domingo

EL POEMA DE GILGAMESH


Por Pablo Cúneo

El poema o epopeya de Gilgamesh es el documento literario más antiguo que conoce la Humanidad. Escrita en tablillas de escritura cuneiforme fue primero encontrado en Nínive en la biblioteca del rey Asurbanipal (668 a 628 A.C.). El relato es de origen sumerio y a lo largo de varias generaciones y civilizaciones diferentes tuvo sus versiones babilónicas, asirias, etc.

El personaje central Gilgamesh, una vez muerto su amigo Enkido –su alter ego- sale en busca de la vida eterna y para ello va al encuentro de un familiar suyo que la ha adquirido a través del dios Ea luego de sobrevivir a un diluvio. Fue George Smith ayudante del Museo Británico, quien en 1862 mientras clasificaba millares de tablilas de la biblioteca hallada en Ninive, se encontró con el relato de Gilgamesh y al leer la parte del diluvio que forma parte del mismo quedó impactado al descubrir que la versión bíblica era la versión de un relato más antiguo.

La tablilla donde Smith pudo leer el relato era en realidad la mitad de la tablilla original, y decidió con la ayuda financiera de un diario inglés ir hacia Mesopotamia a la búsqueda y el encuentro de la parte que faltaba. Increíblemente su viaje tuvo éxito y pudo encontrar la segunda parte del relato.

Antes del hallazgo de Smith se conocía una versión dada por el babilonio Beroso sacerdote del dios Marduk del siglo III a.C. quien escribió en griego una historia de Babilonia que se ha perdido pero de la que se tiene varios fragmentos copiados por otros autores.

El héroe del relato encontado en Ninive -o sea el Noé mesopotámico- tiene como nombre Utnapishtim ('Yo he encontrado la vida'), mientras que en la versión griega dada por Beroso se llama Xisuthros ('El salvado de las aguas'). El hallazgo de otras versiones más antiguas del Diluvio como la babilónica alrededor del 1700 a.C. con su héroe Atrahasis ('Gran Sabio') y fragmentos de una más antigua aún, la sumeria con Ziusudrá ('Vida de días prolongados'), han confirmado el origen mesopotámico del mito del Diluvio hebreo compuesto éste por dos versiones combinadas del mismo, una de ellas perteneciente al Código Sacerdotal posterior al 586 a.C. y la otra más antigua del Documento Jahvista no posterior al siglo IX a.C.

El tratamiento que las diferentes civilizaciones han hecho de este relato muestra el genio característico de cada una de ellas. La versión hebrea como no podía ser de otra manera se diferencia del resto en un punto esencial: a diferencia de los héroes mesopotámicos, el Noé bíblico no adquiere la vida eterna contradiciendo a la serpiente que impulsa a Adán y Eva con su “Y seréis como dioses”. El relato de mesopotámico marca -sin embargo- también los límites humanos, una vez que Gilgamesh halla al héroe del diluvio se encuentra que no le será posible adquirir la inmortalidad sino la juventud eterna a través de una planta que le es dada. Pero esa planta se la termina robando… una serpiente.

Hay varias versiones con notas eruditas que se pueden encontrar en español, la de la editorial Tecnos con estudio y notas de Federico Lara Peinado titulada “Poema de Gilgamesh”, la edición del orientalista Jean Bottero editada por Akal con título “La epopeya de Gigamesh”. Pero hay una versión que en lo personal me resulta deliciosa, la del Profesor Hyalmar Blixen titulada “El cantar de Guilgamesh” acompañada también de un estudio preliminar y notas editada por la Universidad de la República en Montevideo, 1980.

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