domingo

LOS VALORES DE JOSÉ ARTIGAS (4) - PEDRO GAUDIANO


Introducción (2)

La concepción democrática de Artigas se gestó gracias a su fe cristiana. La fe le enseñó la vinculación que cada hombre y cada pueblo tiene con Dios; la fe le enseñó los derechos inalienables de cada persona humana que Dios creó, sin distinciones fundamentales, a su imagen y semejanza; la fe le enseñó la igualdad de todos los hombres, porque todos somos hijos del mismo Padre común que está en los cielos; la fe le enseñó la libertad de los hijos de Dios; la fe le enseñó la generosidad en el sacrificio al servicio del pueblo; la fe le enseñó la nobleza de los humildes y la dignidad de la pobreza. Estos postulados de la fe, que Artigas aprendió de sus mayores, estructuraron su ideario democrático como forma de convivencia, como una legítima concepción de la vida en común.

Está claro que para respetar los derechos humanos y para vivir valores como la libertad, la igualdad, la justicia, la solidaridad, etc., no se necesita ser católico. Actualmente, en nuestra sociedad democrática y pluralista, esos valores y derechos son compartidos tanto por los cristianos como por los no-cristianos. La única diferencia es que los que no tienen la fe cristiana, viven esos derechos y valores de manera secularizada, es decir, sin compartir las premisas religiosas. Pero para los que somos cristianos, considero que es casi un deber conocer y difundir adecuadamente que la fe cristiana estuvo en la raíz misma de aquellos valores por los que Artigas vivió y luchó.

Quiero expresar mi sincero agradecimiento a aquellas personas que han colaborado de una u otra manera  para la realización de este libro. Gracias a Juan Antonio Barrios, Beatriz Eguren, Nuria Pérez, Alicia Vázquez y al Pbro. Basilio Ivanov, por las correcciones y valiosos aportes que hicieron. Gracias al joven artista uruguayo Eloy Pereira, a quien tuve como alumno en la Sede Maldonado de la Universidad Católica del Uruguay, por el invalorable aporte de todas las ilustraciones que acompañan el texto. Gracias especialmente a Alicia Casas de Barrán, Directora del Archivo General de la Nación, por brindar el auspicio institucional a esta publicación. Gracias a Oscar Padrón Favre por autorizar generosamente el uso del sello Tierradentro Ediciones. Gracias Eduardo Gil, que con la profesionalidad que lo caracteriza ha dirigido todos los detalles de la presente edición. Y gracias, finalmente, a Jeanette Alonso de Ibargoyen y a la Fundación Omar Ibargoyen Paiva que ella preside, por financiar la edición de la obra.

El abogado y educador uruguayo Dr. Omar Ibargoyen Paiva (1), sostenía que el camino para una auténtica integración latinoamericana era un “renacimiento cultural”. Compartimos plenamente las siguientes reflexiones que él realizó y que siguen teniendo hoy plena vigencia:

“…Naturalmente después de la familia, la educación y los centros de enseñanza desempeñan un papel fundamental; pero debe ser una educación integral, humanizante, personalizante, liberadora y relevante, que enseñe a crecer en el ser. O sea, que enseñe el arte de pensar por sí mismo con un pensamiento claro, crítico y constructivo, a sentir con sinceridad, equilibrio y generosidad; a decidir con responsabilidad, valentía y firmeza; y a meditar con profundidad para que la personalidad interior entera se armonice y se realice a través del descubrimiento de los valores morales y espirituales y el sentido de la vida.

A la par de la educación y ya compitiendo con la misma, está la influencia creciente de los medios de comunicación social en sus múltiples formas escritas, la radiotelefonía y, muy especialmente, la televisión.

En muchos países los jóvenes dedican mayor cantidad de tiempo a la televisión que a la asistencia a clases en los centros de enseñanza, recibiendo un constante bombardeo de ejemplos y propuestas basadas en una escala de valores principalmente materialista, hedonista y violenta. Tampoco podemos dejar de valorar su importantísimo aporte como medio audiovisual a través de sus diversos programas informativos y documentales educativos.

Es urgente que los jóvenes y todas las personas reciban una formación que les ayude a estructurar y asumir con firmeza una escala de valores sanos y justos que las haga menos influenciables, o ininfluenciables, y los oriente hacia la verdad, el bien, la belleza, la justicia, el amor y el servicio.

En ese sentido, es de importancia fundamental la tarea de los escritores, artistas, intelectuales y trabajadores de la cultura en general, ya que ellos son los inspiradores y creadores, cuestionadores o negadores, difusores y promotores de corrientes de pensamiento y modelos de vida que ejercen enorme influencia sobre generaciones enteras, produciendo en algunos casos efectos profundos y duraderos. Ellos tienen una responsabilidad sagrada en la formación de la manera de pensar, especialmente de los jóvenes” (2).

Con ocasión del Bicentenario del Proceso de Emancipación Oriental, he querido acudir al Prócer y buscar en él aquellos valores humanos y cristianos que tanto necesitan encarnan las nuevas generaciones para poder forjar un Uruguay -y un mundo- mejor, que sin duda todos anhelamos. Asumo, pues, con plena conciencia, aquella “responsabilidad sagrada” de la que hablaba Ibargoyen.

El objetivo de este libro es difundir, en forma de breves fichas, algunos aspectos que la historia oficial ha intentado silenciar o amputar de la vida de Artigas. Como varios de esos aspectos se desconocen y por lo general no se enseñan en los centros educativos, se corría el riesgo de que quedaran sepultados en el olvido.

Las fichas fueron elaboradas pensando en lectores que no tienen tiempo para leer voluminosos libros, y pensando especialmente en los educadores que necesitan herramientas concretas para trabajar con niños o jóvenes. Espero que sean muchos los que puedan tomar contacto con Los Valores de José Artigas. Que esos valores sirvan como faros para iluminar el Bicentenario, y que su luz encuentre acogida en el corazón y en la conciencia de todos los uruguayos y de todos los pueblos de América.


Notas

(1) Omar Ibargoyen Paiva (1925-1993) es uno de los cofundadores y el “pilar intelectual” del Movimiento Latinoamericano Gente que Avanza, antes conocido como ¡Viva la Gente!; ver: Pedro GAUDIANO, De ¡Viva la Gente! A Gente que Avanza, Historia de un Movimiento Latinoamericano, t. 1: Los Cuatro Pilares, Montevideo, Fundación Omar Ibargoyen Paiva 2010, pp. 69-121; vid. www.gentequeavanza.org.

(2) Omar IBARGOYEN PAIVA, “El camino: el renacimiento cultural”, en: “Vida & Gente” nº 25 (octubre 1995) 6-8; también en: www.fundacionoip.org.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Google+