jueves

MUJERES QUE CORREN CON LOS LOBOS (155) - CLARISSA PINKOLA ESTÉS


CAPÍTULO 14

La quinta fase: El tormento del alma (6)

El rey de nuestra psique es muy valiente. No se vendrá abajo al recibir el primer golpe. No se encogerá dominado por el odio y el afán de castigo tal como espera el demonio. El rey, que tanto ama a su esposa, se espanta al recibir el mensaje cambiado, pero envía un mensaje de respuesta diciendo que cuiden de la reina y de su hijo en su ausencia. Es la prueba de nuestra certidumbre interior: ¿pueden dos fuerzas permanecer unidas aunque una de ellas se considere abominable y despreciable? ¿Puede una de ellas respaldar a la otra ocurra lo que ocurra? ¿Es posible mantener la unión aunque se siembren con denuedo las semillas de la duda? Hasta ahora, la respuesta es que sí. La prueba acerca de si podrá haber un matrimonio de amor duradero entre el mundo subterráneo salvaje y la psique terrenal se está superando espléndidamente bien.

En su camino de regreso al castillo, el mensajero vuelve a caer dormido junto al río y el demonio cambia el mensaje por otro que dice "Matad a la reina". Aquí el depredador espera que la psique se polarice y se mate ella misma, rechazando todo un aspecto de sí misma, el más trascendental, el recién despertado, el de la mujer sabia.

La madre del rey se horroriza al recibir el mensaje e intercambia con el rey varios mensajes, y en cada uno de ellos intenta aclarar lo que ha dicho el otro hasta que, al final, el demonio cambia el mensaje del rey por otro que dice "Matad a la reina y arrancadle los ojos y la lengua como prueba de que ha muerto".

Ya tenemos a una doncella manca, es decir, sin capacidad para asir las cosas de este mundo, pues el demonio ordenó que le cortaran las manos. Ahora exige otras amputaciones. Quiere que se quede sin el habla verdadera y sin la vista verdadera. A pesar de tratarse nada menos que del demonio, lo que exige nos hace dudar enormemente, pues lo que él quiere que ocurra es precisamente el regreso de las conductas que han oprimido a las mujeres desde tiempos inmemoriales.

Quiere que la doncella obedezca estos mandamientos: "No veas la vida tal como es. No comprendas los ciclos de la vida y la muerte. No te esfuerces por ver realizados tus anhelos. No hables de todas estas cosas salvajes."

La vieja Madre Salvaje, simbolizada en la madre del rey, se enoja ante la orden del demonio y dice: "Eso ya es demasiado." Y se niega a cumplirla. En el transcurso de la tarea de iniciación de las mujeres la psique dice "Eso es demasiado. No puedo ni quiero tolerarlo". Y entonces la psique, gracias a su experiencia espiritual en este proceso de iniciación en la resistencia, empieza a actuar con más astucia.

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