OCTAVA PARTE
LA CONSTRUCCIÓN DEL ENEMIGO: ELLOS Y NOSOTROS EN LA VIDA POLÍTICA
33: EL DESDOBLAMIENTO Y LOS MÉDICOS NAZIS (5)
Robert Jay Lifton
Pero el mecanismo del desdoblamiento que permitía a los médicos nazis eludir el sentimiento de culpa no tenía lugar mediante una eliminación de la conciencia sino con lo que podemos denominar, más acertadamente, una transferencia de conciencia. De este modo, los requerimientos morales eran transferidos al Yo de Auschwitz que operaba con sus propios criterios morales (el deber, la lealtad hacia el grupo, la “mejora” de las condiciones del campo de exterminio, etcétera) liberando así al Yo original de toda responsabilidad por sus acciones. Rank también habla de la culpa “que obliga al héroe a no seguir asumiendo la responsabilidad de ciertas acciones de su ego atribuyéndolas a otro ego, a un doble personificado por el mismo diablo o que es el fruto de un pacto diabólico”, es decir, del pacto fáustico de los médicos nazis mencionado anteriormente. Según Rank, el factor que desencadena la transferencia es “un poderoso sentimiento de culpa” (11) pero en la mayoría de los médicos nazis, el mecanismo del desdoblamiento parecía bloquear este sentimiento de culpa antes de que creciera y alcanzase la conciencia.
Existe una relación inevitable entre la culpa y la muerte. Rank equipara al Yo opuesto con una “forma del mal que representa el aspecto perecedero y mortal de la personalidad”. (12) El doble es igual al mal porque personifica nuestra propia muerte. De la misma manera, el Yo de los médicos de Auschwitz asumía las consecuencias de su propia muerte pero sin embargo seguía proyectando al mal para no tomar conciencia de su “aspecto perecedero y mortal”, para hacer el “trabajo sucio” de todo el Yo y convertir ese trabajo en algo “apropiado” y proteger, de ese modo, el resto de su personalidad de tomar conciencia de su propia muerte y de su propia culpabilidad.
En el desdoblamiento, una parte del Yo “rechaza a otra. Pero lo que se repudia no es la realidad misma -ya que el médico nazi era consciente de lo que hacía el Yo de Auschwitz- sino el significado de esa realidad. El médico nazi era consciente de sus decisiones pero no las interpretaba como un asesinato. Así pues, esta negación tenía dos facetas, por una parte, la distorsión que el Yo de Auschwitz hacía del significado del asesinato y, por la otra, la desvinculación del Yo original de todas las acciones llevadas a cabo por el Yo de Auschwitz. Así pues, desde el mismo momento de su aparición, el Yo de Auschwitz atentaba contra la imagen que tenían los médicos de sí mismos y requería, por lo tanto, una represión continua. Ese rechazo, sin embargo, era la sangre misma del Yo de Auschwitz. (13)
Notas
(11) Ibid.
(12) Rank, Beyond Psychology, p. 82
(13) Michael Franz Basch habla de la existencia de una interferencia con la “unión afectiva con un percepto sin sin que se produzca, no obstante, un bloqueo de la percepción consciente”. Véase al respecto Micahel Franz Basch, “The Perception of Reality and the Disavowal of Meaning”, Annual of Psychoanalysis, vol. II (Nueva York: International Universities Press, 1982), p. 147. En ese sentido, el rechazo guarda cierta semejanza con la insensibilidad psicológica, en cuanto a que esta altera la valencia -o carga emocional- del proceso de simbolización.
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