domingo

NOCHE OSCURA (42) - SAN JUAN DE LA CRUZ


LIBRO SEGUNDO

DE LA NOCHE OSCURA, TRÁTASE DE LA MÁS ÍNTIMA PURGACIÓN, QUE ES LA SEGUNDA NOCHE (PASIVA) DEL ESPÍRITU.

CAPÍTULO 11 (2)

5 / Rcogidos aquí, pues, en esta inflamación de amor todos los apetitos y fuerzas del alma, estando ella herida y tocada según todos ellos, y apasionada, ¿cuáles podremos entender que serán los movimientos y digresiones de todas estas fuerzas y apetitos, viéndose inflamadas y heridas de fuerte amor y sin la posesión y satisfacción de él, en la oscuridad y duda? Sin duda, padeciendo hambre, como los canes, que dice David rodearon la ciudad (Ps. 58,7 y 15) y, no se viendo hartos de ese amor, quedan aullando y gimiendo. Porque el toque de este amor y fuego divino de tal manera seca al espíritu y le enciende tanto los apetitos por satisfacer su sed de este divino amor, que da mil vueltas en sí y desea de mil modos y maneras a Dios, con la codicia y deseo del apetito. David da muy bien a entender esto en un salmo diciendo: Mi alma tuvo sed de ti; ¡cuán de muchas maneras se ha mi carne a ti!; esto es, en deseos. Y otra translación dice: Mi alma tiene sed de ti; mi alma se pierde o perece por ti (622).

6 / Esta es la causa porque dice el alma en el verso que con ansias en amores -y no dice: “con ansia en amor”- inflamada, porque en todas las cosas y pensamientos que en sí revuelve y en todos los negocios y cosas que se le ofrecen ama de muchas maneras, y desea y padece en el deseo también a este modo en muchas maneras, en todos los tiempos y lugares, no sosegando en cosa, sintiendo esta ansia en la inflamada herida, según el profeta Job lo da a entender diciendo: Así como el siervo desea la sombra y como el mercenario desea el fin de su obra, así tuve yo los meses vacíos y conté las noches prolijas y trabajosas para mí. Si me recostare a dormir, diré: ¿Cuándo me levantaré? Y luego esperaré la tarde y seré lleno de dolores hasta las tinieblas de la noche (7,24).

Hácese a este alma todo angosto, no cabe en sí; no cabe en el cielo ni en la tierra, y llénase de dolores hasta las tinieblas que aquí dice Job, hablando espiritualmente a nuestro propósito; es pena y padecer sin consuelo de cierta esperanza de alguna luz y bien espiritual como aquí lo padece el alma. De donde el ansia y pena de esta alma en esta inflamación de amor es mayor, por cuanto es multiplicada de dos partes: lo uno, de parte de las tinieblas espirituales en que se ve con sus dudas y recelos le afligen; lo otro, de parte del amor de Dios, que la inflama e instimula, que con su herida amorosa ya maravillosamente la atemoriza.

7 / Las cuales dos maneras de padecer en semejante desazón da bien a entender Isaías diciendo: Mi alma te deseó en la noche (26,9), esto es, en la miseria. Y esta es la una manera de padecer de parte de esta Noche oscura. Pero con mi espíritu -dice-, en mis entrañas hasta la mañana velaré a ti (ibid.). Y esta es la segunda manera de penar en deseo y ansia de penar del amor en las entrañas del espíritu, que son las afecciones espirituales.

Pero en medio de estas penas oscuras y amorosas siente el alma ciertas compañía y fuerza en su interior, que la compaña y esfuerza tanto, que, si se le acaba este peso de apretada tiniebla, muchas veces se siente sola, vacía y floja. Y la causa es entonces que, como la fuerza y eficacia del alma era pegada y comunicada pasivamente del fuego tenebroso de amor que en ella embestía, de aquí es que, cesando de embestir en ella, cesa la tiniebla (y la fuerza y calor de amor en el alma).

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