OCTAVA PARTE
LA CONSTRUCCIÓN DEL ENEMIGO: ELLOS Y NOSOTROS EN LA VIDA POLÍTICA
33: EL DESDOBLAMIENTO Y LOS MÉDICOS NAZIS (6)
Robert Jay Lifton
El desdoblamiento, la división y el mal (1)
El desdoblamiento es un proceso psicológico activo, una forma de adaptación a situaciones extremas. Es por ello que utilizo esta expresión en lugar de la de “doble”. La adaptación implica la disolución paulatina del “aglutinante psicológico” (14) para evitar el colapso radical del Yo. En Auschwitz, esta pauta fue estableciéndose a lo largo del duro período de adaptación que cada uno de los médicos tuvo que afrontar. Durante ese período el médico nazi experimentaba la ansiedad de su propia muerte y de equivalentes tales como el miedo a la desintegración, la separación y el éxtasis. Así pues, para mitigar su ansiedad el médico necesitaba del Yo funcional de Auschwitz, un Yo que asumiera el control cotidianamente limitando la manifestación del Yo anterior a algunos momentos sueltos y a los contactos esporádicos con la familia y los amigos afuera del campo. De este modo, ninguno de los médicos del campo se sustrajo a esta usurpación sino que la acogieron como única forma de mantenerse psicológicamente a salvo. La única alternativa para permanecer en una situación extrema es el desdoblamiento.
Aunque el desdoblamiento no tiene por qué suponer necesariamente una disociación radical y sostenida como la que aqueja a los casos de “personalidad dual” o “personalidad múltiple”, lo cierto es que en un estadio posterior ambos Yos tienden a separarse cada vez más profundamente, a ignorarse mutuamente e incluso a considerar al otro Yo como un extraño. La patología conocida con el nombre de personalidad doble -o personalidad múltiple- por su parte, comienza en la primera infancia y persiste de forma más o menos ininterrumpida durante toda la vida. Los factores etiológicos causantes de la personalidad múltiple son los traumas psíquicos o físicos intensos, el clima de extrema ambivalencia afectiva, y los conflictos y confusiones de las identificaciones (15) son, a su vez, elementos instrumentales en el caso del desdoblamiento. Resulta también relevante en ambos casos el principio de Janet de que “una vez bautizado” -es decir, una vez nombrado y confirmado por una autoridad- un Yo determinado tiende manifestarse de manera más clara y definida. En este sentido, aunque el Yo de Auschwitz jamás podía llegar a ser tan estable como un Yo en un caso de personalidad múltiple tuvo que sufrir, sin embargo, un bautismo similar en el momento en que los médicos nazis tomaron sus primeras decisiones.
Un autor contemporáneo ha utilizado la metáfora del árbol para tratar de determinar la profundidad de la “escisión” en los casos de esquizofrenia y personalidad múltiple, una alegoría que también es aplicable al mecanismo del desdoblamiento. Desde esta perspectiva, la quiebra del Yo que tiene lugar en la esquizofrenia “es similar al resquebrajamiento de un árbol que se ha podrido casi por completo desde la médula hasta las raíces”. En los casos de personalidad múltiple, no obstante, este resquebrajamiento es más concreto y limitado, como ocurre, por ejemplo, “en el caso de un árbol muy robusto que sólo tiene descompuesta la parte superior del tronco” (16). En lo que respecta al desdoblamiento, por su parte, el problema afecta al nivel más elevado de un árbol cuyas raíces, cuyo tronco y cuyas ramas no habían experimentado previamente daño alguno. En este caso, una de las dos ramas que se han visto obligadas a separarse se va descomponiendo gradualmente mientras que la otra sigue creciendo normalmente hasta el momento en que las condiciones externas permiten nuevamente la reunión.
Notas
(14) Ralph D. Allison, “When the Psychic Glue Dissolves”, HYP-NOS-NYTT (Diciembre de 1977).
(15) Las dos primeras influencias son descritas por George R. Greaves en “Multiple Personality: 165 Years After Mary Reynolds”, Journal of Nervous and Mental Disease, 168 (1977), pp. 577-96. Freud subraya la tercera en su obra The Ego and the Id, en la Standard Edition of the Works of Sigmund Freud, James Strachey, ed. (Londres: Hogarth Press, 1955 / 1923), vol. XIX, pp. 30-31.
(16) Margaretta K. Bowers et al., “Theory of Multiple Personality”, International Journal of Clinical and Experimental Hypnosis, 19 (1971); p. 60.
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