domingo

LECCIONES DE VIDA (21) - ELISABETH KÜBLER-ROSS Y DAVID KESSLER


3 / LA LECCIÓN DE LAS RELACIONES (2)

EKR (1)


Hillary, que ya había estado ingresada cuatro veces en el hospital, había pasado los últimos años luchando contra el cáncer, que se le había reproducido, y siguiendo los tratamientos. Su mejor amiga, Vanessa, y el esposo de esta, Jack, me dijeron que podían aceptar la muerte de Hillary, aunque a Jack le daba mucha pena que no hubiera encontrado a esa persona especial y que muriera sola.

Yo le respondí que no moriría sola, que ellos estarían con ella. 

Durante mi siguiente visita a Hillary, Vanessa y yo tuvimos que salir a hablar al pasillo por la cantidad de visitas que había en la habitación.

“Jack se sentía apenado porque Hillary no había encontrado el amor de su vida, pero yo la envidio por todo el amor que hay en esa habitación. No tenía ni idea de la cantidad de personas que la querían. Y nunca antes había percibido tanto amor puro por una persona. Creo que Hillary también está sorprendida”, me contó Vanessa.

Más tarde, aquella noche, Hillary miró todos los rostros que había a su alrededor y dijo. “No puedo creer que todos vosotros estéis aquí por mí. No sabía que me queríais tanto.”

Aquellas fueron sus últimas palabras.

Es posible que algunos de nosotros no encontremos nunca a esa persona especial, pero eso no significa que no disfrutemos de un amor especial en nuestras vidas. La lección que debemos extraer de esta experiencia es que a veces no reconocemos el amor porque lo etiquetamos y consideramos que sólo el amor romántico es el auténtico. Pero hay muchas relaciones y mucho amor a nuestro alrededor. Ojalá tuviéramos la suerte de vivir y morir con la clase de amor que Hillary tuvo a su alrededor.

Las relaciones insignificantes o accidentales no existen. Cualquier encuentro o intercambio, desde los que tenemos con nuestra pareja hasta el que tenemos con un operador telefónico anónimo, ya sea breve o profundo, positivo, neutral o doloroso, es significativo. En el plan general del universo, todas las relaciones son potencialmente importantes porque incluso el encuentro más fugaz con un desconocido puede enseñarnos muchas cosas sobre nosotros mismos. Todas las personas que conocemos tienen la posibilidad de ofrecernos paz espiritual y felicidad o conflictos e infelicidad. Todas pueden aportarnos mucho amor y relaciones estupendas en las situaciones más inesperadas.

Esperamos mucho de las relaciones románticas: sanación, felicidad, amor, seguridad, amistad, satisfacción y compañerismo. También esperamos que esas relaciones solucionen nuestra vida, nos libren de la depresión y nos aporten una alegría inmensa. Somos especialmente exigentes con esas relaciones y esperamos que nos hagan felices por completo. Muchos de nosotros incluso creemos que cuando encontremos a esa persona especial toda nuestra vida mejorará. En general, no pensamos así abierta o conscientemente, pero si examinamos nuestro sistema de creencias, encontraremos que esa idea está ahí. ¿Quién no ha pensado alguna vez que si tuviera pareja todo sería perfecto?

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