domingo

HABEMUS CIELO (17) - HUGO GIOVANETTI VIOLA


DOS: ME SOBRA CORAZÓN

25

-Allá está -señaló Brenda a la Judith I de Klimt después que las mujeres se adelantaron a subir a la Österreichische Galerie.

Poli y Doris se miraron mientras la actriz empezó a avanzar con una especie de paso procesional hacia el cuadro que le había servido de inspiración para componer el personaje de la película.

-Te juro que cuando Abel me explicó el sentido religioso de este guillotinamiento fue como si me mostraran una postal de mi vida -murmuró acariciándole la barriga a su hija.

-Opa. No me digas que ya te empezaron las palpitaciones, Julita Herrera y Roberts -le contrabandeó una guiñada humorística Poli a su suegra.

-Por tu amable y circunspecta / perfidia y tu desparpajo -pareció empezar a hervirle un oro adolescente a Brenda- hielo mi cuello en el tajo / de tu traición circunspecta. / Y juro por la selecta / ciencia de tus artimañas / que irá con risas hurañas / hacia tu esplín cuando muera / mi galante calavera / a morderte las entrañas. ¿Te imaginás la cara de asco que le hubiese hecho poner a Jesús esta décima, nena?

-Beto dice que tiene demasiado odio -comentó Doris, y enseguida se mordió un labio para confesar: -Bueno, a mí lo único que me gusta escrito en español son los tangos.

-Jesús era muy raro -se abanicó con la capelina Poli. -A mí me costó horrores entender por qué se queda callado cuando Pilatos le pregunta cuál es la verdad, por ejemplo.

-Ah, eso yo nunca lo podré entender.

-Lo que pasa es que para hacerle sentir al otro que la única verdad es Dios lo tenía que mirar, nada más. O también podría haberlo tocado, hecho puré como estaba. Eso lo aprendí con Beto. ¿Y te acordás de lo que le explica Zooey a Franny sobre la misión del flaco?

-¿En qué parte?

-En esa misma parte. Cuando le dice algo así como que lo que opina y hace Jesús nunca nos gusta mucho. ¿No te pasa lo mismo con Julito Herrera y Reissig?

-O con Klimt -se rio Doris.

-Lo que a mí nunca va a terminar de cerrarme es por qué la maldita verdad siempre termina haciéndonos puré -graznó de golpe Brenda.

-Tranqui, que ahí vienen Senel y Beto.                     

-Mejor. Los que tienen línea directa de comunicación con Dios te explican todo esto al toque.

-Andá a cagar, mamá.

-No te preocupes que los rounds de cariño entre los Rabí siempre terminan con estas dulzuras -le explicó la actriz botticelliana a su consuegra.

-Uh. Yo conozco muy bien ese tipo de boxeo -trató de sonreír la matrona del Osttirol.

Entonces la mujer-niña se embutió la capelina para contemplar por última vez a la heroína judía que sostenía la cabeza recién decapitada de Holofernes con expresión orgásmica y gruñó:

-Habemus odio.


26

El doctor Rabí apareció sorpresivamente en el cuartelito artiguista de la calle Lepanto y saludó a Abel Rosso poniéndole un libro fotocopiado frente a la cara:

-¿Conocés El Medio Divino de Teilhard de Chardin?

-No. Ni siquiera lo sentí nombrar -contestó el hombre de cabeza parecida a la de Cézanne recién después que atravesaron el corredor y entraron en el apartamento superpoblado de cuadros.

-Yo tampoco lo leí. Pero te lo traje porque acabo de encontrarlo entre los libros que heredé de mi hermano y lo abrí justo en una página subrayada por él que casi me noquea.

Y después de sentarse bajo el retrato de José Ángel Rosso pintado por Gurvich en el 53 leyó jadeantemente:

-Dios mío, te lo confieso, he sido durante mucho tiempo, y aun todavía lo soy, refractario al amor del prójimo. De la misma manera que he gustado ardientemente la alegría sobrehumana de romperme y perderme en las almas a las que me destinaba la afinidad misteriosísima del cariño humano, así también me siento nativamente hostil y cerrado frente al común de todos cuantos me dices que ame. Lo que en el Universo se halla por encima o por debajo de mí (sobre una misma línea, podría decirse), fácilmente lo integro en mi vida interior: la materia, las plantas, los animales y luego las Potestades, las Dominaciones, los Ángeles; no me cuesta trabajo aceptar todo ello y me alegra sentirme sostenido en su jerarquía. Pero “el otro”, Dios mío, no sólo “el pobre, el cojo, el deforme, el imbécil”, sino sencillamente el otro, el otro sin más, ese que por su Universo, en apariencia cerrado al mío, parece vivir independiente de mí y rompiendo a mi ser la unidad y el silencio del Mundo, ¿sería sincero diciendo que mi reacción instintiva no es rechazarlo? ¿Qué la simple idea de entrar en comunicación espiritual con él no me es desagradable? Dios mío, haz que para mí brille tu Rostro en la vida del Otro. Esta luz irresistible de tus ojos, encendida en el fondo de las cosas, me ha alcanzado ya sobre todo trabajo factible, sobre todo dolor a atravesar. Dame sobre todo que pueda descubrirte en lo más íntimo, en lo más perfecto, en lo más lejano del alma de mis hermanos.

-Qué lo parió -contempló el óleo desde donde su padre derramaba un ensimismamiento indescifrable Abel. -Nunca escuché un mea culpa tan infernal y tan santo al mismo tiempo.

-¿Vos pensás que uno puede perdonarse de verdad a sí mismo?

-El amor a Dios es eso.

-No entiendo.

-Es que te perdonás porque Dios te perdona.

-¿Y vos pensás que Brenda es capaz de llegar a amar a Dios hasta ese grado?

-Yo de lo único que estoy seguro en la vida es que el amor a esa luz total no tiene grados, loco. Y es más fuerte que todo.

-Gracias -le dio un beso el doctor a la edición fotocopiada de El Medio Divino.


27

Beto y Senel se sentaron frente al altar de la Virgen coronada por su Hijo mientras las mujeres todavía estaban afuera fotografiando la montañosidad de la Stephansdom recortada sobre una tarde celestísima.

-El profesor que tuve antes de entrar a la Universidad nos traía a la catedral para hacernos vivir la tensión matemática de Bach -sonrió el violinista con las pupilas iluminadas como lentejuelas. -Y eso no te lo olvidás nunca. La anchura es de 111 pies, la longitud de 333 y la torre sur mide 444. Se llega arriba subiendo 343 escalones, que es lo que suma la multiplicación de 7 por 7 por 7.

-¿Y por qué te creés que resistió tantos siglos de invasiones y de incendios y cada vez que la reconstruyen nos trasmite más fe? -sondeó los dos altísimos y entubados vitrales con devoción incandescente el cura.

-El día antes que vos llegaras tu madre me regaló una magnolia de la Más Dimensión que me hizo volver a respirar este resplandor después de mucho tiempo. ¿Te puedo preguntar si los ataques de sequedad todavía te hacen sentir que es imposible creer irreversiblemente en la Inmaculada Concepción y la resurrección?

Entonces Senel torció el perfil querúbico hacia el desencadenamiento de los golpecitos del bastón y murmuró:

-A mí me pasa eso después de algunas pesadillas muy grosas. Pero cuando empieza a entrar la gente para escuchar la misa el demonio se va. No soporta las misas.

-Mirá vos -se arrasó el sudor frontal Beto con el pañuelo apelotonado. -Yo lo que hago es tocar Bach o Mozart. El demonio tampoco los soporta. Pero desde que me quedé ciego del todo lo que hago es rezar sintiendo que soy un violín y que Jesús y la Virgen jamás van a dejar de pasarme el arco por el pecho. ¿Pensás ver a Schönborn?

-Hoy llamé al arzobispado y me dijeron que llega justo después de la boda.

-Él es muy teilhardiano.

-Sí. Leí un artículo muy bueno en Ciencia y fe. El que sabía barbaridades sobre Teilhard era mi tío Jerónimo y me acuerdo que una vez me mostró una oración que está en El Medio Divino con una culpabilidad espantosa, porque él era un edípico-narcisista y sufría muchísimo por no poder ser santo nada más que al escribir.

El violinista guardó el pañuelo y durante un rato se quedaron escuchando el repiqueteo del bastón.

-Yo pienso que lo peor que le puede pasar a un hombre es sentirse del lado de acá de la fe y tener que seguir actuando como si no estuviera en una oscuridad de muerte. .

-Pero ese el pecado original. No es un pecado tuyo.

-A veces siento que sí.

-No te hagas caso, Beto. Hacernos sentir así es la especialidad del demonio.

-Lo que te puedo asegurar es que tu madre me salvó el cumpleaños con la magnolia de la Más Dimensión.

-Lástima que a ella le prohibieron perfumarse a sí misma desde chiquita -se inclinó agarrándose  la cabeza Senel. -Y eso es lo peor del mundo.


28

Cuando bajaron del metro a Poli le vino un antojo de las cottoletas que preparaban en un restaurante-fonda instalado en un caserón sin ventanas a la calle, como en las épocas de Mozart.

-¿Se enteraron que la Kirchner mandó sacar la estatua de Colón que había atrás de la Casa Rosada? -comentó Doris después que hicieron los pedidos. -Salió esta mañana en Facebook. Los montoneros y los tupamaros estarán festejando.

-Bueno, de últimas el Cristóforo fue una especie de Bush -chistó la mujer-niña, frotándose las manos. 

-Si siguen demorando puedo llegar a zamparme dos platos. Y cada uno trae tres milanesas y además pienso meter el tenedor en todas las ensaladas. Todo sea por mi Jeronimito.

-La pena es que tu tío Jerónimo te hubiera dicho que la conquista de América fue más importante que la llegada del hombre a la luna -casi chilló Senel. -¿Nos vemos cada dos o tres años y siempre me tenés que salir con los mismos disparates? Cambien un poco el rollo y traten de reírse del Espíritu Santo con mala leche propia, carajo. Ya te expliqué quinientas veces que si precisás argumentos nuevos para insultar a la Santa Madre me preguntes a mí. Porque los que sabemos las cosas peores somos nosotros mismos. Mirá: en este momento se destapó del todo el escándalo de la vinculación con la Ndrangheta, por ejemplo. La mafia calabresa es mucho más siniestra que la Cosa Nostra y ya empezaron a enjuiciar a dinosaurios vaticánicos que estaban embarrados hasta las orejas con la mierda del diablo, como le llama Bergoglio a la guita. Y además ahora tenés una troja de programas objetivamente venenosos de la History Channel que te muestran al detalle todos los numeritos de las inversiones corruptas del Vaticano y fingen alabar al Papa revolucionario, aunque en el fondo te lo muestran como un buen gil que cualquier noche va a terminar pasando a mejor vida igual que Juan Pablo I. Los masones no descansan desde las épocas del independentista anglófilo Miranda, que terminó por dividir para siempre a toda Latinoamérica. Y que God save the queen.

Doris y Brenda se miraron con alarma, y Beto acarició la perfección miniaturesca de los dos dedos de su futura esposa:

-Estamos en la mesa, pajarita.

-Perdón -le hizo una mueca de personaje perverso de telenovela Poli a su madre mientras se abanicaba con la capelina. -Me olvidé que los que tienen línea directa con Dios sufren de hipersensibilidad gastrítica. ¿Cómo se me puede haber ocurrido faltarle el respeto a los santos Cristóforo Colombo y George W. Bush?

-Acá el que tiene que pedir perdón con el alma en la mano soy yo -se paró retorcido por una palidez verdosa el hombre-muchacho y salió corriendo para el baño.

-No te preocupes que cuando se arman estas peloteras siempre hay uno de los dos que termina vomitando -le explicó Brenda a Doris. -Desde que iban a la escuela. Vas a ver que dentro de diez minutos vuelve lo más tranquilo.


Y cuando les trajeron los platos tamaño fuente la guitarrista se volvió a frotar las manitos y subrayó que las de ella eran las cottoletas alla napoletana

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