VI. EL COMPLEJO DE LAUTRÉAMONT
III (4)
Los pájaros de las islas acuden en montón para desplegar sus colores: el bengalí, el cardenal y el colibrí confunden sus zafiros y sus rubíes. Los animales están diferenciados por adjetivos que no concuerdan con su carácter, lo que nunca sucede en Lautréamont. El águila es blanca, negra sin razón. A veces Leconte de L’Isle acumula los animales en la matriz de un alejandrino sin poder engendrar la vida:
Chauves-souris, hiboux, guivres, dragons volants. (Ibid. p. 334. Murciélagos, búhos, sierpes, dragones voladores.)
Señalemos no obstante una fusión animal de tipo ducassiano en la misma página, que justifica, a nuestro parecer, nuestro diagnóstico de los complejos:
Et voici que j’ai vu, par les ombres nocturnes,
S’amasser en un bloc les oiseaux taciturnes,
Se fondre étroitement commes s’il nétaient qu’un
Bête hideuse ayant la laideur de chacun,
Araignée avec dents et griffes, toute verte
Comme un dragon du Nil, et d’écume couverte,
Écume de fureur muette et du plaisir
De souiller pour autri ce qu’on ne peut saisir.
(Y he aquí que he visto; en las sombras nocturnas,
amontonarse en bloque a los pájaros taciturnos,
fundirse estrechamente como si no fueran más que uno
bestia horrible teniendo la fealdad de cada uno,
araña con dientes y garras, enteramente verde
como Dragón del Nilo, y de espuma cubierta,
espuma de furor mudo y del placer
de ensuciar para otro lo que no se puede agarrar.)
Pero la fusión deja demasiadas escorias; los dragones de la pesadilla, suma de dientes y de patas, hinchados de lenguas, nunca son “Dragones del Nilo”. Nadan en aguas anónimas. El ritmo rompe la exaltación poética; las inversiones que van a la conquista de la rima como “de espuma cubierta”, hacen una mezcolanza de las visiones. Una página tal, tentada de didactismo, no tiene el valor de alucinación que, en la Tentation de Saint Antoine de Flaubert será tan notorio. A pesar de la búsqueda de sonoridades, Flaubert, soñando con fidelidad, sabrá dibujar imágenes de púrpura sobre el puro ébano de la noche: “He habitado el mundo informe en que se adormecían las bestias hermafroditas… en la profundidad de las ondas tenebrosas, cuando estaban confundidos ojos, aletas y alas, y que flotaban como moluscos ojos sin cabeza entre toros de rostro humano y serpientes con patas de perro.” (6)
Notas
(6) Flaubert, Las tentation de Saint Antoine, Ed. Cres, p. 143, cf. p. 16.
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