martes

SUPLEMENTO DEL TALLER LITERARIO DEL CUARTEL ARTIGUISTA de LEPANTO (11)

ANNA RHOGIO

LA NIEVE ES AZUL (IX)

Mirando la última luz dorada del atardecer y entrecerrando los ojos encandilados, vagaba seducida por esos mundos fantásticos que sólo pueden crear la imaginación de los niños.
Tenía millones de arco iris entre las pestañas y veía miles de duendes amarillos que bailaban en el pasto sacudiendo pulseras de cascabeles en sus muñecas y tobillos, creando la música más bella que nadie podía escuchar.
Sólo yo.
El sol poniente daba a las cosas un anaranjado fugitivo, que desaparecía despacioso. Fue la primera vez que admiré el otoño  en el campo y la belleza de los árboles pintarrajeados, cada uno de diferente color y ninguno desentonando con el otro y el otro y el de más allá. Rojos, marrones, ambarinos en  perfecta armonía, como la sinfonía de aquel excelente compositor que convirtió en notas musicales lo que sentía su alma en otoño.
“A ver: el verano es azul, el otoño miel,  la primavera… ay, que me estoy olvidando del invierno.”
Lucio interrumpió mis meditaciones, las que creí sumamente poéticas:
-Che, ¿sabés que falta una semana pa que empiece la escuela?
-Siempre el mismo, vos. Me interrumpiste cuando había llegado a la primavera.
-¡Falta una pila y media! ¿Y en qué llegaste si se puede averiguar? ¿En carro, a caballo, en bici, a pata?
-¿En qué te parece? ¿Vos nunca pensás?
-¡Claro! ¡Pienso en muchas cosas! ¿Se curó del resfrío mi vaca consentida? ¿Tendría que cambiarle la ración a las gallinas? Andan tristonas y paliduchas.
-¿Paliducha una gallina?  ¡Son los bichos más bobos que hay sobre la tierra!
-¿Ah, sí? ¡Bien que te gustan los huevos fritos y el pollo al horno! ¿Y qué te pasa con la primavera? ¿O la prima Juana? ¿O la prima Rosa, o…
-Terminala, nene, que después nos enredamos en cada lío de palabras que ni te cuento. Oime: si el verano es azul, el otoño miel, la primavera… ¿qué?
-Mmmmmmmmm … Fácil. La  primavera es verde. ¿Ta bien?
-De acuerdo. ¿Y qué opinás del invierno?
-¡Requete fácil! ¡El invierno es gris como el cielo nublado y el humo de las chimeneas que encendemos pa entrar en calor y calentar la casa!
-¡Tomá pa vos! ¿Qué traés ahí?
-Lo que me regaló tu abuela: la cartera, los cuadernos, los lápices de colores, el de escribir, la goma de borrar…
-A ver… -dije metiendo la nariz adentro del cuero nuevito-. ¡Es linda! ¡Deliciosamente perfumada!
-¡Paaaaaaaaah! ¡Lindaza! Mi mama…
-¿Quién?
-Mi mama… -dijo titubeando ante la iracunda expresión de mis ojos.
-Querrás decir tu mamá.
-¿Y por qué está mal decir mama? ¡Por acá le decimos así!
-Hablá como quieras, pero es mamá. Bueno, ¿tu mamá qué?
-Me forró los cuadernos y el libro de leer.
-¡Son muchos cuadernos para primer año!
-No importa, si sobran, los guardo pal año que viene o se los doy a los gurises que no tengan.
-La doña se va a ocupar de los que no tienen, te lo aseguro. Me contó que ya compró túnicas, zapatos y útiles para los nenes que necesitan, y me advirtió que cuidadito con que se lo cuente a alguien, pero vos sabés guardar secretos. Y si no, te las verás con las dos y con el diablo que va ir a tirarte de las patas cuando duermas.
-¡A mí, no, che! ¡Dios libre y guarde! -se quedó un instante callado como reflexionando y después arrancó- Es una santa la patrona. ¿Y vos, tenés cartera?
-Tengo portafolios.
-¿Porta…qué?
-folios.
-¿Y eso qué es?
-¡Cartera! ¡Es lo mismo!
-¿Por qué me mareás con palabras difíciles? ¿Tas como los “dotores” que no hablan en cristiano y uno no les entiende nada? ¡Hablá claro, gurisa!
-Es que vos sos medio lelo, che, y no entendés palabras comunes.
-Más lela serás vos. ¿Qué “sinifica” ser lelo?
-¡SIGNIFICA! ¡Pronuncie bien! Te voy avisando que se dice doctores. Ser lelo es ser bobo.
-Ta. Entonces, más boba serás vos. ¿Tenés o no tenés cartera?
-Sí. La traje en mi equipaje.
-Equi… ¿qué?
-paje. Son las valijas que lleva una persona cuando viaja. Ahora la traigo.
Fui a buscarla y al abrirla torcí la cara para el otro lado. Aquel aroma me repitió todas las lágrimas lloradas a escondidas en un rincón del recreo.
-¿Qué pasa?
-¡Que tiene un olor a colegio que da asco!
Lucio se zambulló de cabeza:
-¿Y qué? -dijo aspirando-. ¡Es un olor rico, a merienda, a nenes todos juntos! ¿Por qué colijo que no te gusta nadita ir a la escuela?
-Otro día te cuento.
Volqué el contenido en el suelo, los útiles se desparramaron, se abrió la cartuchera y los lápices rodaron formando un colorido abanico sobre las baldosas. Y mis penurias pasadas que dormían en un nebuloso escondrijo sin molestarme, afloraron junto con las virutas del sacapuntas que estaban pegadas en el fuelle.
-¡Hay que limpiar esto!
La golpeé en el tronco de un árbol con la cara ardiendo de bronca.
-¡Parate ahí! ¡Sofrenate, gurisa! ¡La vas a romper!
-¿Ésta? ¡Qué se va a romper! ¡Es más fuerte que no sé qué! ¡Más fuerte que la coraza de un dinosaurio! ¡Ojalá se rompiera así abue me compraría una nueva con olorcito a cuero como la tuya!
-¡Pedile!
-No quiero porque ya gastó en lo demás.
-Entonces, cuidá esta que la vas a precisar.
Ya era muy sabio en esos días, con la sabiduría sencilla de la gente del campo y quiso distraer mis penas:
-Mostrame los cuadernos.
-¿Para qué? ¡No sabés leer!
-Algo lindo tendrán.
-Sí. ¡DOLORES DE ESTÓMAGO!
-Che, ¡me vas a hacer creer que la escuela es un lugar fierazo!
-Más o menos.
-No. Los mocitos a quienes pregunté, porque no te pienses que iba a dir con los ojos vendados como un bagual a medio domar sujeto al palenque, me dijeron que la pasan lindo, que aprenden y estudian y…
-Veremos. Tomá, llevate los cuadernos que no los quiero ni ver. Cuando aprendas a leer te van a servir.
-¿Tas segura, vos?
-¡Y dale! ¡Sacámelos de adelante de una vez!
Tenían mapas y fotos de países lejanos.
-¿No querés las fotografías?
-¡Que noooo! ¡No quiero guardar nada de allá!
-¿Y los lápices de pintar?
-Llevátelos. Abue me compró todo nuevo, hasta el libro de lectura.
Mientras cenábamos le dijo que le había regalado mis cosas.
-Está muy bien si quiso dártelas. Parece que la señorita tiene buen corazón.
-No sé si buen corazón, patrona, ¡pero tengo muy buena memoria!
Luego les conté mis desdichas en el lejos-lejos y se quedaron tristes.
-No te preocupes, acá es mucho más mejor.
-¿Vos qué sabés si nunca fuistes?
-¿Cómo dijiste? ¡Fuiste!  ¡Fuiste!
-¡Este me contagia!
-Tenés razón, yo nunca fui pero mis amigos no mienten.
-¡Aaaaaaaaaaaaaah! ¡No séeee! ¡Yo no los conozco!
La ceremonia del primer día fue sencilla y corta. La maestra  habló  a padres y alumnos con palabras amables y voz suave. Me dio mucha confianza y cuando los mayores se fueron señaló nuestros lugares, y nos sentamos. Mi compañero de banco me aturdió con su apariencia de príncipe azul.
Ese primer día fue bueno y al volver, dije a mi amigo:
-¡Tenías todo clarito, botija! ¡Acá es mucho mejor!



ANTONIO GARCÍA PINTOS

FRAGMENTO DE UN PRÓXIMO LIBRO

Hoy seguí en tu sueño cuando pensaste acariciarme imaginando mi cabeza y mis labios, tu sueño me busca y mi pensamiento te va a encontrar pronto como un deseo contenido y a punto de estallar. Si no hay un encuentro, única posibilidad de evitar arribar sin ninguna forma de resguardo o defensa, a la muerte en los dos.


 JOSÉ LUIS MACHADO

1 TEXTO DE EL AJEDREZ ES MUCHO MÁS QUE UN JUEGO

Ya habíamos vuelto a la caja, que reposaba en el armario, y aun no me había dicho nada. Antes de dormirnos me comentó que tenía que decirme algo que no me gustaría oir. Intuía qué podía ser, pero no quería anticiparse a los acontecimientos.
-Nuestro amor es imposible -me dijo por fin- y el inconveniente no es solo que seas blanca y yo negro.
-¿Qué me estás diciendo? El único obstáculo posible entre nosotros son nuestros colores.
-No; hay un gran problema entre nosotros: descubrí que eres una ficha de Damas y que solo estás aquí porque a nuestro dueño se le fue un caballo de la mano.


FEDERICO COORE


“…Y LA LLUVIA LE SECABA LAS LÁGRIMAS, EL ALMA Y LOS PIES; MIENTRAS ÉL LA MIRABA COMO UN JUAN EN EL GÓLGOTA…”

Hoy vi las voces debajo de mis uñas
como si fueran un mar de nubes encinta
Hoy vi mil lluvias detrás de una escalera
de huesos rotos como dos ramas ciegas
Hoy vi una lámpara de nieve seca
que rasguñaba las eléctricas medias barbas
de los troveros del viento y el vino
Hoy vi la sombra del sol que crecía
Hoy vi el frío en mis brazos.

HAUGUSSTO BRAZLLEIM

LOS PÁJAROS ROTOS TELEPÁTICOS

Los pájaros también matan
los pájaros se suicidan
y te desean.

Los pájaros se van
y el horizonte queda
ensangrentado.

Los pájaros tienen pelos
en sus almohadas.
Los pájaros que sueñan
hunden las nubes.

Los pájaros también comen
las nubes rojas
con pantalones.

Los pájaros también lloran
sobre las tumbas
de los poetas.

Los pájaros sobrevuelan
las rosas blancas
de tu Hiroshima santa.

Las plumas de tu cerebro
están mojadas.

Los pájaros también matan
los pájaros se suicidan
y te desean.


MARCELO SOSA

SOL OSCURO

Arde mi vientre un sol, oscura brasa; 

inagotable sol que no ilumina, 
incendia mis palabras y domina 
las puertas de mi piel y me traspasa.


Este sol me consume, sol que arrasa, 

sol sin luna, sin gloria, que termina 
por matar cada luz, que me asesina, 
no tiene fin ni dios, no tiene casa.


Solo puedo viajar hacia el abismo,

hundirme sin pensar en el oscuro
silencio que me grita. Ser yo mismo


mi juez y redentor, tirar mi muro;

edificar, entonces, esperanza.

Por eso debo ser. Hablar no alcanza.

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