jueves

ARTURO DÁVILA -´EL NEOBARROCO SIN LÁGRIMAS (24)


Así, vemos que el hombre comenzó por ser el fragmento de una hormiga del Tibet, comprobado por los datos de Herodoto acerca de la construcción de las pirámides.

Lezama Lima


Todo A es B. / Algún C no es B. / Por tanto, algún C no es A. (35)

Silogismo baroco

En el prefacio a La era neobarroca, Umberto Eco escribe que Calabrese estudia los fenómenos culturales en relación con los medios de comunicación, porque

él esta consciente de vivir en una cultura en la que estos fenómenos no sólo existen, sino que determinan nuestra forma de pensar. No importa lo aislados que consideremos estar en nuestras torres de marfil de los campus universitarios, inmunes a los encantos de la Coca-Cola, más sintonizados con Platón que con Madison Avenue. Calabrese sabe que esto no es verdad, y que incluso la forma en que nosotros, o nuestros estudiantes, leen a Platón -si es que lo leen- está determinada por la existencia de “Dallas”, aun para aquellos que nunca lo ven. Y así, trata de incorporar estos eventos que lo rodean en su entendimiento (Traducción y énfasis nuestro).

A un siglo de distancia de la “lectura estética” de Platón que hicieron Henríquez Ureña, Alfonso Reyes y los demás ateneístas en la ciudad de México, escapando de la crisis revolucionaria y del caos de la “calle”, yo también me quiero evadir de la realidad del siglo XXI y leer el Banquete. A cien grados de temperatura Farhenheit, en esta canícula gongorina, el aire es casi líquido y la realidad se derrite. Situado en las costas de California, en medio del exilio, encuentro una versión de Azcárate, de 1871, en la Internet y, en ese espacio cibernético de la pantalla luminosa, navego entre las palabras del discurso de Fedro. Y cuenta que primero fue el Caos y luego la Tierra y luego el Amor y, más adelante, refiere que,

en efecto, el que ama tiene un no sé qué de más divino que el que es amado, porque en su alma existe un dios… (36)

palabras que bastarían a cualquiera para abstraerse de la calle. Pero no. Nuestra lectura ya no puede ser estética. (37)


Notas

(35) Tomamos esta defnición de silogismo baroco de Lógica elemental - Fil. 207 III. 4 La Reducción de Silogismos de la profesora Kathleen Sauder. En la enciclopedia GER, J. Vila Silva señala que Benedetto Croce hacía derivar la palabra “barroco” de esta figura de este silogismo.
(Cf. sobre este tema, http://canalsocial.net/GER/ficha_GER.asp?pid=3589&cat=arte).

(36) Cf. Patricio de Azcárate, www.filosofía.org

(37) Reyes escribió sobre “La lectura estética”, como una forma de discurso que semejaba la lectura “monótona”, en privado, o sea, que apela a la inteligencia, y la opone a la de un discurso o lectura “enfática”, retórica, persuasiva y audible que intenta convencer y apela a los sentimientos (cf. sobre este tema, Conn: 120-122).

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