Science. Zilhão cree que
los llamados neandertales —con un cráneo con frente huidiza y un cuerpo más
bajo y robusto— eran, en realidad, Homo sapiens. Los
neandertales seríamos nosotros mismos.
“Los humanos
modernos somos anormalmente homogéneos. En el pasado, la especie humana era más
diversa que ahora, como ocurre en otras especies actuales. La variabilidad
interna que hoy vemos en los chimpancés es mayor que la que veríamos en todos
los humanos pasados y presentes si los considerásemos una sola especie”,
reflexiona Zilhão. Según las etiquetas actuales, hace 80.000 años coexistían en
la Tierra cinco especies humanas: Homo sapiens,
neandertales, Homo floresiensis, Homo erectus y denisovanos. Para el arqueólogo,
todas eran lo mismo. “En realidad, nunca hubo más de una especie humana”,
sostiene.
“La evolución es
muy compleja y tiendo a pensar que los humanos modernos actuales somos el
resultado de un delta fluvial que se ha ido nutriendo en su camino evolutivo de
una red de afluentes, en este caso de otras poblaciones arcaicas, como los
neandertales, que han contribuido a nuestra conformación actual, tal como
indican la genética y los fósiles”, opina la paleoantropóloga Josefina Zapata,
de la Universidad de Murcia.
Zapata participa
junto a Zilhão en otra investigación que se publica de manera simultánea en la revista Science Advances. Los científicos
han vuelto a datar unas conchas marinas perforadas y pigmentadas aparecidas en
la cueva de Los Aviones, en Cartagena (Murcia). La nueva datación sugiere una
antigüedad de más de 115.000 años, más del doble que los 50.000 años calculados en 2010. Para los autores,
el resultado confirma que los neandertales ornamentaban sus cuerpos con
collares unos 30.000 años antes de que los llamados humanos modernos comenzaran
a hacerlo en África. A juicio del paleoantropólogo Erik Trinkaus, de la Universidad
Washington en San Luis (EE UU), estos nuevos estudios certifican que “los
neandertales y los humanos modernos eran conductualmente y mentalmente
equivalentes”.
Gracias a los
últimos avances técnicos, en las nuevas dataciones se ha podido emplear el
método del uranio-torio. Los investigadores han analizado muestras de unos
pocos miligramos de carbonato de calcio tomado de la superficie de las pinturas
rupestres. Cuando se forman estos materiales por precipitación, se acumulan
trazas de uranio, que decae a torio a un ritmo conocido. La proporción de estos
dos elementos químicos desvela la edad precisa de la muestra.
La directora del
Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana, María MartinónTorres, no comparte la idea de que neandertales y sapiens fueran la misma
especie. “Los neandertales eran marcadamente diferentes en su morfología, en
sus adaptaciones biológicas —por ejemplo a climas completamente diferentes—,
en su
secuencia genética perfectamente distinguible e incluso en su sistema inmune. Y,
aunque hubo cruces fértiles [sexo con descendencia entre neandertales y
sapiens], también sabemos que hubo problemas de infertilidad, lo que significa
que no éramos totalmente compatibles”, afirma la paleoantropóloga.
Martinón, que no ha
participado en las nuevas investigaciones, cree que hay dos posibilidades: o la
capacidad artística surgió de manera independiente en neandertales y sapiens,
“ya que ambos tenían grandes cerebros”, o la heredaron de un ancestro común,
hace unos 500.000 años. “A ver si se derriba finalmente la teoría de que los
neandertales se extinguieron porque eran cultural y simbólicamente inferiores a
los humanos modernos”, sentencia.
El
prehistoriador Marcos García Diez, de la Universidad
Isabel I (Burgos), subraya otro hallazgo importante de su equipo. En la cueva
malagueña de Ardales, los neandertales pintaron al menos en dos momentos
diferentes, con 20.000 años de diferencia. “Conservaron una tradición simbólica
durante miles de años. El espacio, la cueva, también era simbólico. Alguien
tenía que decir: Este es nuestro espacio. Esta es nuestra ermita”.
(El País / 23-2-2018)
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