domingo

LECCIONES DE VIDA (32) - ELISABETH KÜBLER-ROSS Y DAVID KESSLER


4 / LA LECCIÓN DE LA PÉRDIDA (2)

DK (3)

Aspiramos a sentirnos completos. Esperamos poder conservar a las personas y las cosas exactamente como son, pero en el fondo sabemos que no es posible. La pérdida es una de las lecciones más difíciles de la vida. Intentamos que nos resulte más fácil revistiéndola de un aire romántico, pero el dolor de la separación de algo o de alguien a quien queremos es una de las experiencias más duras que podamos vivir. La ausencia no siempre nos hace más cariñosos. A veces nos hace sentir más tristes, solitarios y vacíos.

Del mismo modo que no hay bien sin mal ni luz sin oscuridad, no hay crecimiento sin pérdida Y aunque pueda parecer extraño, tampoco hay pérdida sin crecimiento. Esta es una idea difícil de comprender, y quizá por eso siempre nos sorprende.

Algunos de los mejores maestros en esta materia son padres que han perdido a sus hijos debido al cáncer. Al principio dicen que esta experiencia es el fin de su mundo, lo cual es comprensible. Años más tarde, algunos dicen que han crecido gracias a aquella tragedia. Como es lógico, habrían preferido no perder a sus hijos, pero su pérdida les ha ayudado de unas formas que no esperaban. Aprendieron que “es mejor amar y haber perdido que no haber amado nunca”. Lo cierto es que, en general, no cambiaríamos la experiencia de amar y perder a nuestros seres amados por la de no habernos tenido nunca.

Si sólo miramos por encima nuestra vida y las pérdidas que hemos experimentado, puede resultar difícil comprobar que hemos crecido, pero crecemos. Las personas que han experimentado pérdidas, a la larga se hacen más fuertes y más completas.

* Cuando alcanzamos cierta edad solemos perder pelo, pero nos damos cuenta de que lo que hay en nuestro interior es cuando menos tan importante como nuestro exterior.
* Cuando nos jubilamos ganamos menos, pero gozamos de mayor libertad.
* Cuando nos hacemos viejos perdemos independencia, pero recibimos parte del amor que damos a los demás.
* A menudo, cuando sufrimos la pérdida de lo que poseemos en nuestra vida, nos lamentamos, pero después descubrimos que somos más libres y que nuestro destino era viajar por este mundo ligeros de equipaje.
* A veces, cuando las relaciones se terminan, descubrimos quiénes somos, no en relación con las otras personas, sino con respecto a nosotros mismos.

* Debemos perder algunas cosas o capacidades para que nos demos cuenta de cuanto valoramos lo que nos queda.

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