domingo

LECCIONES DE VIDA (79) - ELISABETH KÜBLER-ROSS Y DAVID KESSLER


10 / LA LECCIÓN DEL JUEGO (3)

DK (3)

En efecto, tener éxito y controlar la situación es importante, pero el juego también lo es. Sentimos un deseo intenso de divertirnos y de liberar y disipar nuestras tensiones, pero por desgracia hemos reprimido esa necesidad de jugar y a veces hasta la hemos olvidado.

En muchas oficinas, se celebra el cumpleaños de los empleados e incluso se compra un pastel y unos globos. Estos, a veces, quedan desperdigados por el suelo o se elevan al techo de la oficina y los pasillos. Si pudiéramos observar a los empleados mientras se dirigen a la fotocopiadora o al despacho de algún compañero, los veríamos jugar con los globos, impulsarlos hacia arriba con la punta de los dedos, hacerlos bajar tirando del cordel para verlos subir de nuevo hasta el techo o atar el cordel en sus dedos. Pero lo harán de una forma discreta, cuando crean que nadie los ve.

Esos empleados altamente productivos tienen una gran necesidad de jugar. Muchas personas son como ellos: niños sin globos.

Nos hemos olvidado de jugar, hemos olvidado cómo se juega y también en qué consiste jugar.

Tenemos que recordarnos a nosotros mismos que jugar es hacer las cosas que nos proporcionan placer por el simple hecho de experimentar placer. El juego consiste en experimentar una diversión que trasciende todas las fronteras. Todos podemos jugar con personas del mismo sexo o del opuesto, de distinta raza, religión o edad. Incluso podemos jugar con seres de otras especies: muchos de nosotros disfrutamos muchísimo jugando con nuestras mascotas.

Jugar es expresar nuestra alegría interior mediante la risa, el canto, el baile, nadar, ir de excursión, cocinar, correr, jugar a un juego o cualquier cosa que nos proporcione una diversión.

Jugar hace que todos los aspectos de nuestra vida sean más significativos y agradables. El trabajo resulta más satisfactorio y las relaciones mejoran. El juego hace que nos sintamos más jóvenes y positivos. Es una de las primeras cosas que los niños aprenden a hacer: es natural e instintivo.

¿No resulta triste que en la mayoría de las vidas haya existido tan poco juego? Cuando alguien me pregunta cómo puede permitirse el lujo de dedicarle tiempo a jugar, le contesto que lo que no puede permitirse es no jugar. El juego aporta equilibrio a nuestra vida y mejora nuestro estado mental. Si hemos jugado en nuestro tiempo libre, trabajaremos mejor. Cuando alguien dice que se siente harto de su trabajo, podemos preguntarles qué le gusta hacer en realidad. Si responde que el cine, preguntémosle cuándo fue la última vez que fue a ver una película. Es probable que nos conteste que hace un par de meses. Si no hacemos lo que nos gusta, es muy probable que nos sintamos hartos.

Jugar también nos ayuda físicamente. Muchos estudios científicos han demostrado que la risa y el juego reducen la tensión y hacen que se liberen en el cuerpo unas sustancias llamadas endorfinas, con una composición química parecida a la morfina. Quizá sea gracias a estos atenuantes naturales del dolor y potenciadores del buen humor, los cuales aportan un bienestar natural a nuestra propia vida, por lo que nos sentimos mejor después de reír y jugar.

La risa es un medicamento que se autoalimenta, porque cuanto más reímos, más deseos tenemos de reír. Incluso ante una cuestión tan seria como la muerte, el humor tiene su papel.

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