domingo

PURO VERSO (5) - HUGO GIOVANETTI VIOLA

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primera edición: 1989 / segunda edición aumentada: 1999 / tercera edición aumentada (WEB): 2015


DOS: BODAS DE HUESO (1975 / 1977) (2)


(Elvira Madigan)

La estación del paisaje delicado
que concibiera Wolgfang Amadeo
lo verdaderamente verde y dado
más allá del llover del mausoleo

glorioso rostro una muchacha veo
caminar sobre algún hilo dorado
y en el brotar de su equilibrio leo
lo estival lo intimal lo aparaisado

lo estelar lo total lo conmovible
si un campanazo de dolor arranca
furiosamente al viento el sol visible

pianamente otra vez la paz se estanca
y arderá una ternura en el poniente
como un himno a la luz serenamente.


(Carta a Saúl)

Compañero del mundo / tu carta no fue un biombo
rodeando a un esqueleto entre vapor de lágrimas
pero bajando por el muelle de una tarde amarilla
tan al sur / se volvió un crucifijo en mi costado.

Yo no quise más nada que cruzarme
con el viento huesudo de tu encarnación
y como no es posible que los peces se abracen por el aire
te imaginé lavándote un dolor de domingo sin fondo.

Después / sobre la palma de mi mujer dorada
solté al pájaro breve que volará borrándonos
cada felicidad para saciar el cielo
y una hermandad amarga me tragó.


(Muerte de una araucaria)

jamás olvides
que durante la misa no hay amigos
CÉSAR VALLEJO

Vieja penumbra verde de la infancia
y alquimista marino con los vientos nocturnos y nupciales
ya empezaba ese tiempo de morir
cuando rajase tu raizal mi cielo raso y rojo
(donde contabas tanto como el canto)
y una tarde abrileña te dejé solo y me tragué
un crustáceo estremeciente / padre  
sólo para que tú desapartaras
de la boca del cielo el cáliz que te toca.

No te abandoné. / Donde crujas
fulgirá nuestro abrazo con ese anticolor
que toman los quebrados
sobre un costado eterno de la pista
y estarán la verdad / y el humo / y el otoño
sobrevolando al circo que te vio derrumbado
entre verdes cabelleras.

(Porque sé que una noche de abril nos vengará
cuando tus visperados y encorvados ramajes resuciten
doblando blandamente mis pájaros finales.)


10 (Versos para mi gato)

Philipe / la madrugada que robó tu vuelo
no robará tu corazón hinchado de luciérnagas
ni los ojos piadosos que me acorralaron
ni la pista de pasos transparentes
que la casa y el techo de la tierra
recogieron en su hora enharinada

ni tu nombre / Philipe / ni tu aspa póstuma

somos nosotros los que (sin estafa)
recorremos el tajo el jardín
soterrado del sur de tu blancura
y una luna de llanto llena y roja
nos amarilla como a los que rujen

porque te quiero hermano como nunca y tanto
que por el hilo de tu historia encuentro
redes enamoradas y un gato inmortal
salta en mi corazón inconsolable.


11 (Anunciación)

Pero desnudo entre la sombra me alumbro de ti
me amanso el corazón y relamo la rosa de otros vientos

esposa / y paso hacia la vida
por el sol del vitral que amaneció en tu vientre.


12 (La rosa del dolor)

Sosteniendo una rosa dolorida y girante
como los dos rostros de un faro
y su orientación fatal a la belleza o las humillaciones
me sumerjo emergiendo por la luz.

Los corales oscuros de la nuca lunar van devorándome
y un futuro de tumbas compartidas
y una región donde las almas animales nos inundan sin habla
perfeccionan al Padre hasta desintegrarlo.

Cada noche recorro las preguntas
como vagando / navegando / estrellándome
contra estrellas feroces y fugaces
porque no habrá basura o injusticia
que allá en el posterror sea resurrecta.

Deberemos entonces reprimir
debilidades demasiado parientas de parálisis
pero no equilibrarnos olvidando
los concéntricos campos donde humanos y pájaros
van mudos / y hacer de nuestro grito una grave alegría.

Separada la rosa del dolor
y ofrendada tu sonrisa frutal y tu perdón furioso
barrerás puramente la borra de la sangre
sin inocencia ni retorcijones
sobreviviendo a infierno y desencantamientos.

La belleza te ordena los combates
la comulgante y terca carne nuestra cuando elige la historia
de la pareja / el hijo / el compañero
y una mañana temblando en el mar
y un pájaro girando para pájaros.

No temerás jamás que muera el faro
sino que humeantemente
tejerás nuevos bordes su luz ensanchada entre la noche:
sólo un oro desnudo / hacia el silencio.

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