sábado

PURO VERSO (3) - HUGO GIOVANETTI VIOLA


primera edición: 1989 / segunda edición aumentada: 1999 / tercera edición aumentada (WEB): 2015

UNO: PARÍS PÓSTUMO (1973 / 1974) (2)


10 (La odas de Abel Rosso)


I

Tu cintura / la terraza marina y otra música.
Llevaba tu cintura como un anillo en la memoria
la llevo todavía.
Pueden cantar los Beatles y recuerdo las fiestas
el flotar donde viven / donde van a morir.

Debimos caminar por otro sitio / el aire
dejar nuestro aire blanco alrededor del sur.

Algo en el mundo llama y es la delicadeza
la forma de tu cara que siempre era la misma
de la elegida actriz
Audrey / Catherine / Natalie.

La derramamos / claro
y en el fondo del sur
se juntan niños viejos / tiempos asesinados
y un gallo canta siempre con tus ojeras blancas.


II

Y qué me está esperando más allá de esta luz
o estos minutos de luz entristecida.
Qué te espera / mujer.

Tuviste mi pañuelo / mi labio curvo
mi voz dulce de imitar a los niños.

En los recuerdos soy mejor todavía. Ya sanaste de horror
seguramente / ya enterraste el raspaje y tus traiciones
la marca repetida de mi grito a los ojos
el vino que tragué mientras caía la sangre.

Con mi carga dorada saldrás a la mañana
y olvidarás que el aire / la luz / son de los otros
que tu pelo no brilla porque ya está cortado.
(Te lo arrancaste / navegó
como babas del diablo / vegetación y bucles
del cadáver secreto de la Virgen.)

Te quedan diez minutos de luz donde soñar
y hay un reloj de barro que te estafa
todas las noches / todas.

Necesitaba hablarte y otra vez voy a hablarte
de cien cosas mejores / lo prometo
de algún rostro tal vez / del rostro resoñado
que te harán desovar
(no José ni el arcángel / seguramente un fariseo
que morirá en tus pechos)

voy a hablarte del rostro / esa paloma
en tu enorme agujero
voy a hablarte de mí / mis fetos / mis paisajes

brindaremos a oscuras amor / te lo prometo.


III

No salgas a la noche.
La fila de eucaliptos donde te dije amor
la fila de eucaliptos eternos / polvorientos
las hojas y el temblor que yo llevé a tu cama.

Quién te huele en el pelo esa luz / compañera.
Quién guardara tu foto blanca de comunión
y se turbará más delante de una virgen.

No salgas a la noche. Nos robaron los árboles
gritamos / incendiados
crecieron otros pechos al final del incendio.

No salgas / estoy lejos.

Sola / recordarás mi canto en la cocina
y orinarás a veces sintiendo el esplendor
de mis brazos en tus lunas
rozándote / rozándote.

Jamás te escribo cartas.
Jamás escribas / Gabi.

Yo te deseo el amor mucho más que la sombra.
Y alcanza. No entristezcas.

Recordame en la dulce presencia del vermut
en el brillo del semen / de la infancia / del mar
que te dejé en el pelo como una vincha blanca.

No salgas a la noche amor que estoy allí
(lenta noche cansada que vuela de esta orilla)
no salgas Gabi vieja que te voy a besar
y está prohibido el beso para todas las noches.


IV (Desde Beirut)

He vuelto a olerte Gabi / debajo del verano.
Su blanca luz altísima me llamó desde el mar
como todos los años a la hora de mi sombra.
Sé quién soy otra vez.

Al fin de la mañana los muchachos desnudan
su sectaria excursión
las frutas recomienzan su trabajo sediento
y una bandera cuelga de las muchachas árabes
que amanecen con nadie.

Yo no salgo a la tarde. Me tengo una piedad
grande como la tuya cuando me sirvo vino
cuando entro en una pieza y el pasado me asombra
doliendo en las rodillas. Hay veces
duro / húmedo / que compro una camisa
y acepto desde un bar esa nostalgia eterna
que no me pertenece / que es el salario fácil
de tanta adolescencia.

Pero todas las tardes / a las dos de la tarde
si no hay que trabajar
hago la digestión entre sábanas turbias
y pedazos del sueño.
Fumo antes de dormir / desnudo / sobornable
caigo / vuelvo a humillarnos
me jadeo en la entrepierna
las ingenuas / tristísimas historias de amor sucio
que usábamos a veces antes de acariciarte
para que te incendiaras con verdadera luz.

Porque ya no te quiero pero hay que soportar
tantos veranos viejos y el nuevo / ya sin Dios
y esta fruta cansada que sirve para el asco.

Y eso todo. Te sueño / te ilumino el fantasma
me ilumino el fantasma / sueño / riego al dolor
y me entierro en la siesta.

Y eso es todo / mujer.
La noche es otra historia.

La noche es otra historia más larga que el verano
donde las sombras viven / y tantos hombres cantan.

11 (Exagerada y cruelísima excursión a Hemingway)

Querida Brett / desde mi huyente playa
o el lento sol oscuro donde a veces
se me clava un cuchillo en la memoria
puedo escribirte y serte / como siempre
fiel hasta el agua de los ojos limpios.
(¿Rodarás entretanto desnudándote
cuál escena quemada de tu muerte?)

Puedo armar en la noche versos húmedos
defenderte furioso de algún Cohn
o entrecerrar las penas inventando
sueños maravillosos que te salvan.
(Yo / Jake / castrado por recientes balas
tú / Brett / ardida por remotos ascos
para que no pudiéramos besarnos.)

Suelo bajar cansado a los recuerdos / también
y relamer como un arcángel
la injuria silenciosa de tu pelo
la cerveza tiernísima que nunca
vas a orinar llorando frente a mí
tus pechos venecianos / novia mística.
(Nadie te vio ascender aquella tarde
preguntando detrás de las palomas
¿no es hermoso pensarlo? ¿no es hermoso?
y entonces lo aceptabas aromándote.)

Pasarán infinitas balaceras
y no habrá cartas dulces ni tan tristes
juntándonos encima de los mares.
Hoy te escribo y mañana no habrá nadie
vomitando su nervio al esperarte
o eyaculando el halo / solamente
tu cortejo de machos encorvados
bajo un cielo lejano / atardecido
dirá callando cómo fuiste fácil
sin sollozar tu carne abandonada.

(Asomará el ojo del cajón / por fin
enterrarás todos sus sexos.)

Yo he elegido rezarte en soledad
festejando este mar de amor amargo
y el grito de hermandad indestructible
que llegará cruzando tanta muerte
la próxima caricia allá en la chambre
el pálido esplendor de nuestra frase.
(Tuve un cuerpo perdido / amada víctima
más dorado que un fardo de toreros.
No es hermoso pensarlo / te pregunto.)

Yo te dará la próxima caricia
y escaparé temblando de París
antes de que el cansancio me haga viejo
para seguir mostrándote los ojos.

Brindaré sin embargo cada noche
loco por la nostalgia de tu pena
rabiando como un claro adolescente
respirando la luz hasta el final
porque el sol también sale en otros cuerpos
y habrá una eterna tierra transparente
donde los besos se abran en el oro
que lloverá peinando las ciudades.

No te injuries por esto / amada víctima:
protector y señor de tus dolores
te desea orgasmos hasta siempre / Jake.

12 (Para mi muerte / rue Rodier / 3-12-74).

Que recorran las aguas álgidas de Jesús.
O el corazón del rojo cruzado de pureza.
Que Don Quijote ruja saltando hasta el león.
O se brille brotando del sexo a la paloma.

Que no se tema tanto ya que este poema existe.
(Y una muchacha fértil perfumará la noche.)

Que se comulgue / siempre / detrás de la tragedia.
Que se siga creyendo. / Que no se diga más.

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